El Castillo de San Pedro de Latarce se encuentra situado en la localidad del mismo nombre en la provincia de Valladolid (Castilla-León).
Reformado
en el siglo XV, actualmente está en estado ruinoso. El castillo se
halla a orillas del río Sequillo, sobre una pequeña elevación del
terreno que domina el paso al pueblo desde el puente. Del castillo
sólo queda en pie una muralla cerrada de forma circular de
aproximadamente 350 m. La altura llega en algunos tramos hasta los 12
m y la anchura de los muros es de 2,40 m. La muralla está construida
con hormigón y canto rodado.
Actualmente
es propiedad municipal, tras un largo periplo que comenzó en 1999
–cuando se acordó en Pleno su compra-, hasta 2013 cuando
finalmente, tras sentencia judicial, se ha ordenado su inscripción
en el registro de la propiedad a nombre del Ayuntamiento.
Su
estado general es de ruina progresiva, a pesar de las recientes
intervenciones y de que sacasen al castillo de la conocida Lista Roja
del Patrimonio español. Solo se ha intervenido en una pequeña y muy
concreta zona –la puerta original-, quedando a la espera de
intervención importantes tramos en riesgo de derrumbe,
desprendimientos y desplomes. No tiene uso específico alguno, aunque
existe una antigua vivienda en su interior y algunos pequeños
almacenes. Excepcionalmente se organizan eventos municipales en su
interior, como conciertos, mercados medievales u otras actuaciones
ligadas a festividades locales.
Es
una de las construcciones defensivas mandadas edificar por Alfonso IX
de León para reforzar la frontera frente al Reino de Castilla a
finales de siglo XII. Como el conjunto al que pertenece, es de planta
ovalada, se construyó con tapiales de cal y canto de grandes
dimensiones, un sistema constructivo antiguo que permitía una rápida
construcción, con la peculiaridad de que en esta ocasión la técnica
se perfeccionó con el uso de las agujas de varillas pareadas.
Avanzada la Edad Media se construiría sobre él un castillo de
mampostería encofrada, que incluiría una gran torre-puerta (en
época de María de Molina); llegaría a ser propiedad de los
Caballeros Templarios, que mantuvieron una de sus bailías en San
Pedro de Latarce y su vecino Castromembibre.
Después
pasaría a ser de la Familia Bazán, quienes construyeron un palacio
en su interior abriendo grandes ventanales con vistas al desaparecido
puente medieval. Tras ser abandonado, se desmontaron todas sus
edificaciones nobles interiores para construir una gran casa fuera
del castillo. Hechos que fueron origen de un pleito entre el
propietario, el Conde de Miranda, y su arrendatario, a finales del
siglo XVIII. Finalmente se construyó un pósito en su interior, que
acabaría transformándose en vivienda y dependencias agrícolas, hoy
día en desuso.
Su
principal interés arquitectónico radica en la excepcionalidad
tipológica y constructiva, es decir: dentro del grupo de recintos al
que pertenece es el mejor conservado y el menos trasformado, y en él,
se identificó por primera vez el sistema constructivo de agujas de
varillas pareadas que permite asociarlo en tiempo y forma con
construcciones tan lejanas como las de Granadilla (en Cáceres) o
Rueda (en León). El potencial arqueológico es innegable y la campaña
realizada en 2011 lo constató sobrepasando todas las expectativas,
ya que se descubrió la puerta original del recinto y su torre y se
identificaron al menos 3 niveles de ocupación en su interior.
Teniendo
en cuenta que existen rellenos de más de 5 metros en el interior del
recinto y que las trazas de antiguas construcciones se leen en
superficie en distintos puntos, por las descripciones que aparecen en
el Pleito de 1786 y, ya que no se ha intervenido nunca dentro de éste
recinto tan protegido, podemos pensar que existe mucho por descubrir.
Fuentes: Castillos del Olvido
garcilanga (Fotos)
Galería:
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