La Torre de Gallape se alza sobre un cabezo a 235 m. de altitud en el término municipal de la localidad de Écija en la provincia de Sevilla (Andalucía).
Se puede acceder a ella por
la carretera de El Rubio, que enlaza con la que va de Osuna a Écija.
Pasado el Rancho de Montelinero, en dirección a El Rubio, hay un
carril a la izquierda. A partir de ahí nos separan de la torre unos
5 kilómetros de carriles y cordeles un tanto complicados de seguir,
por lo que convendrá preguntar por la zona. En los mapas del
Servicio Geográfico del Ejército figuran unos carriles que ya no
existen.
La
torre ofrece al visitante un aspecto formidable a pesar de su ruinoso
estado, coronando el cabezo sobre el que se asienta. Está orientada
conforme a los puntos cardinales, teniendo su acceso en el lado
norte, desde donde se controla una inmensa comarca de decenas de
kilómetros. Al norte Écija, al este El Rubio y Marinaleda, y por el
sur carece de visibilidad, ya que se lo impide el Cerro del Lobo, de
mayor altura.
Sobre la puerta se conservan las ménsulas del
matacán que la defendía, situado a bastante altura sobre la misma
por estar ubicado en la azotea. En uno de los ángulos del interior
se conserva el arranque de la bóveda de la primera planta,
construido con ladrillo.
En el interior no se aprecian
mechinales ni restos de escaleras, por lo que estas debían ser de
mano. Sin embargo, hay un zócalo de aproximadamente 1,60 metros de
altura que, hipotéticamente, podía sustentar un suelo de madera,
quedando bajo el mismo un semisótano que podría haber servido como
almacén. Nada parece indicar que disponga de aljibe en su
interior.
Lo más curioso se encuentra al sur de la torre, a
pocos metros de la misma y en la ladera del cabezo, son los restos de
lo que podrían ser dos aljibes de forma cuadrangular y también
restos de una posible cerca. Quizá formaban parte de las
instalaciones de la torre, o pueden ser los restos de una
fortificación anterior, ya que en los alrededores se pueden ver
restos de técula.
Su
fábrica es mixta. Hasta el nivel de la primera planta se compone de
paramentos de sillarejo nivelado con lascas y relleno con abundante
cantería y restos cerámicos, todo ello sobre una base de cantería
sin desbastar. El llagueado es a base de mortero de una cal muy dura.
La segunda planta, de la que solo quedan los lienzos norte y este, es
de tapial a base de guijarros y restos cerámicos. Su estado actual
es de ruina progresiva.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
J. Aranda (Fotos)
Galería:
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