La Ciudadela de Rosas se encuentra situada en el mismo casco urbano de la localidad de este nombre en la comarca del Alt Empordá de la provincia de Girona (Cataluña).
Es
una construcción militar fechada en el siglo XVI tal y como ahora
podemos ver, pero sus orígenes se remontan a épocas griegas,
romanas y visigodas. Después de siglos en el olvido, la villa tomó
importancia como centro comercial, dadas las favorables condiciones
que tiene la bahía, convirtiéndose también en un objetivo militar
a defender de piratas sarracenos y franceses, lo que dio lugar a la
construcción de la Ciudadela de Rosas, mandada realizar por el rey Carlos I en el año 1552.
La
importancia económica y estratégica que había conseguido explica
que el pueblo fuera fortificado en 1402, para protegerse de los
ataques piratas por el mar y de invasiones francesas por tierra,
constantes siempre en su historia. La primera de estas invasiones fue
la creada contra la Corona de Aragón en 1285. El ejército francés
ocupó la población y empezó a invadir el Ampurdán hasta llegar
más tarde a Girona. Los invasores fueron derrotados más tarde por
Roger de Lauria. Éste ocupó Rosas después de haber sido incendiada
por los franceses.
En
relación con el término "ciudadela",
utilizado habitualmente para referirse a esta fortaleza, que ha
desplazado al más popular de "murallas",
cabe decir que es de origen relativamente reciente, como ha
demostrado el historiador Pablo de la Fuente. En concreto, el término provendría de una total incomprensión de
la historia urbana de la villa por parte de los ingenieros franceses
de los siglos XVII y XVIII, quienes al observar una fortaleza al lado
de una población le aplicaron este término. No se debe olvidar que
cuando se construyó la plaza fuerte -éste sería el nombre correcto-
de Rosas, el área urbana de la misma se encontraba incluida en su
interior y no fue hasta su total destrucción, durante la Guerra dels Segadors, cuando se produjo el nacimiento del actual casco urbano.
Después
de estar durante muchos años cerrado, prácticamente abandonado y a
merced de los saqueadores, el recinto amurallado y los restos
arqueológicos que contiene fueron abiertos al público en 1991,
convirtiéndose desde 2004 en el Museo de la Ciudadela de Rosas,
impulsado por la Generalitat de Cataluña, la Diputación de Girona y el Ayuntamiento de Rosas.
El
museo está dividido en tres ámbitos diferenciados: recinto, sala
museo, sala de exposiciones y vestíbulo central, donde se han
incluido los espacios destinados a servicios, cafetería, tienda,
recepción y atención al visitante. En el museo se pueden ver gran
variedad de objetos de la vida de la ciudadela en la antigüedad y la Edad Media. Además del museo, es posible visitar las ruinas de las edificaciones
realizadas en ella durante las diferentes épocas de su historia. Si
se va a la villa es realmente obligatoria la visita a este gran
yacimiento de historia.
La
ciudadela presenta una forma pentagonal irregular de unos 1013 metros
de diámetro, estructurado en dos niveles defensivos concéntricos.
El primer nivel está formado por el glacis y contraguardias unidos
por una contraescarpa. Pasado el gran foso que lo envuelve se
encuentra el segundo nivel amurallado, con las aristas protegidas por
baluartes.
Los
cinco baluartes se conocen con los nombres de Sant Joan y Sant Jordi,
al oeste; Sant Andreu al norte; y Sant Jaume y Santa María al este.
Éste último ha desaparecido pero en su lugar hay diversas
edificaciones. Los demás están bastante maltrechos.
Los
muros que unen los baluartes están ataluzados exteriormente y
reforzados con contrafuertes y terraplenes de tierra por la banda
interior. Mantienen una altura de unos nueve metros y tienen un
cordón decorativo que separa la escarpa del parapeto. Se conservan
las dos puertas originales de acceso al recinto interior.
La
fachada principal está orientada al sur y allí se encuentra la
llamada Puerta de
Mar,
que estaba defendida por una barbacana de la que no queda más que
sus basamentos. Estaba realizada con sillares regulares de piedra
calcárea a modo de un arco del triunfo. Al norte se encuentra la
Puerta de Tierra
que estaba protegida por un baluarte.
En
el interior del recinto de la ciudadela se conserva en parte el
antiguo circuito amurallado medieval de la ciudad de Rosas que, como
se ha demostrado, fue aprovechado para construir la nueva ciudadela.
Se trata de los restos de murallas y torres tanto del primer recinto
defensivo de época altomedieval como de las posteriores reformas y
ampliaciones hechas del periodo bajomedieval. En relación al primer
recinto, también se conservan los restos de la basílica benedictina
del Monasterio de Santa María de Rosas y los elementos que la
acompañan.
Fuentes: Wikipedia
Cataluña Medieval
Galería:
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