El Castillo de Cabrera se encuentra situado en el término municipal de la localidad de Maçanet de Cabrenys en la comarca del Alt Empordá de la provincia de Girona (Cataluña).
Se
trata de una edificación fortificada del siglo XI. Es una
fortificación medieval del antiguo Condado de Besalú, situada al NE
del término municipal de Maçanet de Cabrenys, cerca del límite con
el de La Bajol, en el extremo oriental del macizo de Les Salines. Sus
ruinas están encima de un elevado y escarpado peñón granítico de
forma cónica, conocido como la roca de Cabrera (852,4 m.), que
domina los valles inmediatos y que ofrece visibilidad sobre una gran
parte del Alto Ampurdán y La Garrocha.
Desde
Maçanet de Cabrenys se puede ir a partir de la pista que conduce al
santuario de Les Salines, mucho más larga, más empinada e,
igualmente, solo transitable con medios preparados o a pie. La
roca de Cabrera está mencionada por primera vez en la documentación
conservada del año 1003, haciendo de hito de los bienes que poseía
en la zona el Monasterio de San Pedro de Camprodón.
Por el error de un erudito se divulgó la idea errónea de que el
castillo fue construido por los templarios. La verdad es que en las
últimas décadas del siglo XI ya es seguro que existía un castillo
sobre la roca.
Está
mencionado por primera vez en el juramento de fidelidad hecho al
conde Bernat II de Besalú después del año 1070 por sus vasallos,
que se conserva registrado en Liber
Feudorum Maior.
Entre los vasallos del conde comparece Guillem Bernat, hijo de
Arsenda, que juró por el castillo de Cabrera y todo su término, y
también por otros muchos castillos en la región, entre ellos el de
Serrallonga o Cabrenys.
Durante
el siglo XIII XIII
el
castillo de Cabrera y su término, con el lugar de Maçanet,
pertenecían a los Hortal (que más tarde se apellidaron Cabrera)
como feudatarios de los Serrallonga, señores de la baronía de
Cabrenys (y por eso también apellidados Cabrenys o Cabrenç). En
1221 Beatriu d'Hortal testó a favor de su marido Pere d'Orriols.
Hacia 1260 era señor del castillo un Mascarós d'Hortal, que en 1271
solicitó licencia al obispo de Girona para construir el santuario de
Les Salines, que en 1275, junto con su esposa Ermesenda de Cabrera,
dotaron con bienes a la montaña y cerca del castillo.
Su
sucesor se hizo llamar Arnau de Cabrera y también Arnau de Massanet,
con el nombre del pueblo donde seguramente ya preferían residir los
señores. En este tiempo, según el testimonio de la Gesta
comitum Barcinonensium,
el castillo de Cabrera, al igual que otros del Ampurdán, fue tomado
y saqueado por los franceses en 1288, durante la invasión del
Ampurdán por Jaime II de Mallorca poco posterior a la cruzada contra la Corona de Aragón.
En
1313 la baronía de Cabrenys, con todas sus pertenencias en ambos
lados de la montaña de Les Salines, fue heredada por Beatriu de
Serrallonga, casada ese año con el vizconde Dalmau VII de Rocabertí,
y así pasó a dominio de los Rocabertí. Muerta Beatriu de
Serrallonga (1344), los dominios de Cabrenys fueron heredados por su
hijo menor, Guillem Galceran de Rocabertí (muerto hacia 1385), que
en 1357 adquirió del rey la plena jurisdicción sobre Maçanet y en
1365 hizo reparar las murallas del castillo de Cabrera.
En
1462, durante la Guerra Civil Catalana, fue nuevamente ocupado por los franceses, que establecieron una
guarnición de 15 hombres comandados por el capitán Martin Durcayo.
