El Castillo de Rochafrida, también llamado Castillo de San Felices, se encuentra a unos 7 km. de la población de Ossa de Montiel, en la provincia de Albacete (Castilla-La Mancha).
Para llegar hasta él, tomaremos el desvío que desde Ossa de Montiel nos lleva a las Lagunas de Ruidera, pues dentro del parque natural, en lo alto de una loma se encuentra la fortificación, que está bien señalizada su posición.
El
castillo fue construido en el siglo XII, durante la ocupación
musulmana, por la tribu berberisca Masmuda. Probablemente este
castillo cayó en manos cristianas a raíz de la conquista cristiana
de los castillos de Alhambra y Peñarroya (entre 1198 y 1200), y de
la toma de la plaza de Alcaraz en 1213, por los caballeros de la
Orden religioso-militar de Santiago. Sería por entonces, cuando se
le denominaría con el nombre de San Felices, en honor a San Félix
de Valois, eremita francés que, junto con San Juan de la Mata, en
1197, con autorización de Inocencio III, fundaron la Orden de los
Trinitarios.
El 26 de abril de 1216 Enrique I de Castilla (el
rey niño) lo entregó a Don Suero Téllez de Meneses, con las
dehesas y tierras a su entorno. Pocos años después pasó a manos de
la Orden de Santiago. Ya en el siglo XV, durante el reinado de Isabel
y Fernando, la fortaleza quedó en absoluto abandono.
Es
un castillo roquero de tipo y destino militares, que posee un recinto
amurallado levantado en la roca (denominada dolomía). La planta del
castillo es un polígono irregular de doce lados, forma impuesta por
la morfología del terreno, para cubrir y vigilar cualquier recoveco
y hueco por el que pudiera acceder el enemigo.
La muralla
tiene un espesor de más de 2 metros, y su altura sería también de
unos 2 metros. Tiene almenas, y dado lo abrupto del cerro y el buen
revoque de la pared con el mortero, la escalada por cualquier lienzo
era extremadamente dificultosa. Poseía varias torres, de las que hoy
sólo se conserva parte de los muros.
El cerro está rodeado por una
franja lacustre muy cenagosa de unos doscientos metros de anchura,
que hace de auténtico foso. Cuenta además con un puente levadizo
sobre el río Alarconcillo. Por todo ello, la fortaleza sería
prácticamente inexpugnable, sobre todo por la caballería, que
quedaría clavada en el fango ante cualquier intento de ataque.
En
el castillo se han encontrado restos arqueológicos que evidencian el
origen árabe del castillo, tales como puntas de flecha de hierro,
pequeños cuchillos o láminas de sílex, y especialmente pequeñas
placas o escudillas forradas de oro, que responden por sus
características a un tipo de decoración de origen árabe, en la que
los motivos se repiten continuamente rellenando cualquier hueco, como
si se tuviera manía a los espacios vacíos. Esta es una decoración
geométrica fundamentalmente anticónica, típicamente árabe.
La
muralla está hecha de una mezcla de cal, arena y piedra rústica del
lugar, y se hallan parcialmente labradas las de las jambas de la
portada principal. Se encuentra en estado de ruina progresiva y es de
propiedad particular, y se destina a uso turístico.
Fuentes: Wikipedia
turismoruidera.com
Turismo Castilla-La Mancha
castillosricsol.org
Galería:
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