El Castillo de Castroverde de Cerrato se encuentra situado en el término municipal de la localidad del mismo nombre en la provincia de Valladolid (Castilla-León).
Se
trata de una fortaleza amurallada del siglo IX, en lo que hoy se
denomina “El Cotarro de la Villa”. En este cerro se han excavado
las bodegas. El término estuvo poblado desde tiempos remotos. De
hecho, en el pago de “El Paredón” apareció una sepultura de
urna con piedra encima fechada en época celtibérica. De época
romana se sabe que existe una villa a orillas del río Esgueva, en el
pago de “La Serna”, que ocupa una superficie de hectárea y
media.
A
los tiempos de los godos o los mozárabes corresponde la necrópolis
de “El Barrial”, donde aparecieron bastantes sepulturas y una
estela con una cruz esculpida en ella. Existió un lugar, hoy
despoblado, llamado Granadilla, que debió de ser lugar repoblado por
mozárabes huidos de Al-Ándalus en el siglo X. Otros despoblados son
Villa Nueva de Baldouas y Villa Nueva de Gonçalo Garcia. Castroverde
fue la capital del Concejo de Castroverde, que comprendía los
pueblos de Villaco, Fombellida y Torre de Esgueva. Hasta el siglo XVI
tuvo mucha importancia la Encomienda de Castroverde de Cerrato de la
Orden de Santiago.
El
castillo se documenta por primera vez en el 1059 en que Fernando I
otorga estas tierras a la diócesis de Palencia. Esta fue tierra de
frontera, el desierto estratégico del Duero, que era atravesado por
las tropas moras para hacer razzias (incursiones) en las aldeas
cristianas. En la época de la repoblación se levantaron varios
castillos en el valle del Esgueva para defenderse de los moros.
Quedan restos de varios castillos en la zona, de distintas épocas,
en Canillas, Encinas, etc.
Del
castillo de Castroverde solo quedan dos paredones, uno de ellos con
un arco, denominado Arco de Santa Clara. Lo que llama la atención es
que los muros no están hechos con grandes piedras labradas
(sillería), sino con piedras irregulares trabadas con barro
(mampostería). Quizá los muros que han llegado hasta nuestros días
solo son el relleno de unos mucho más anchos, que probablemente en
sus caras exteriores estaban hechos con grandes bloques de piedra.
En
el solar que ocupó la fortaleza hoy crecen las espigas, es una
tierra de labor. Pero aún podemos evocar a los centinelas que desde
lo alto de los muros oteaban el horizonte.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
garcilanga (Fotos)
Galería:
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