jueves, 2 de enero de 2020

Castillo de Cehegín (Murcia)


El Castillo de Cehegín fue una fortificación árabe cuyos escasísimos restos se hallan en el casco urbano de la ciudad homónima de la Región de Murcia. 

Los orígenes de Cehegín que figura como villa antigua en el Reino de Murcia, situada en la ribera del río de Canara es discutida que fue poblada por griegos, antes del nacimiento de Jesucristo, cuando una gran flota de navíos arribaron a las costas del Mediterráneo y de la actual Cartagena pasaron a Argos, en la ribera del citado río de Canara.Los griegos que confraternizaron con los iberos nativos a los que, diríamos, civilizaron. Posteriormente reciben la invasión de los cartagineses, y tres siglos antes del Cristianismo, la invasión de los romanos, que la llamaron Begastri. 

Con la llegada del Cristianismo se realizan conversiones al paso de los Varones Apostólicos y sus discípulos, especialmente San Segundo y San Eufrasio. El año 306 sufrieron martirio en Argos durante la persecución de Diocleciano, San Restituto y San Crispido que sembraron con su sangre la semilla cristiana. Tras esto, tenemos la invasión de los visigodos, que se asentarían en Begastri. 

De las ciudades que se incluyen en el pacto entre el conde Teodomiro y el jeque Abdelaziz se encuentra Begastri, ciudad antiquísima muy próxima a la actual Cehegín. Estos hechos los podemos situar en el 713. Años después se produce la llegada de la tribu magrebí de los Sinhagies, Zinhagies o Cehegies, durante el mandato de Almanzor sobre el 950, y aquí es donde podemos aventurar que Cehegín poseía una fortaleza árabe, ya consolidada, que vigilaba desde lo más alto de la ciudad el entorno que bañan los ríos Argos y Quípar. 

Es a partir del siglo XIII cuando Cehegín es reconquistado por los cristianos y se instala la Orden del Temple para desaparecer en 1310 y entonces otras órdenes, sobre todo la de Santiago, aprovechan las circunstancias para hacerse con el poder en estas tierras. El castillo era el lugar desde el cual la Orden de Santiago administraba la zona. Primero, por intereses puramente militares. Después, el castillo se convirtió en un centro recaudador. La fortaleza era prácticamente autónoma. 

Transcurridos bastantes años e iniciado el siglo XVIII surgirá un paulatino abandono de aquel hermoso castillo-fortaleza que dio lugar a un notable deterioro, favoreciendo ya a principios del siglo XX el habitáculo para algunos particulares de la ciudad a la vez que un centro docente. 

El rápido aumento de población deja pequeña la antigua plaza de abastos existente en los soportales de la Plaza Constitucional, convertidos en carnicerías, pescaderías y otros puestos donde se realizaba el mercado semanal, y en los años 50 del siglo XX se engendra la idea de demoler el castillo para ampliar el mercado de abastos.

Aunque en sus inicios tenía cinco torreones, ya no queda ninguno, pues se demolieron en el año 1956, lo cual da una idea exacta de la importancia que algunas ciudades españolas daban a sus restos patrimoniales. 

Lo único que quedó en pie fue la Puerta de Caravaca, ubicada en la parte alta de Cehegín, una de las puertas que conformaban el recinto del castillo y que daba paso al albacar del mismo. Esta parte del patrimonio regional se conserva a 10.40 metros de altura y los muros forman un ángulo recto sobre el que se apoyan las viviendas. El camino de Caravaca pasa justamente por aquí gracias a una puerta de acceso que se abrió hace algunos años para evitar que el caminante bordeara todo el recinto. 

Este castillo, poseía numerosas habitaciones, salas y habitáculos con chimeneas: sala de armas, y varias torres, como la del Alhorí, la del Mirador, la torre Mocha, la del Homenaje, la torre Ciega y la de la Garita. También contaba el castillo con un gran aljibe para recoger las aguas del cielo y suministrar a los vecinos de la fortaleza. Y varias bodegas donde guardar vinos y otros alimentos. Varios dormitorios con chimenea. En la parte baja, se situaban las caballerizas, pesebreras y otras bodegas. Y encima los pajares. En una barbacana, estaban los corrales donde se criaban gallinas ponedoras, pollos y conejos. 

Sin duda el castillo era inexpugnable por la parte norte, donde estaba situados la Torre del Pozo y el Alcázar. Y por la puerta principal de la Plaza Vieja, guardada por dos grandes torres y un extraño foso con puente levadizo, el cual en el tiempo que el Reino de Granada estuvo en poder de los sarracenos, todos los días antes de ponerse el sol se levantaba, y hasta el amanecer no se bajaba. La única zona accesible era desde el Partidor de Abajo, subiendo hasta las “Eras Altas”, cerca de la Ermita de Concepción, lo cual indica que aun no existía la Cuesta del Parador. 

Así mismo, en la torre llamada del Pozo, se ubicaba una casa fuerte, donde labraron un pozo, que con notable secreto por debajo de tierra, siempre estaba lleno de agua azucarada abastecida por el río de Canara, sin peligro de poder ser descubierta por los enemigos. Y para que los vecinos de la villa pudiesen coger el agua del pozo con seguridad, tiraron dos fachadas de fuerte muralla (faldones), dejando entre medias una callecita, o entrada encubierta, hasta llegar a una escalera de piedra espaciosa y fuerte, por donde con seguridad bajaban a coger el agua. 

Fuentes: Wikipedia
               regmurcia.com

Galería:

Recreación del castillo de Cehegín






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