miércoles, 1 de enero de 2020

Castillo de Monteagudo (Murcia)



El Castillo de Monteagudo es una espectacular fortificación que se halla situada a unos 5 km. al noroeste de la ciudad de Murcia, en la pedanía de Monteagudo (Región de Murcia). También se halla a unos escasos 10 km. de la ciudad alicantina de Orihuela. 

El castillo está enclavado en un impresionante puntal rocoso que se eleva 149 m sobre el nivel del mar, por lo que domina toda la vega circundante. Su estratégica situación y su singular disposición convierten a esta fortaleza en un hito fundamental en el amplio espacio que controla. A los pies del cerro se sitúa, actualmente, el núcleo urbano de la pedanía murciana de Monteagudo, situada en el borde septentrional de la Huerta. Desde allí, una carretera en regular estado conduce a los accesos del castillo, por lo que el vehículo se deja en un lugar habilitado para ello y al interior se sube a pie. Precisamente la última intervención restauradora se centró en buena parte en la adecuación de los accesos, eliminando los peligrosos y estableciendo otros que no fuesen agresivos para la correcta conservación del edificio. 

El castillo de Monteagudo remonta sus orígenes a época islámica. Las primeras referencias documentales a esta fortificación indican su existencia hacia 1078-1079, cuando allí fue encarcelado el rey musulmán de Murcia Abderramán Ibn Tahir tras su destronamiento. 

Las construcciones palaciales mardanisíes lo relacionan con el esplendor de la corte taifal murciana y la resistencia hispanomusulmana frente a los almohades durante la segunda mitad del siglo XII. No obstante, la trascendental fama que aún conserva le vendría con la incorporación del reino a la Corona de Castilla en 1243. Allí situó Alfonso X el Sabio su residencia murciana, y su pertenencia se vinculó ya a los monarcas castellanos. Precisamente, la pérdida del valle del Vinalopó y la vega baja del Segura a comienzos del siglo XIV, y su definitiva agregación al reino aragonés de Valencia, convertiría al castillo de Monteagudo en la principal fortificación de Castilla frente a la Corona de Aragón, vigilante secular del Camino Real que unía a Murcia con Orihuela. 

La inclusión de Orihuela en la taifa de Denia convirtió hacia la primera mitad del siglo XI a Monteagudo en la vanguardia fortificada del reino musulmán de Murcia en su frontera noreste. Ya el poeta Hazim al-Qartayanni, en su Qasida maqsura, escrita a comienzos del siglo XII, canta la verticalidad de la fortaleza contrastando con la gran planicie de la Vega del Segura. La importancia que cobró la taifa murciana durante el periodo mardanisí, a mediados del siglo XII, fue paralela a la de esta fortificación, que era sin duda el castillo más impresionante en el área murciana cuando el reino de Murcia fue incorporado a la Corona de Castilla en 1243. Por tanto, el rey Alfonso X haría de él su residencia durante sus estancias en la ciudad, tal y como refleja la documentación bajomedieval. Las labores intelectuales del monarca han llevado a algunos autores a destacar la importancia cultural de Monteagudo durante estos años. 

El castillo, el cercano Castillejo y la también próxima fortaleza de Larache constituyeron la concesión más importante de los repartimientos efectuados en la huerta de Murcia durante la segunda mitad del siglo XIII. Todos ellos fueron entregados por el rey Sabio como donadío a su esposa doña Violante, y así pasaría también a doña María de Molina. A comienzos del siglo siguiente, tras el conflicto entre Castilla y Aragón, el valle del Vinalopó y parte de la Vega Baja del Segura quedaron incorporados al reino de Valencia, y por lo tanto el castillo de Monteagudo se convirtió en el puntal defensivo del reino cas tellano de Murcia frente a la futura Gobernación de Orihuela. Protagonista de diversos hechos de armas durante la Baja Edad Media, la fortaleza aún conservaba su importancia militar durante del siglo XVI, cuando es citada en las Relaciones de Felipe II. No obstante su relevancia estratégica había perdido interés conforme se diluían las actividades bélicas fronterizas entre el reino de Murcia y el de Valencia. 

El recinto superior ocupa la parte más alta del puntal rocoso con una planta rectangular jalonada de torreones cúbicos que defienden los muros y ayudan a su solidez estructural a modo de contrafuertes dada la irregularidad del terreno, ocupando una superficie aproximada de unos 50 m por 25 m. A su vez este edificio quedaría subdividido en otros dos sectores bien diferenciados: por un lado la plaza de armas, donde hoy se sitúa una monumental imagen del Sagrado Corazón de Jesús, y por otro, un espacio situado al norte donde serían ubicadas una serie de estancias y dependencias así como el acceso a este recinto, parcialmente destruido pero que presenta la espectacularidad de su vano con un típico arco de herradura. Como elemento característico surgen, en las esquinas de este cuerpo, la disposición de las torres en ángulo entrante en lugar de las comunes torres de esquinas existentes en otras fortificaciones. 

El recinto inferior se extendería principalmente en el sector nororiental del cerro, y está compuesto por un cinto amurallado cuyas torres también se situaron muy próximas entre sí, dándole un aspecto semejante a otras fortificaciones de su contexto histórico y geográfico. Para acceder a este espacio había que sortear una serie de puertas en recodo y pasillos dominados por diferentes torreones que guardaban perfectamente el halo de inexpugnabilidad de la fortaleza. Destaca también en este sector un torreón relacionado con una sima desde la que se abastecía de agua la guarnición del castillo. 

En líneas generales, el conjunto del edificio fue construido utilizando un tapial de argamasa de excelente calidad, con encofrados modulares de unos 80 cm. de altura. No obstante, en algunos tramos determinados se utilizó el ladrillo, tanto en muros como en zócalos. 

Fuentes: Wikipedia
               regmurcia.com

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