El Castillo de Monleón se halla situado en la localidad del mismo nombre de la provincia de Salamanca (Castilla-León).
La
figura de su airosa Torre del Homenaje destaca sobre el caserío de
la villa. Con 37 metros de altura, se levanta en uno de los extremos
de la localidad, sirviendo de arranque a la muralla medieval.
Monleón
es uno de los pueblos más antiguos y de mayor resonancia histórica
de Salamanca. La primera mención a Monleón podría deducirse del
lugar Leocaput, mencionado sobre la Batalla de Alhandega, que tuvo
lugar a continuación de la famosa Batalla de Simancas, en que fue
vencido el ejército de Abderramán III, teniendo lugar la de
Alhandega en su retirada con un posterior encuentro con las fuerzas
del rey Ramiro II de León, el 21 de agosto de 939, quedando los
cordobeses totalmente dispersos. Definitivamente debió ser conquistada Monleón por las huestes del rey Alfonso VI de León antes del año 1077, pues en ese año este monarca ganaba la fortaleza de Coria.
En
1199 Monleón fue nombrada villa por el rey Alfonso IX de León,que
la convirtió en cabeza de un concejo propio del que pasaron a
depender varias de las localidades más cercanas.
Este
mismo monarca ordenó la elevación a vicaría de esta localidad en
lo eclesiástico a inicios del siglo XIII.
En
un documento de 1330 se puede ver cómo los hombres buenos del
castillo de Monleón se quejaban amargamente ante Alfonso XI porque
la conducta del municipio rector de la tierra no es conforme a los
principios amplios y acogedores de la carta o fuero de repoblación a
ellos otorgada, convirtiéndose según la declaración de estas
gentes en papel mojado. Alfonso XI sale al parecer como amigable
componedor pero en defensa de los pobladores, para contener al mismo
tiempo la querella que pretendía imponer ante su autoridad.
En
1248 Monleón perdió por orden de Fernando III el Santo la condición
de concejo, integrándolo en el de Salamanca. Con la creación de las
actuales provincias en 1833, Monleón quedó integrado en Salamanca.
Testigo
de la importancia del poder feudal del momento, alcanzó su máxima
relevancia en el siglo XV, cuando fue protagonista de dramáticos
hechos. En uno de ellos, Fernando el Católico amenazó con
descuartizar ante los ojos de su esposa al señor del castillo, que
estaba cautivo, con lo que ésta claudicó.
El
recinto de la fortaleza es irregular, y se apoya en dos lienzos de la
muralla; se accede a través una gran puerta con arco de medio punto,
protegida por dos cubos con saeteras.
El
edificio más relevante del conjunto es la Torre del Homenaje,
adornada en su culminación con ocho garitas voladas. Construida en
granito, está distribuida en cinco plantas, que presentan algunas
modificaciones de épocas posteriores. En la actualidad es de
propiedad privada.
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