El Castillo de Villaverde se encuentra situado a unos 6 kilómetros de la localidad de Luna, en la comarca de las Cinco Villas de la provincia de Zaragoza (Aragón).
Es
fácilmente localizable, pues se encuentra junto a la carretera de
Luna a El Frago y visible desde ésta.
En
el siglo X, dos siglos después de la invasión musulmana de la
península ibérica, el Reino de Pamplona y el Condado de Aragón,
eran pequeños territorios amenazados por Al-Andalus. Para defender
sus fronteras con los sarracenos, se levantaron numerosas
fortificaciones, y otras fueron aprovechadas a los moros. En la
siguiente centuria, el siglo XI, el Reino de Aragón, tras su avance
de reconquista hacia el sur en el último cuarto de siglo, fortificó
su frontera meridional para asegurar el dominio de las tierras
ganadas a los musulmanes. No tardaron en proliferar nuevos castillos
y torres defensivas por toda la zona.
Los castillos
fronterizos de Aragón eran generalmente de pequeñas dimensiones, y
se construyeron en puntos estratégicos, defendiendo el acceso a
valles, villas, paso de los ríos y vías de comunicación
importantes. Se limitaban a un pequeño recinto amurallado del que
emergía una esbelta torre, muy frecuentemente acompañada de su
iglesia románica, formando el tradicional binomio castillo-iglesia
tan común en los castillos aragoneses de origen cristiano del Alto
Aragón.
La actual comarca de Cinco Villas de la provincia es
territorio de frontera entre moros y cristianos entre los siglos X y
entrado el XII, y hoy conserva varios de estos castillos de frontera.
Unos se encuentran en ruinas, otros han sido transformados de su
fábrica medieval original y otros han desaparecido. De este modo,
plazas fortificadas como Biota, Obano, Ballesta, Yecra, Sos,
Uncastillo, Biel, Sibirana, Villaverde o Luesia, entre otros,
formaron parte de la franja fortificada fronteriza o extremadura
aragonesa, con los territorios musulmanes de Al-Andalus.
El
castillo de Villaverde fue construido durante el reinado del rey
aragonés Sancho Ramírez, en el 1092, en la ribera del río Arba.
Formó parte de las fortificaciones de la franja fortificada o
extremadura aragonesa, frontera entre territorios cristianos de
Aragón y musulmanes de Al-Andalus. En 1097 estuvo en poder del
infante Alfonso, futuro rey de Aragón Alfonso I el Batallador. En
1167 fue entregado a la Orden de los Templarios para que repoblaran
la zona y defendieran el camino entre Biel y Luna. En 1320 pasó a
manos del infante Alfonso. En el siglo XIV se reconstruyó la
fortificación que podemos ver hoy día.
La
fortaleza está formada por una esbelta torre de planta cuadrada de
10 metros de lado y 12 de altura, rodeada por una muralla que encierra
también el Patio de Armas, de forma rectangular. Se encuentra en
estado de ruina, siendo la torre la parte mejor conservada. Es de
propiedad privada, y se encuentra vallado.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
sipca.com
aragonmedieval.com
Galería:
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