lunes, 9 de agosto de 2021

Castillo de Obano (Luna, Zaragoza)

 


El Castillo de Obano, también llamado Torre de Obano, se encuentra situado en el despoblado del mismo nombre, desde el que domina la vega del río Arba, en el término municipal de la localidad de Luna, de la que dista unos dos kilómetros, en la comarca de Cinco Villas de la provincia de Zaragoza (Aragón). 

En el siglo X, dos siglos después de la invasión musulmana de la Península Ibérica, el Reino de Pamplona y el Condado de Aragón eran pequeños territorios amenazados por Al-Andalus. Para defender sus fronteras con los sarracenos, levantaron numerosas fortificaciones y otras fueron aprovechadas a los moros. En el siglo siguiente (XI) el Reino de Aragón, tras su avance de reconquista hacia el sur en el último cuarto del siglo, fortificó su frontera meridional para asegurar el dominio de las tierras ganadas a los musulmanes. No tardaron en proliferar nuevos castillos y torres defensivas por toda la zona. 

Los castillos fronterizos de Aragón eran generalmente de pequeñas dimensiones, y se construyeron en puntos estratégicos, defendiendo el acceso a valles, villas, pasos de ríos y vías de comunicación importantes. Se limitaban a un pequeño recinto amurallado del que emergía una esbelta torre, frecuentemente acompañada de su iglesia románica, formando el tradicional conjunto castillo-iglesia, tan común en los castillos de origen cristiano del Alto Aragón. 

Se sabe que en el siglo X existió en el pueblo de Obano una torre anterior de posible origen islámico. El castillo de Obano fue construido a finales del siglo XI, al igual que otros de la zona, durante el reinado del rey aragonés Sancho Ramírez, y por primera vez documentado en 1086, para consolidar y asegurar el dominio de las recién reconquistadas tierras a los musulmanes, y preparar la reconquista de la cercana plaza fortificada musulmana de Ejea de los Caballeros, que sería llevada a cabo por el rey Batallador, Alfonso I de Aragón, en 1105. 

El castillo formó parte de la línea defensiva o extremadura fortificada fronteriza cristiana con territorios musulmanes de Al-Andalus. Se emplazaba en un punto estratégico, junto al camino de Ejea a Huesca, una importante vía de comunicación y ruta comercial que controlaba y vigilaba. En el siglo XII el castillo fue comprado por la Orden del Temple, convirtiéndose en el centro de una de sus encomiendas. Cuando la ruta que vigilaba cayó en desuso, poco a poco se fue abandonando, hasta que la zona acabó deshabitada, y el castillo, en el total olvido. 

El castillo fue levantado en una llanura a muy próximo al cauce del río Arba del río Arba, desde donde dominaba parte de su vega. Estaba formado por pequeño recinto amurallado, del cual apenas se conserva nada, de donde emergía una esbelta y airosa torre, que se conserva en estado aceptable. 

La torre, que seguramente era la Torre del Homenaje, es de planta rectangular, mide unos 16 metros de altura y 8'5 por 7 metros en sus lados. Se observan diversas saeteras en algunos de sus muros, y conserva parte de su remate almenado. Se estructura en cinco pisos, todos ellos comunicados por una escalera de caracol, y su acceso o entrada se sitúa en altura. 

Actualmente la torre encuentra adosada a una edificación moderna. Se pueden ver restos de muros junto a la misma torre y a la edificación a la que que está adosada, posiblemente pertenecientes del recinto exterior que lo protegía. El aparejo de la torre es de buena sillería, pero se encuentra en estado de ruina progresiva. 

Fuentes: Wikipedia
               castillos.net
               aragonmedieval.com
               Eduardo Argote (Fotos)

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