Las Torres de Can Genover, también llamadas Torres de Cal Ferrer, se encuentran situadas en el término municipal de la localidad de Serinyá, municipio perteneciente a la comarca del Pla de l´Estany de la provincia de Girona (Cataluña).
Se
trata de dos torres que están incluidas en una masía fortificada
del siglo XV-XVI y que estuvo muy reformada posteriormente en los
siglos XVIII y XIX y por ellas hace honor a su nombre. El nombre de
Can Genover hace referencia al apellido de sus actuales propietarios,
mientras que el de Cal Ferrer lo hace por quienes fueron sus antiguos
propietarios en el siglo XVII.
El
término de Serinyá estuvo habitado desde tiempos inmemoriales, como
lo demuestran los distintos yacimientos encontrados: paleolíticos,
neolíticos y de la edad de los metales, especialmente de la edad del
bronce en la Margenera. El castillo de Teiá en el sureste de
Serinyá aparece documentado en el año 957, y la fortaleza participó
en la revuelta contra el conde Guifré II de Besalú, que fue vencido
y muerto en combate. Sus hermanos organizaron la venganza y
derrotaron a los sublevados.
En
el año 979, Miró Bonfill, conde de Besalú y Cerdanya, obispo de
Girona, dono el castillo de Teiá y el lugar de Serinyá al
monasterio de Sant Esteve de Banyoles. Los habitantes de Serinyá,
como súbditos del abad de Banyoles, estaban exentos de pagar
tributos como fue reconocido en el año 1297 por Jaime II.
Es
un gran casal de planta rectangular y estructura compleja que forma
conjunto con diversas masoverias y otros edificios anexos. La
edificación principal consta de dos plantas, estando fortificada y
datada en el siglo XV, siendo remodelada posteriormente. Las
aberturas conservan todavía decoraciones góticas y renacentistas, y
algunos dinteles presentan inscripciones.
En
los ángulos se conservan las dos torres: una de planta cuadrada al
este con planta baja y tres pisos, con una ventana gótica en el
segundo piso con aspillera para armas de fuego, y en el oeste una
circular rebajada, con planta baja y dos pisos con otra aspillera
para armas de fuego.
La
parte baja de la torre circular se aprovechó para ser una capilla en
honor a Santa Anna, a la que se accede a través de un portal de arco
con óculo en la parte superior, donde se encuentra la imagen de la
santa, que probablemente date del siglo XVII. La masoveria de
poniente está muy deteriorada, mientras que la de levante se ha
restaurado.
Fuentes: Wikipedia
Cataluña Medieval
Galería:
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