jueves, 9 de enero de 2020

Murallas de Jávea (Alicante)


Las Murallas de Jávea se encuentran localizadas en el casco urbano de esta bella localidad homónima en la provincia de Alicante (Comunidad Valenciana). 

El recinto fortificado de Jávea (Xàbia) tiene sus orígenes en una fundación ex novo de principios del siglo XIV, como han confirmado las excavaciones arqueológicas realizadas en el casco histórico de la localidad (Espinós, Polo, 1985). Las primeras referencias sobre la villa de Xàbia aparecen en un documento de Jaime I, fechado en el año 1.278 y en otro expedido por Jaime II en el año 1.301. En ambos se confirman las las ventas y donaciones y la fortificación de un nuevo enclave urbano. 

Una detenida lectura de la documentación revela datos importantes de ubicación del primigenio enclave urbano medieval de Xàbia. Se hace referencia a una torre defensiva y a un muro denominado “...domos d´en Cayrat que sunt infra murus...”. Esta torre es posteriormente ampliada con un recinto amurallado o “cortig” para dar cabida a las viviendas de los colonos” ...” para que todos los pobladores puedan tener y construir allí sus casas, pagando éstos la correspondiente por los patios a los que tienen tierras dentro de dicha fortaleza...” (Espinós Polo 1985). 

Sin embargo, la arqueología no ha podido establecer del todo el emplazamiento exacto de esta Torre d´en Cayrat. Algunos autores plantean que se hallase en el punto más elevado de la colina donde actualmente se haya el casco antiguo de la localidad de Xàbia. Allí parece que pudo existir un torreón cuadrangular que sobresale en la calle Canónigo Pajarón - actual calle Roques -, precisamente en el extremo de la planicie formada por la cota más alta del montículo, pero cuyos restos parece que se levantan en los siglos XVI y XVII. Las escasas pruebas circunstanciales se acogen también a la denominación “muret”, que hace mención a una referencia toponímica que ha perdurado en el tiempo y que da nombre a un callejón que confluye con la calle San Francisco – actual calle Gual -, haciendo referencia a un antiguo lienzo de muralla que cerraría la parte sur de este primitivo recinto. Dentro de este recinto, es donde se cree que habría que ubicar la fortaleza que se encontraba en construcción a principios del siglo XIV. 

Lo que si parece confirmado es que el ábside de la Iglesia de San Bartolomé fuera una construcción militar, almenada y de planta cuadrada con contrafuertes angulares para facilitar su estabilidad, cuyos límites sur y norte estarían enmarcados por el actual edificio del Ayuntamiento y el Mercado Municipal, espacio ocupado por el Convento de las Agustinas hasta el año 1.936. Los restos de la cimentación de la torre aparecieron en las excavaciones realizadas en la antigua Capilla de San Cristóbal, bajo el actual edificio del Ayuntamiento y se corresponden con una construcción de planta cuadrangular que se ha identificado con una torre que flanquearía la lateral de una de las puertas de la fortaleza medieval (Bolufer Marqués ,2006). 

Será al inicio del siglo XVI cuando se abrirá el Portal del Clot en 1.554 y el Portal del Mar en 1.565, con sendos torreones (Espinós,Polo 1985). Igualmente se aprovechó el primitivo torreón medieval para convertirlo en iglesia, dándole al mismo tiempo aspecto y función de fortaleza. Según el ingeniero Antonelli il Vecchio, era necesario “...acabar de perfeccionar su castillo...”. 

También en esta centuria se inicia la ampliación de la fortaleza que se acabará convirtiendo en la Iglesia de San Bartolomé. El caso de esta iglesia fortificada es complejo, ya que se trata de un edificio gótico isabelino, definido por algunos autores como “exótico”, al tratarse de una construcción que transplanta modelos importados del Reino de Castilla, algo poco frecuente en estos momentos (Pérez i Moragón Jarque 1991). La falta de documentación impide, de momento, establecer la cronología del inicio de las obras y su duración, aunque es conocido que fueron dirigidas por el vizcaíno Domingo de Urteaga “mestre picapedrer” a quien tradicionalmente se le atribuye la autoría de la iglesia, construida con sillares de tosca de la cantera del Muntanyar, hasta donde era llevada en grandes barcazas desde la Cova Tallada. Según algunos autores las obras pudieron iniciarse a principios del siglo XVI, sobre el año 1.513. 

Las obras están financiadas por el Marqués de Denia, contribuyendo a ellas el Capitán General del Reino, encargado de todas las defensas de la costa. La permanencia del recinto amurallado sobre la trama urbana de Xàbia es muy larga en el tiempo. Incluso bien entrado el siglo XIX, la población seguía contando con buena parte de sus murallas en pie, hasta que el año 1.873 comienza su demolición (Cruañes 1986), motivada por la aplicación de las políticas liberales progresistas, una mayor preocupación por los temas relacionados con la sanidad e higiene de los espacios públicos que necesita un maquillaje estético y, fundamentalmente un crecimiento demográfico – aquí relacionado con el cultivo de la uva y la exportación de la uva pasa – que provoca un aumento de las viviendas que sobrepasan los límites de un recinto amurallado en plena decadencia (Rodríguez, 2005).

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