Las Murallas de Jávea se encuentran localizadas en el casco urbano de esta bella localidad homónima en la provincia de Alicante (Comunidad Valenciana).
El
recinto fortificado de Jávea (Xàbia) tiene sus orígenes en una
fundación ex novo de principios del siglo XIV, como han confirmado
las excavaciones arqueológicas realizadas en el casco histórico de
la localidad (Espinós, Polo, 1985). Las primeras referencias sobre
la villa de Xàbia aparecen en un documento de Jaime I, fechado en el
año 1.278 y en otro expedido por Jaime II en el año 1.301. En ambos
se confirman las las ventas y donaciones y la fortificación de un
nuevo enclave urbano.
Una
detenida lectura de la documentación revela datos importantes de
ubicación del primigenio enclave urbano medieval de Xàbia. Se hace
referencia a una torre defensiva y a un muro denominado “...domos
d´en Cayrat que sunt infra murus...”. Esta torre es posteriormente
ampliada con un recinto amurallado o “cortig” para dar cabida a
las viviendas de los colonos” ...” para que todos los pobladores
puedan tener y construir allí sus casas, pagando éstos la
correspondiente por los patios a los que tienen tierras dentro de
dicha fortaleza...” (Espinós Polo 1985).
Sin
embargo, la arqueología no ha podido establecer del todo el
emplazamiento exacto de esta Torre d´en Cayrat. Algunos autores
plantean que se hallase en el punto más elevado de la colina donde
actualmente se haya el casco antiguo de la localidad de Xàbia. Allí
parece que pudo existir un torreón cuadrangular que sobresale en la
calle Canónigo Pajarón - actual calle Roques -, precisamente en el
extremo de la planicie formada por la cota más alta del montículo,
pero cuyos restos parece que se levantan en los siglos XVI y XVII.
Las escasas pruebas circunstanciales se acogen también a la
denominación “muret”, que hace mención a una referencia
toponímica que ha perdurado en el tiempo y que da nombre a un
callejón que confluye con la calle San Francisco – actual calle
Gual -, haciendo referencia a un antiguo lienzo de muralla que
cerraría la parte sur de este primitivo recinto. Dentro de este
recinto, es donde se cree que habría que ubicar la fortaleza que se
encontraba en construcción a principios del siglo XIV.
Lo
que si parece confirmado es que el ábside de la Iglesia de San
Bartolomé fuera una construcción militar, almenada y de planta
cuadrada con contrafuertes angulares para facilitar su estabilidad,
cuyos límites sur y norte estarían enmarcados por el actual
edificio del Ayuntamiento y el Mercado Municipal, espacio ocupado por
el Convento de las Agustinas hasta el año 1.936. Los restos de la
cimentación de la torre aparecieron en las excavaciones realizadas
en la antigua Capilla de San Cristóbal, bajo el actual edificio del
Ayuntamiento y se corresponden con una construcción de planta
cuadrangular que se ha identificado con una torre que flanquearía la
lateral de una de las puertas de la fortaleza medieval (Bolufer
Marqués ,2006).
Será
al inicio del siglo XVI cuando se abrirá el Portal del Clot en 1.554
y el Portal del Mar en 1.565, con sendos torreones (Espinós,Polo
1985). Igualmente se aprovechó el primitivo torreón medieval para
convertirlo en iglesia, dándole al mismo tiempo aspecto y función
de fortaleza. Según el ingeniero Antonelli il Vecchio, era necesario
“...acabar de perfeccionar su castillo...”.
También
en esta centuria se inicia la ampliación de la fortaleza que se
acabará convirtiendo en la Iglesia de San Bartolomé. El caso de
esta iglesia fortificada es complejo, ya que se trata de un edificio
gótico isabelino, definido por algunos autores como “exótico”,
al tratarse de una construcción que transplanta modelos importados
del Reino de Castilla, algo poco frecuente en estos momentos (Pérez
i Moragón Jarque 1991). La falta de documentación impide, de
momento, establecer la cronología del inicio de las obras y su
duración, aunque es conocido que fueron dirigidas por el vizcaíno
Domingo de Urteaga “mestre picapedrer” a quien tradicionalmente
se le atribuye la autoría de la iglesia, construida con sillares de
tosca de la cantera del Muntanyar, hasta donde era llevada en
grandes barcazas desde la Cova Tallada. Según algunos autores las
obras pudieron iniciarse a principios del siglo XVI, sobre el año
1.513.
Las
obras están financiadas por el Marqués de Denia, contribuyendo a
ellas el Capitán General del Reino, encargado de todas las defensas
de la costa. La permanencia del recinto amurallado sobre la trama
urbana de Xàbia es muy larga en el tiempo. Incluso bien entrado el
siglo XIX, la población seguía contando con buena parte de sus
murallas en pie, hasta que el año 1.873 comienza su demolición
(Cruañes 1986), motivada por la aplicación de las políticas
liberales progresistas, una mayor preocupación por los temas
relacionados con la sanidad e higiene de los espacios públicos que
necesita un maquillaje estético y, fundamentalmente un crecimiento
demográfico – aquí relacionado con el cultivo de la uva y la
exportación de la uva pasa – que provoca un aumento de las
viviendas que sobrepasan los límites de un recinto amurallado en
plena decadencia (Rodríguez, 2005).
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