La Torre Vieja, también conocida como Castillico de los Moros, se encuentra situada en las cercanías de la pedanía de Baños de Fortuna en el término municipal de la localidad de Fortuna (Región de Murcia).
El
acceso, que es libre, se realiza por el llamado
"camino
de la Paya", al sureste de la misma población de Fortuna; tras
recorrer unos 500 metros se toma una pista que parte a la derecha del
camino, por la que se circularán unos 100 metros hasta el cruce de
la Rambla del Cantalar. El castillo se encuentra a unos 500 metros al
suroeste, en un cerco acarcavado cuyo acceso se efectúa por su
vertiente meridional. Está íntimamente relacionada con el
Castillico de las Peñas de la localidad de Fortuna.
Son
escasos los datos que se poseen de la fortificación, aunque hubo de
estar vinculada a una pequeña alquería islámica cuyos restos se
extienden en la parte llana que circunda el cerro donde se enclava el
castillo, datada en torno a los siglos XII y XIII. Precisamente, la
escasa envergadura de sus dimensiones hace pensar a los arqueólogos
en una casa-torre, y no en una construcción militar relevante en el
contexto de la época en Reino de Murcia. Probablemente
la poca relevancia del lugar de Fortuna durante época islámica ha
de relacionarse con la escasez de noticias acerca del origen y la
historia de la población durante estos años.
Con
la incorporación del Reino de Murcia a la Corona de Castilla,
durante la segunda mitad del siglo XIII, comienzan a aparecer algunos
datos acerca del transcurrir medieval de Fortuna. Alfonso X el Sabio
iba a donar el lugar al "último rey moro" de Murcia,
Mohamed Aboadbil, vasallo del monarca castellano. El Dr. Matilla
Seiquer relaciona la escasa influencia que el cabecilla musulmán
podría tener en el resto del Reino desde unos espacios quizá
caracterizados por los escasos recursos económicos, las dificultades
de comunicación con el territorio y la poca densidad de población.
Tanto
fue así que, en 1295, uno de los sucesores del "rey moro",
Ibrahin Aboxac Ibenfuc, rey de los moros de la Arrexaca de Murçia,
vendía Fortuna al noble Aparicio de Nompot. En el documento de
venta, se nombraba explícitamente esta pequeña fortificación: "...
Fortuna con todos sus heredamientos, regadío et aluar, et con la
torre et casas que y son, et con todos sus términos, et con fuentes
et con rios et pastos et con entradas et con salidas et con todas sus
pertenençias et con todos sus derechos que yo he et deuo y auer por
alguna manera o razón, que yo he por herençia del rey Abiaffar, que
fue mi padre et de mis hermanos en el regno de Murçia, que parte
termino con el castiello de Favaniella".
La
propia venta se puede relacionar con el proceso de brutal
despoblación que sufrió el Reino de Murcia a partir de la segunda
mitad del siglo XIII. A comienzos de la siguiente centuria, campos,
alquerías, y pequeñas poblaciones rurales aparecían totalmente
desiertas. La escasa población que hubo de quedarse se refugiaría
en espacios urbanos de mayor entidad, tras sólidas murallas que
asegurasen su cotidiana existencia.
Esta
pequeña fortificación se encuentra situada en un erial sobre el
flanco de un pequeño valle de la cuenca de Fortuna. Toda el área
circundante, localizada cerca del camino viejo de Orihuela, se
encuentra dedicada al cultivo de secano, con cereal y arbolado.
La
Torre Vieja se construyó adaptándose sobre un cerro alargado, que,
aun de escasa altitud, le facilitaba la defensa. Sin embargo, hoy
presenta un avanzado proceso de abarrancamiento en su vertiente
norte, lo que ha provocado la desaparición del sector septentrional
de la fortaleza. Su planta hubo de inscribirse en un rectángulo que
presenta en la actualidad un largo de 40 metros en su lado más ancho
y 15 metros en el más estrecho.
Estudiada
recientemente por el profesor Matilla Seiquer, se ha constatado un
primer espacio cercado que aparece hacia el sur, probablemente
dedicado a albacar, o lo que es lo mismo, al resguardo de las
bestias.
Desde
este primer recinto se da paso al cuerpo principal del recinto
fortificado, que tuvo una primera línea defensiva clásica: un muro
sobre el que se abría la puerta y resultaba flanqueado por dos
torreones a ambos lados que protegían el acceso. Tras estos muros
surgía el patio, al que se abrían otras dos estancias laterales. Y
finalmente se encuentra la parte más alta de la fortificación, que
en la actualidad conserva unos alzados de unos 5 metros; se compone
de dos cuerpos, uno en cada extremo, unidos entre sí por otro más
estrecho situado al fondo del patio.
Ya
en el interior de la edificación militar se hallaba un patio
interior al que se abrían dos estancias laterales, que se cree eran
usadas como aposentos. Los muros se fabricaron con tapial encofrado
relleno de mampostería irregular, de estos muros del interior de la
edificación islámica aún quedan restos que se pueden apreciar a
simple vista.
Tanto
las técnicas constructivas como los materiales empleados son
similares en todos los lienzos del castillo: los muros se fabricaron
con un sólido tapial encofrado, relleno de mampostería irregular.
Fuentes: Wikipedia
regmurcia.com
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