El Castillo Mayor de Daroca se encuentra situado en la localidad del mismo nombre en la provincia de Zaragoza (Aragón).
Sus
orígenes se remontan se remontan a la primitiva alcazaba de finales
del siglo VIII, si bien los restos conservados mas antiguos
pertenecen al siglo XI. Durante siglos será escenario de largos
asedios y numerosas batallas. Al perder su función defensiva, ya en
época de paz, el olvido y el abandono lentamente irán perfilando su
abandono.
Está
ubicado sobre un promontorio elevado desde el que se dominaba y
controlaba su población. Su acceso estaba protegido por la muralla
de la ciudad y la propia topografía del terreno. Su núcleo original
estaba formando una pequeña meseta en la parte superior con forma
ovalada.
Destaca
sobre el conjunto la desmochada Torre del Homenaje, que servía de
residencia del señor y representaba el punto mas protegido ante un
ataque enemigo. Es un edificio tosco, construido con bloques de
piedra sin labrar unidos por argamasa (mampostería), y sin
ornamentos a excepción de un arco apuntado en su puerta oriental. Su
característica mas llamativa es la base en talud para asentarse
mejor al terreno. En su interior se identifica el arranque de una
bóveda de medio punto que separaba los pisos inferiores.
A
su lado encontramos los restos de un gran edificio rectangular
alargado del que se desconoce su uso y datación segura. solo sabemos
con seguridad que en 1668 no existía, ya que el dibujo de Pier María
Baldi, artista que acompañó a Cosme de Medicis, en su viaje por
España y Portugal.
También
son reseñables dos obras que solucionaban el abastecimiento de agua
del castillo, pudiendo soportar largos asedios; uno es el pozo
realizado para la búsqueda de un acuífero subterráneo, el cual
tiene su leyenda llamada de «la morica encantada», atribuida a la
esposa del último gobernador musulmán de Daroca, y otra es el gran
aljibe para almacenar el agua de lluvia.
Alrededor
de esta meseta peñascosa, y a más bajo nivel, hay otro recinto de
murallas mucho más extenso, de unos 250 por 80 metros, también de
planta ovalada. Este muro se adapta también a las irregularidades de
las rocas y aparece modernizado con las aspilleras para la fusilería
que mandó practicar el general Oraá en 1837 al reparar el castillo,
el cual había sido desmantelado en 1707 por orden de Felipe V. El
largo revellín dirigido hacia el norte debe ser de su tiempo, pues
no aparece en el citado grabado en 1668.
Es
posible, que una parte de la base del muro general y la disposición
general del recinto procedan de la primitiva «fuerza» que mencionó
Zurita, es decir, el recinto bajo de la fortaleza, siendo así, por
sus dimensiones, una de las más extensas del Reino.
En
el estado actual, es prácticamente imposible identificar las obras
que mandó realizar Pedro IV en 1344 y en 1373, documentadas por
Campillo y referidas, en la última fecha, a una subasta por 10.000
sueldos para obras en la fortaleza. Los tenentes eran, ante todo,
unos jefes militares. Para la Fortaleza de Daroca, se cita entre los
años 1124 y 1134 a Fortún Garcés Cajal, un soldado que había
defendido la frontera con Castilla en la Rioja, y que será
desplazado posteriormente al valle del Jiloca. Desde 1134 hasta 1169
el cargo de alcaide de Daroca recaerá en Sancho Enecones, quien
consiguió organizar un sistema defensivo de gran efectividad.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
sipca.com
aragonmedieval.com
Eduardo Argote (Fotos)
Galería:
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