miércoles, 2 de diciembre de 2020

Murallas de Sevilla (Sevilla)

 


Las Murallas de Sevilla son el recinto defensivo que rodeaba la ciudad de Sevilla, capital provincial de la Comunidad de Andalucía. 

En el año 1023 el rey Abud-Qasim-Musammad ben Abbad ordenó reconstruir las murallas de Sevilla (Isbylia), como medio de protección ante el inexorable avance de las tropas cristianas, tras una complicada etapa en la que se habían sucedido el Califato de Córdoba, los Reinos de Taifas y el Imperio Almorávide. 

En 1222 las murallas fueron reforzadas con un antemuro y un foso, lo que no impidió que en 1248 la ciudad cayera en manos de las tropas cristianas de Fernando III de Castilla, el rey Santo. Después de la conquista cristiana las murallas siguieron defendiendo la ciudad, pero esta vez frente a un enemigo natural, las crecidas del río Guadalquivir, hasta que en 1861 se decidió la demolición de una de las murallas más largas de Europa. 

Las murallas de Sevilla protegían una extensión de 300 hectáreas, y a lo largo de sus más de 7 kilómetros de longitud se alzaban 166 torres y se abrían más de una docena de puertas y postigos, todo ello rodeado por un antemuro y un foso. 

Las torres eran de planta predominantemente cuadrada, y separadas entre sí 40 metros. Como excepciones a las torres cuadradas están las torres palatinas, más que defensivas, de Abb al Aziz, de planta hexagonal y situada en la calle Santo Tomas esquina con la avenida de la Constitución, la Torre de la Plata, octogonal, y la Torre del Oro, dodecagonal. Dentro del lienzo de defensa que queda intacto entre la Puerta de la Macarena y la Puerta de Córdoba se encuentra la Torre Blanca, de planta octogonal irregular. 

A lo largo de la muralla se disponían las puertas llamadas, Córdoba, Sol, Osario, Carmona, La Carne, San Fernando o Nueva, Jerez, Arenal, Triana, Real (antigua puerta de Goles), San Juan, Barqueta y Macarena. Durante las obras del metro de Sevilla aparecieron en la calle San Fernando restos arqueológicos de muralla, torres y antemuro. 

Hoy día solo quedan restos de murallas entre la Puerta de la Macarena y la Puerta de Córdoba, así como en los jardines del Valle y en la casa de la Moneda, la Torre Blanca, el Postigo del Aceite y apenas uno de los arranques del Postigo del Carbón, colindante a la Torre de la Plata. 

Fuentes: castillos.net
               garcilanga (Fotos)

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