viernes, 1 de mayo de 2020

Torre de Villanueva (Quijas, Cantabria)


La Torre de Villanueva, también llamada Torre de Quijas, se encuentra localizada en la población de Quijas, en la Comunidad de Cantabria. 

Se trata de una torre medieval de gran valor histórico y estratégico, al formar parte de una red de torres defensivas, que permitían a sus moradores, estar alerta ante posibles ataques de sus enemigos, principalmente, los provenientes de la mar. 

A partir del siglo XIII, con el progresivo aumento del poder señorial, aparecen por toda Cantabria una gran cantidad de torres, más o menos fortificadas, que cubren todo el territorio y de las que aún se conservan bastantes muestras. De la época bajomedieval tan sólo hay un ejemplo en Cantabria que se escapa de esta tipología, el castillo de Argüeso. 

En el escenario bajomedieval las fortificaciones familiares salpicaron la geografía cántabra con edificaciones destinadas a defender la costa y a la protección frente a las luchas de banderías. Se trata de torres aisladas construidas entre finales del siglo XII y principios del XV, que responden a cierta función militar y de atalaya sobre el territorio. Responden a un estilo gótico, en muchas ocasiones tardío, y no suelen aparecer en núcleos urbanos. 

Tienen, como características comunes, plantas cuadradas y muros de mampostería con refuerzos de sillares, ventanas estrechas, ya geminadas o ensaetadas, normalmente una entrada única y pisos de madera. Suelen poseer entre tres y cuatro plantas, estando los servicios en la baja (bodega, saladero), una sala de banquetes y recepción en el primero y las dependencias señoriales en los sucesivos; la escalera principal se situaba cerca de la entrada y era generalmente de madera. Probablemente cada piso estaba libre de divisiones, a excepción de los tapices que ocultaban el lecho señorial, ya que no se han encontrado rastros de tabiques. 

Algunas poseyeron muralla y foso. En algún caso prácticamente todos los muros son de sillería. La entrada la constituía un arco rebajado flanqueado de saeteras; en el interior, la escalera que arranca junto a ella avanza dos tramos por planta pegada a fachada. El volumen general tiene pocos huecos y genera una apariencia de pesadez. La decoración es prácticamente inexistente. Normalmente estaban rematadas por almenas. En el interior se deja un espacio abierto en el muro junto a la ventana, con un banco, cubierto por un arco rebajado. 

La estructura interior consistía en un tronco central de madera que sostenía una gran viga de madera en cada planta, a partir de la cual se forjaba entre ella y los muros de piedra. Sólo a veces aparece un muro de mampostería interior sobre el cual forjar, sustituyendo al pilar de madera. 

En algunos casos, pocos, estas torres estaban rodeadas de una alta barbacana que las hacía parecer castillos al estilo de los de Álava. La existencia o no de estos sistemas defensivos (murallas, fosos, contrafosos, barbacanas, etcétera) marca la diferencia tipológica de las torres. 

Fuente: Castillos del Olvido

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