miércoles, 10 de junio de 2020

Castillo de San Telmo (Hondarribia, Guipúzcoa)


El Castillo de San Telmo se encuentra situado al norte de la Lonja del Puerto Berría, en la calle Pierre Lande, al norte de la la localidad de Hondarribia, en la provincia de Guipúzcoa (País Vasco). 

Aunque Hondarribia era ya importante en tiempos de los romanos, la actual población tiene su origen en época medieval, siendo una de las poblaciones marineras del antiguo reino de Navarra. Pronto pasó a jurisdicción de Castilla, y en el año 1203 recibió del rey Alfonso VIII la carta puebla de San Sebastián. La estratégica situación de esta localidad la convirtió en una plaza relevante y fuertemente amurallada. 

A lo largo de su historia tuvo que soportar numerosos asedios, como el ocurrido en el año 1521, cuando Enrique II de Francia ocupó la fortaleza en un intento de recuperar Navarra. Uno de los episodios más curiosos protagonizados en el castillo fue el asedio producido en 1638 por las tropas del príncipe Condé; los ocupantes abandonaron el castillo dirigiéndose nadando hasta Fuenterrabía. En en año 1794 fue tomada por los franceses durante la guerra de la Convención, quienes destruyeron parte de sus murallas y el castillo. En la primera guerra carlista tomó partido por este bando, pero en el año 1837 fue tomada por el general Cristino Espartero. 

Fue construido a finales del siglo XVI, por orden de don Juan Velázquez, y bajo el mandato de Felipe II, para defensa de las frecuentes incursiones piratas en esta zona. Para ello, se aprovecharon los restos de una antigua torre. Con las guerras carlistas del siglo XIX, se realizaron leves modificaciones. Se encuentra a media ladera del monte Jaizkibel, sobre el acantilado de la bahía de Higer y el puerto nuevo, en una zona estratégica cerca de la frontera francesa. 

El elemento básico de esta construcción de carácter claramente defensivo es la torre, que se encuentra jalonada por una serie de vanos fusileros estrechos orientados al ataque y al contraataque. En ella, también se sitúa una garita desde donde se defendía el acceso que permitía la entrada al interior del castillo. 

En el interior de la torre pueden verse una serie de bóvedas de cañón. Un pozo sirve como aljibe y se alimenta por agua de lluvia. A este pozo se llegaba a través de una escalera hecha en piedra. Otro elemento a destacar es la decoración heráldica colocada a la entrada del núcleo principal. 

Junto al torreón principal se levanta otro cuerpo de menor altura en el que se abre un acceso sobre el que va el escudo de Felipe II y la inscripción en el dintel: “Ad reprimenda pirrataru i latrocinia hoc San Telmi Castelu exituere mandauit. Anno Dom MDXVIII.”. 

La torre está rodeada por una barrera defensiva fechada en el siglo XIX y realizada en mampostería. En el lado principal de abre el acceso en arco escarzano adovelado custodiado por un hermoso garitón. Este muro se prolonga por un lateral en el que hay otro garitón similar. Las otras dos fachadas no necesitan de muros ya que quedan cortadas directamente sobre el acantilado. 

La fachada posterior del conjunto da al mar, está realizada en mampostería y ladrillo y tiene una terraza con plataforma para artillería. Este edificio está hecho en piedra. La técnica utilizada es el sillarejo, técnica en la que la piedra se trabaja en pequeños sillares pero de forma muy tosca. La piedra es el elemento más utilizado en estas construcciones defensivas debido a su enorme dureza y resistencia. 

En la actualidad, se encuentra en un buen estado de conservación a pesar de los avatares por los que ha pasado a lo largo de su historia. Hoy en día es de propiedad privada, y se utiliza como vivienda. 

Fuentes: castillos.net
                garcilanga (Fotos)
                Eduardo Argote (Fotos)

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