Las Murallas de Santo Domingo de Silos se encuentran situadas en la entrada al Monasterio del mismo nombre en la la localidad homónima de la provincia de Burgos (Castilla-León).
La
cerca comprendió un espacio muy amplio en el que hoy día cabe con
holgura el caserío, y aún sobra mucho terreno, lo que indica una
antigua y próspera villa venida a menos. La carretera procedente de
Lerma tropieza con los muros de la huerta monacal. Daba acceso al
pueblo al Arco de la Villa, hoy desaparecido. También recibió el
nombre de Puerta de Barbascones (o de Barrio de Gascones, corno dicen
los documentos). Según dibujo de I. Gil tenía arco gótico, buenos
sillares y un escudo sobre la clave. Sería, pues, la única original
que quedaba por aquellos años. A pesar de los esfuerzos de la
Comisión de Monumentos fue derribada hace ya mucho tiempo.
Seguía
la muralla hacia el noreste por terrenos que actualmente se
consideran las afueras. Su dirección está indicada por algunos
edificios campesinos a los que sirve de base. Quedan algunos restos
más. A medio camino se abrió una puerta llamada de San Pelayo (por
una iglesia que allí hubo de este nombre) y que según Férotin fue
destruida en 1896.
En
el camino que sale hacia Contreras se conserva un buen trozo de
lienzo en el que se abre el Arco de la Calderera. Mientras que los
muros son de canto, el citado arco es de buen sillarejo. Es de medio
punto al exterior v rebajado y de poco derrame interiormente. Parece
obra del siglo XVI.
En
ángulo recto cambia la dirección de la cerca hacia el Sur
prolongándose hasta el extremo meridional del actual caserío.
Tuerce de nuevo oblicuamente hacia el Oeste hasta cerca de la iglesia
abacial y, paralela al ábside, iba al río. Aquí, se alza otro arco
al que los vecinos llaman de San Juan y que corresponde al que
primitivamente se llamó Puerta Mayor de la Fuente. Controla el paso
de un puente gótico sobre el Mataviejas. Sus dimensiones son
considerables. El sillarejo es de gran tamaño y los sillares del
vano perfectamente trabajados. En lo alto se abren dos filas de
saeteras entre las que destaca el escudo de los Velasco, quienes
debieron levantarla en el siglo XVI. Interiormente está peor
conservada. Su grosor se reduce a casi la mitad desde la primera fila
de saeteras. No tiene almenas.
Durante
un pequeño tramo la muralla corría junto al río que le sirvió de
foso. Pronto aparece de nuevo la cerca monasterial que arranca de un
fortísimo cubo de sillería. Se mantiene en perfectas condiciones
hasta el antes citado Arco de la Villa, a partir del cual se
introduce en el casco del pueblo enlazando con el monasterio.
Conserva por todos los lados las almenas.
Hubo
también otro arco llamado Arco de la Cruz que debió de abrirse en la
calle de este mismo nombre. La muralla fue extraordinariamente
gruesa, pues a juzgar por los restos actuales alcanzó 2,30 metros de
espesor.
Alguna
vez se ha escrito que fueron levantadas por el abad Fernando Ibáñez
frente a ciertos abusos nobiliarios, pero la cronología no parece
confirmarlo. Aparecen documentadas ya en 1292, fecha cercana, muy
posiblemente, a su construcción, pues unos quince años después el
rey concedía al vecindario diversos privilegios “en atención a
los daños que recibió en la guerra y por haber cercado la villa a
su costa”.
Fuentes: Castillos del Olvido
Wikipedia
edujoser (Fotos)
Galería:
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