La Torre-Palacio de Orixando se encuentra situada en la localidad de Gordexola, en la provincia de Vizcaya (País Vasco).
Asentado
sobre el antiguo camino medieval que une Artziniega con Bilbao, el
conjunto de Oxirando se compone de una torre medieval tardogótica a
la que se adosa un palacio renacentista. La torre, de planta
cuadrangular, se distribuye en tres alturas. Sus muros, que superan
el metro de espesor, se aparejan en mampostería de arenisca,
reservando la sillería caliza para las esquinas y enmarques de los
vanos. De la época original se conserva, en la planta baja (la
cuadra), el ingreso en arco apuntado.
El
primer piso, muy alto, acogía las estancias de diario (cocina y
dormitorios), abiertas al exterior por varias saeteras y vanos
apuntados. La última altura, con vanos más abundantes y amplios
servía a un espacioso salón bien iluminado. En la fachada principal
sobresale el escudo, que recoge las armas del linaje de los Palacio.
Un friso de canes remata el cuerpo de la torre y sobre él se alza un
camarote de difícil datación.
El
palacio se adosa a la torre por el oeste, alcanza su misma altura y
presenta un aparejo similar. En la planta baja se abren una serie de
pequeñas ventanas y el ingreso al edificio, lateralizado, que es un
gran vano arquitrabado que lleva cañón escarzano. La tercera
altura, que es la zona residencial, en origen debió de constituir un
único y cómodo salón iluminado por confortables ventanas de
asiento.
Pero,
por su originalidad y calidad artística, es la loggia que se abre en
la última planta el elemento que mayor carácter presta a Oxirando.
Sobre una decorada cornisa que la separa del piso inferior, se
asienta la barandilla del mirador, base de una serie de columnas
toscanas unidas por arquería de arcos rebajados. Otro elemento
distintivo del conjunto son los cubos angulares, con función
puramente ornamental. El edificio se remata con una cornisa sobre la
que se eleva un camarote idéntico al de la torre.
La
torre es una construcción tardogótica de fines del siglo XV, a la
que en el último cuarto del XVI se le añadió un palacio
renacentista, planteado en clave residencial culta como lo demuestran
la loggia italianizante abierta hacia la solana, elemento poco
frecuente en Vizcaya antes del barroco, y los garitones desprovistos
de finalidad bélica, que recuerdan a los que aún se conservan en
algunas torres del Señorío. Ambos elementos, torre y palacio,
están, lamentablemente, sin documentar.
El
conjunto, monumento de Vizcaya, es uno de los más bellos conservados
de este periodo, a pesar de que hoy haya perdido su carácter de
palacio y se asemeje más, por sus labores agropecuarias, a los
caseríos del entorno.
Fuente: Castillos del Olvido
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