El Castillo de La Miana se encuentra situado en el diseminado de La Miana, pequeño núcleo de población perteneciente al término municipal de la localidad de Sant Ferriol en la comarca de Garrotxa de la provincia de Girona (Cataluña).
Se
trata de una construcción defensiva del siglo X. La
primera referencia escrita que encontramos del castillo data del año 1118
cuando se hace referencia a Ramon de Ca Migan en un documento de
venta de tierras. Durante el siglo XIII, la familia de los Miana vive
su momento de máximo esplendor, cuando disponen de numerosas
posesiones en las actuales comarcas de la Garrotxa y el Ripollès.
En
1335 Dalmau y Guillem de la Miana compraron la baronía de
Castellfollit, que les permitía el control de los castillos de
Montagut y Mont-ros, aparte del de Castellfollit. Curiosamente, esta
compra supuso el inicio de la decadencia de la saga, que tuvo que
vender numerosas posesiones para hacer frente a los grandes deudas
generadas por esta compra. Finalmente, en el año 1371, el rey Pere IV "el
Ceremoniós" incorporó la fortaleza de La Miana a la Corona.
Las
últimas referencias históricas que nos hablan de este castillo
datan de la segunda mitad del siglo XV, cuando, durante las guerras
remences, el Duque de Lorena firma la capitulación con los
campesinos que habían asaltado la fortificación. Probablemente, a
partir de este momento el castillo será abandonado y quedará en
desuso, lo que provocará su deterioro a lo largo de los siglos.
Los
restos del castillo se encuentran dentro de la finca rural conocida
como la Vicaría de Miana, y esto impide que se pueda visitar, pues
varios carteles nos avisan de que estamos en una propiedad privada.
Sin embargo, tenemos que agradecer a los actuales propietarios el
interés por mantener en pie este edificio y por encargar unos
trabajos arqueológicos que han permitido conocer más detalles de
este castillo abandonado desde el siglo XV.
Los
orígenes de la fortificación datan, probablemente, de mediados del
siglo IX, cuando se construye una torre, de planta cuadrada, y un
perímetro de murallas que la rodean. Estos dos espacios se
caracterizan por estar realizados en opus
quadratum,
de tradición tardorromana. La muralla se adapta a las irregularidad
del terreno y en varios tramos se asienta directamente sobre la roca.
En el sector norte se ha podido determinar la existencia de un paso
de ronda, que con toda probabilidad recorría todos los muros.
Es
precisamente en el muro norte, que podemos ver un gran número de
aspilleras abiertas en el sector más oriental. En
el momento de esplendor de la estirpe Miana, entre los siglos XII y
XIII, se procede a crear la división interior del recinto
fortificado, creando nuevas estancias. No se ha constatado la
existencia de un patio de armas, lo que hace pensar que éste se
encontraba fuera de las murallas, en una especie de terraza natural
situada en el sur, donde se abría la puerta de acceso.
Fuentes: Wikipedia
Art Medieval
Cataluña Medieval
Galería:
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