Las Murallas de Las Palmas son los restos de la muralla que delimitaba y protegía la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, capital provincial de las Islas Canarias. Actualmente se conservan algunos lienzos de la misma en las inmediaciones del Castillo de la Mata.
Lo
que hoy en día conocemos como Muralla de Las Palmas se trata de los
restos de la Antigua Muralla Norte de la ciudad de Las Palmas de Gran
Canaria, cuya finalidad principal era la defensiva. La muralla
primitiva partía desde la desaparecida Torre de Santa Ana, situada
en la cercanía de la Ermita de San Pedro González Telmo y Charco de
los Abades, continuaba hasta una puerta que por corresponder al
barrio de Triana, tomó este nombre y luego se unía con la
“Casamata” (Castillo de la Mata) para ascender después por el
escarpe del risco hasta el Castillo de San Francisco o del Rey.
Para
su confección se emplearon piedra y argamasa, de pared lisa sin
contrafuertes, ensanchándose suavemente hasta formar un plano
inclinado con la base. En la cara interna y en su parte alta se
extendía, a lo largo de toda ella, un amplio corredor o banqueta
desde donde la tropa podría defenderla y atacar a su vez.
Constituyó
durante siglos, aparte de su función militar, el límite entre la
zona urbana y la rural de la ciudad, delimitando el perímetro
interior, que prácticamente quedó inalterado desde el siglo XVI
hasta el siglo XIX, englobando lo que eran los dos barrios centrales
de la ciudad (Vegueta y Triana) y algunos de los arrabales que
ascendían por las lomas de las montañas cercanas y que se conocen
con el nombre genérico de “Riscos”, tomando estos últimos el
nombre del Santo bajo cuya advocación se encontraba la Ermita en
ellos edificada. La pérdida de valor del sistema defensivo antiguo y
el empuje que suponía el primer ensanche moderno de Las Palmas
motivaron la desaparición casi total de la Muralla.
Las
Palmas de Gran Canaria fue durante siglos uno de los puntos
estratégicos de la Corona Española en la Ruta de las Indias, al
mismo tiempo que era punto vital de la isla y del Archipiélago. Por
eso no es de extrañar que el aspecto defensivo fuera una de las
manifestaciones más importantes de su arquitectura desde la
fundación. La construcción de sistemas defensivos fue preocupación
constante del gobierno local y del reino.
A
lo largo de los siglos la ciudad -sobre todo después de la conocida
invasión de los holandeses, a finales del siglo XVI- se fue dotando
de medios defensivos que la protegiesen tanto por mar como por
tierra. Ya antes de 1578 el Gobernador D. Diego de Melgarejo edificó
la primitiva muralla norte. Las Palmas de Gran Canaria se convirtió
no sólo en una ciudad fortificada, sino también amurallada, rasgo
poco habitual en las ciudades canarias y que compartió con muy pocas
localidades, como Santa Cruz de Tenerife y Santa Cruz de La Palma.
Fuente: Wikipedia
Galería:
No hay comentarios:
Publicar un comentario