La Torre de Venero, llamada también Castillo de Amuero, se encuentra situada en la población de Castillo de Siete Villas en la Comunidad de Cantabria.
En
Castillo, localidad trasmerana, se localiza una de las numerosas
fortalezas que aún prevalecen de los tiempos del otoño medieval.
Las torres medievales de Cantabria nacieron como consecuencia de las
luchas señoriales locales, en demanda del acrecentamiento de sus
tierras y vasallos, y como instrumento idóneo para el ejercicio de
su dominio feudal.
Levantada
sobre un cerro calcáreo, amenazada de ruina en su ángulo suroeste,
y sobresaliendo entre los campos cercanos, encontramos la torre de
Venero. Esta edificación militar puede considerarse una
fortificación medieval tardía. Su planta es cuadrada, de unos 9 m.
de lado. Sus muros, de sillarejo unido con argamasa, poseen un
espesor de 70 cm.
El
alzado debió tener unos 10 m., dividiéndose en cuatro plantas. Su
distribución interna respondería a las características de las
torres bajomedievales de Cantabria: planta baja, para el cuerpo de
guardia, cocina y caballerizas; principal, con salón para la vida
común; segunda, para dormitorio de los señores; tercera, para los
criados y gentes de armas; y por fin una cuarta, descubierta y
almenada, desde donde se practicaba la defensa y vigilancia. Todos
los pisos se comunicaban a través de escaleras, fácilmente
suprimidas en situaciones de acoso agobiante.
Sus
paredes conservan, en algún punto, superficies de revoque de cal.
Estos enlucidos internos son posteriores, pues en edificios
contemporáneos y mejor conservados, las paredes muestran su fábrica
desnuda, recubriendo el pavimento, en el pasado medieval, con telas y
tapices.
En
la fachada sur se abre la puerta, de la que solo se conserva un arco
de 1,40 m. de luz. En la primera planta debió poseer un gran
ventanal, rematado en arco de medio punto, que daba acceso a una
balconada o cadalso de madera, sostenido por cuatro repisas que
sobresalen del muro exterior. En el segundo piso existen dos
ventanillas rematadas en arco apuntado y dos troneras rectangulares,
con derrame hacia el interior. Todas las fachadas se rematan en una
cornisa almenada, que presenta saeteras en dos almenas de cada cara
del edificio.
Don
Lope García de Salazar, noble vizcaíno y escritor del siglo XV,
narra como el linaje de los Venero desciende del solar de Castillo de
San Pedro, de donde se fueron a poblar el barrio de Venero, cuyo
nombre adquieren. Siguiendo al autor de «Bienandanzas e fortunas»
conocemos al fundador de esta torre de Venero: «Martín Sánches
de Castillo fue de mucha fasienda e fizo la Torre de Castillo sobre
la plaça».
Fuente: Castillos del Olvido
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