En 1468 el lugarteniente Joan de Lorena confiscó la baronía a
Dalmau de Rocabertí de Cabrenys, partidario de Juan II,
y la dio a Arnau de Foixà, que había sido despojado de su señoría
de Albons por Juan II. Recuperada por los Rocabertí al final del
conflicto civil, en 1497 Pere de Rocabertí aún mantenía una
pequeña guarnición en el castillo de Cabrera, comandada por un
cierto Jaume Olivet como castellano.
A
partir de finales del siglo XV dejó de tener utilidad militar, fue
abandonado y en el siglo XVII ya estaba en ruinas. Sus restos
sirvieron de refugio a bandoleros y desertores y a principios del
siglo XX había un cobertizo para el ganado que pastaba por la
montaña. Desde la desamortización, el castillo de Cabrera es de
propiedad privada y pertenece al Mas Vinyes de Maçanet.
El
castillo de Cabrera solo era (y es) accesible por el lado norte.
Otros accesos se construyeron a raíz de un precipicio con unos 65
metros verticales. Quedan solo muros o vestigios de muros de muy poca
altura. Era un castillo reducido, de unos 290 m², con una planta
aproximadamente rectangular adaptada a las irregularidades del
terreno de la cima de la roca de Cabrera, que ocupaba totalmente.
La
muralla exterior hace unos 75 m. de perímetro e incluye dos
recintos. El muro norte, el más expuesto, hace unos 19 m. de
longitud y 2 m. de espesor, y se conserva hasta los 2,5 m. de altura.
A levante hace un ángulo que protege la puerta de acceso, de unos
1,8 m. de ancho, abierta en este punto. En el ángulo sur-oeste de la
muralla hay una torre, de planta aproximadamente cuadrangular, que
contenía la cisterna y que se ha conservado hasta unos 4,5 m. de
altura a pesar de arrancar desde un nivel más bajo del acantilado.
El
ángulo SE de esta torre, ha sido dañada por un rayo. La cisterna de
su interior, de unos 18.000 litros de capacidad, conserva el revoque
y el arranque de la bóveda. El muro de levante, de unos 16 m. de
largo, se conserva hasta los 3 m. de altura, está hecho con sillares
y termina sobre una peña estrecha con un espolón saliente,
probablemente una atalaya. Bajo este muro, a unos 10 m. hacia el SE
hay rastros de un posible tercer recinto fortificado o parapetos
exteriores. El muro de poniente, de unos 10 m. de longitud, conserva
solo los cimientos. Del muro meridional no hay apenas restos.
El
interior del castillo se estructura en dos recintos a niveles
diferentes, facilitados por el relieve, que fue aplanado. El inferior
ocupa todo el lado de levante del castillo, es estrecho y alargado, y
en su extremo septentrional se abre la puerta de acceso a la
fortaleza. Debía contener el cuerpo de guardia y estaba aislado del
recinto superior por un muro, del que quedan escasos restos.
Comunicaba con el primer recinto por una portezuela situada en el
ángulo SO, que se abría sobre una escalera tallada en la roca.
El
recinto superior, es mucho más amplio, tiene planta ligeramente
rectangular, y contenía la Torre de Homenaje, la capilla y otras
estancias. La torre, también de planta rectangular (de unos 4,30 m.
de largo por 3,60 m. de ancho en el exterior), está adosada al muro
septentrional, que reforzaba, y además es el punto más elevado de
la fortaleza. Adosadas al muro de poniente parece que había tres
estancias, de las que apenas quedan los cimientos. La capilla, si no
estaba en la torre, debía ocupar alguna de estas estancias, pero no
quedan restos identificables.
El
aparato constructivo es de piedras de granito de la zona, poco o nada
trabajadas, colocadas en hileras irregulares y de forma más o menos
inclinada, pero sin llegar a formar espiga, que están unidas con
mortero de cal. Parece corresponder a los siglos X o XI. En algún
sector se ven pequeños sillares más bien recortados y en hileras
más regulares, seguramente obra de refacciones más tardías.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
Cataluña Medieval
Galería:
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