viernes, 11 de diciembre de 2020

Murallas de Sanlúcar la Mayor (Sevilla)

 


Las Murallas de Sanlúcar la Mayor, también llamadas Murallas de San Pedro, se encuentran situadas en la localidad del mismo nombre en la provincia de Sevilla (Andalucía). 

Sanlúcar la Mayor se erige sobre un antiguo asentamiento turdetano denominado en su día como Area Hesperi, en el extremo oeste del Aljarafe sevillano. Tras ser arrasado por los romanos y reconstruido posteriormente por ellos mismos, recibió el nombre de Locus Solis, o Lugar Soleado, de donde proviene el actual topónimo. A finales del siglo XII, los almohades emprendieron la construcción de la cerca urbana y un castillo denominado Hins Shaluqa. 

Durante las acciones militares llevadas a cabo durante el cerco a Sevilla bajo Fernando III, todo el Aljarafe fue estragado a conciencia por las tropas del señor de Molina, hermano del monarca, y los freires de la Orden de Santiago, a fin de impedir en lo posible el aprovisionamiento de la ciudad, que aún mantenía una vía abierta hacia el exterior a través del arrabal de Triana. Una vez tomada Sevilla el 23 de noviembre de 1248, en las capitulaciones se ofreció al valí de la misma, Al-Saqqaf y a su lugarteniente Ibn Suayb, los señoríos de Sanlúcar y de Niebla cuando cayesen en manos castellanas, si bien ambos rechazaron la oferta y se exiliaron a Ceuta. 

Tras la toma de Sevilla, Fernando III emprendió la conquista del Aljarafe a fin de dejar libre el camino hacia Medinat al-Labla, el siguiente objetivo para engrosar su ya larga lista de conquistas, encomendando la tarea al maestre de Santiago Pelayo Pérez Correa. Sanlúcar fue cercada en el verano de 1251. Estando las tropas acampadas cerca de la alquería de Benazuza, según la leyenda fue encontrada una imagen de la Virgen y, por considerarlo un buen presagio, frey Fernán Gutiérrez, que estaba al mando del ejército por hallarse ausente el maestre de la Orden, ordenó el asalto a la ciudad que, tras una cruenta lucha, cayó el 28 de junio de 1251. Dicha imagen fue nombrada como Nuestra Señora de Aguasanta. 

Con la ocupación castellana, retomó su nombre de Sanlúcar, añadiéndosele el término del Alpechín por su riqueza olivarera. Hasta el año 1635 perteneció al alfoz de Sevilla para, cuatro años más tarde, ser convertida por Felipe IV en ducado a favor de don Gaspar de Guzmán, conde de Olivares y valido del monarca. 

Este conjunto se encuentra en el extremo suroeste de la actual población, sirviéndole de foso natural por su lado norte el profundo barranco por donde corre el arroyo de las Carianas, y por el sur el barranco de Los Tejares, formando entre ambos un espolón al que solo se podría acceder por el lado este. El hins quedaría posiblemente en el extremo norte de dicho espolón, en lo que hoy día es un terreno dedicado a la agricultura y junto al comienzo del barranco de las Carianas. La superficie que debió ocupar la ciudad, incluyendo el castillo, serían de unas 6,5 Ha. 

De la antigua cerca almohade apenas quedan algunas de las 46 torres con las que contó en su momento. La muralla tenía tres puertas: una, situada al sur y llamada Puerta del Sol o del Arco, cuya ubicación aún se reconoce frente a la iglesia de San Pedro. Otra, situada al noroeste, denominada Puerta del Castillo y que servía de acceso a la alcazaba, y otra más, esta interior, para comunicar la alcazaba con la ciudad. De las tres, sólo se conservan restos de la primera. 

Dando al barranco, queda un tramo de unos 65 metros con tres torres, siendo este el tramo más largo que perdura. Entre el caserío urbano también hay algunos restos dispersos, engullidos en las medianeras de las casas. Todos los restos que aún subsisten a duras penas son de tapial compactado con guijarros, típico de las construcciones almohades, que se caracterizaban por una gran economía de medios. En algunas zonas se han llevado a cabo obras de refuerzo en sus bases. No se observan restos de sillería o mampuesto en esquinas y/o basamentos. Observando las tres torres que quedan en mejor estado, se puede ver que fueron construidas sin sillería esquinera, y están cimentadas sobre la base rocosa de la cárcava. 

Lo poco que queda está en un lamentable estado de ruina progresiva. La gran parte de los restos están en las afueras de la población, en fincas de labor donde nadie hace nada por conservarlos. 

Fuentes: Wikipedia
               castillos.net
               J. Aranda (Fotos)

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