lunes, 21 de septiembre de 2020

Murallas de Santo Domingo de Silos (Burgos)

 


Las Murallas de Santo Domingo de Silos se encuentran situadas en la entrada al Monasterio del mismo nombre en la la localidad homónima de la provincia de Burgos (Castilla-León). 

La cerca comprendió un espacio muy amplio en el que hoy día cabe con holgura el caserío, y aún sobra mucho terreno, lo que indica una antigua y próspera villa venida a menos. La carretera procedente de Lerma tropieza con los muros de la huerta monacal. Daba acceso al pueblo al Arco de la Villa, hoy desaparecido. También recibió el nombre de Puerta de Barbascones (o de Barrio de Gascones, corno dicen los documentos). Según dibujo de I. Gil tenía arco gótico, buenos sillares y un escudo sobre la clave. Sería, pues, la única original que quedaba por aquellos años. A pesar de los esfuerzos de la Comisión de Monumentos fue derribada hace ya mucho tiempo. 

Seguía la muralla hacia el noreste por terrenos que actualmente se consideran las afueras. Su dirección está indicada por algunos edificios campesinos a los que sirve de base. Quedan algunos restos más. A medio camino se abrió una puerta llamada de San Pelayo (por una iglesia que allí hubo de este nombre) y que según Férotin fue destruida en 1896. 

En el camino que sale hacia Contreras se conserva un buen trozo de lienzo en el que se abre el Arco de la Calderera. Mientras que los muros son de canto, el citado arco es de buen sillarejo. Es de medio punto al exterior v rebajado y de poco derrame interiormente. Parece obra del siglo XVI. 

En ángulo recto cambia la dirección de la cerca hacia el Sur prolongándose hasta el extremo meridional del actual caserío. Tuerce de nuevo oblicuamente hacia el Oeste hasta cerca de la iglesia abacial y, paralela al ábside, iba al río. Aquí, se alza otro arco al que los vecinos llaman de San Juan y que corresponde al que primitivamente se llamó Puerta Mayor de la Fuente. Controla el paso de un puente gótico sobre el Mataviejas. Sus dimensiones son considerables. El sillarejo es de gran tamaño y los sillares del vano perfectamente trabajados. En lo alto se abren dos filas de saeteras entre las que destaca el escudo de los Velasco, quienes debieron levantarla en el siglo XVI. Interiormente está peor conservada. Su grosor se reduce a casi la mitad desde la primera fila de saeteras. No tiene almenas. 

Durante un pequeño tramo la muralla corría junto al río que le sirvió de foso. Pronto aparece de nuevo la cerca monasterial que arranca de un fortísimo cubo de sillería. Se mantiene en perfectas condiciones hasta el antes citado Arco de la Villa, a partir del cual se introduce en el casco del pueblo enlazando con el monasterio. Conserva por todos los lados las almenas. 

Hubo también otro arco llamado Arco de la Cruz que debió de abrirse en la calle de este mismo nombre. La muralla fue extraordinariamente gruesa, pues a juzgar por los restos actuales alcanzó 2,30 metros de espesor. 

Alguna vez se ha escrito que fueron levantadas por el abad Fernando Ibáñez frente a ciertos abusos nobiliarios, pero la cronología no parece confirmarlo. Aparecen documentadas ya en 1292, fecha cercana, muy posiblemente, a su construcción, pues unos quince años después el rey concedía al vecindario diversos privilegios “en atención a los daños que recibió en la guerra y por haber cercado la villa a su costa”. 

Fuentes: Castillos del Olvido
               Wikipedia
               edujoser (Fotos)

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