jueves, 10 de diciembre de 2020

Castillo de El Real de la Jara (Sevilla)

 


El Castillo de El Real de la Jara se encuentra situado en el término municipal de la localidad del mismo nombre en el extremo noroeste de la provincia de Sevilla (Andalucía). 

Los árabes ya poblaban este lugar, al que llamaban Xara, y parece ser que esta población alcanzó cierta importancia durante el período almohade. El topónimo de El Real debe proceder de tiempos de Alfonso X, en cuyo Libro de la Montería ya menciona una dehesa de Santa Olalla (donde aún no existía castillo alguno) y un camino que va desde ella hasta el Realejo, o sea, El Real de la Jara. 

La plaza fue ocupada por Fernando III en 1247, durante las operaciones de aproximación a Sevilla, cercada en el verano de ese mismo año. Según la tradición, una cierva, que figura en el escudo heráldico de la población, guió a las tropas castellanas hacia el punto más adecuado para apoderarse de su castillo. Es una de tantas leyendas que forman parte del imaginario que se creó a raíz de las conquistas del rey santo. 

En 1293, el concejo hispalense solicitó al rey Sancho IV autorización para construir una serie de castillos con el fin de reforzar las fronteras de su alfoz, y no solo por la amenaza del vecino reino de Portugal, sino de las órdenes de Santiago y el Temple, con las que el Concejo de Sevilla nunca tuvo buenas relaciones. Dicha autorización fue otorgada en Toro el 4 de noviembre de 1294, concediendo el monarca permiso para la construcción de dichos castillos, se conceden fondos para mejorar las defensas de los de Almadén, Cala y El Real de la Jara, a razón de 500 maravedíes de la moneda de guerra durante seis años. 

El interés del concejo de Sevilla por fortificar la zona iba encaminado en varias direcciones. Por un lado proteger las poblaciones de las partidas de bandidos que infestaban la zona. De hecho, en 1273 ya se concedieron a El Real varias franquezas por el Concejo de Sevilla por la labor desempeñada en pro de la defensa de los viajeros. Por otro lado, su ubicación le permitía un control absoluto sobre la Vía de la Plata, que transcurre a escasa distancia del castillo. Finalmente, como ya se ha mencionado, mantener alejados a los templarios y santiagueños de su territorio. 

El castillo se levanta sobre un elevado cabezo situado al norte de la población. A menos de medio kilómetro al este del mismo transcurre la Vía de la Plata. Hace pocos años fue parcialmente restaurado, quedando pendiente un tramo del lienzo noroeste y una torre en cuya base se observa lo que podría ser la boca de un aljibe o una mazmorra. El resto del edificio ha sido restaurado con los mismos materiales con que fue construido, y las bóvedas de la torre del homenaje con ladrillos. Sin embargo, no se ha reconstruido el almenado del recinto. 

El recinto tiene forma trapezoidal, y cuenta con dos puertas y ocho torres, 3 de ellas semicirculares. La puerta principal es en recodo y se sitúa en la torre del homenaje, al sur del recinto. La puerta secundaria se abre en el lado opuesto. Ambas puertas han sido totalmente reconstruidas a base de sillería de granito. 

En el ángulo sureste hay una torre con cámara, que corta el paso del adarve y desde la que se cubre la entrada principal. En el ángulo noreste hay otra torre de planta cuadrada, que ha sido restaurada de forma que no se puede saber si disponía también de cámara. En el lienzo que las une hay un cubo semicircular, posiblemente añadido en tiempos posteriores a su construcción. 

En el ángulo noroeste del lienzo norte hay otra torre también reconstruida completamente, por lo que tampoco se puede saber si contaba cámara. Entre ambas, y al igual que en el lienzo este, hay otro cubo semicircular. 

La Torre del Homenaje, que corta el paso del adarve, cuenta con una amplia cámara cerrada con bóveda de cañón y con una escalera que lleva hasta la azotea. No hay constancia de la existencia de ningún matacán para defender la puerta, ya que la mitad superior de la torre ha sido reconstruida por completo, pero casi con seguridad debió de existir. Actualmente no se observa la existencia de aljibes en el patio, pero es de suponer que cuenta con alguno, si bien deberá estar cegado. 

La fábrica de todo el recinto es de paramentos de mampuesto de 2,2 metros de grosor, rellenos de tierra y cantería. No se observan mechinales en el interior de los lienzos dado que, al restaurarse, las murallas se encontraban a la mitad de altura que actualmente, pero en su amplia plaza de armas de casi 2.000 metros cuadrados debieron existir las habituales dependencias en este tipo de edificios: cuadras, almacenes, alojamientos para la tropa, etc. Ha sido restaurado casi en su totalidad. 

Fuentes: Wikipedia
               castillos.net
               garcilanga (Fotos)

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