martes, 22 de septiembre de 2020

Murallas de Mahón (Baleares)

 


Los restos de las antiguas Murallas de Mahón lo constituyen hoy el llamado Portal de Sant Roc, situado en el casco antiguo de la la ciudad homónima de la Isla de Menorca en las Islas Baleares. 

Tras la conquista de Menorca a los musulmanes, en 1287, una de las mayores preocupaciones de los monarcas fue la de proteger, con sólidas murallas, los núcleos urbanos de Mahón y de Ciudadela de Menorca. 

Con la primera expansión del castillo y villa de Mahón, en los siglos XIV y XV, la muralla circundaba la población por las actuales calles del Rector Mort, del Bastió, de Deià y parte de s’Arravaleta, desde donde giraba en ángulo recto hacia Portal de Mar. El resto de la ciudad quedaba protegida por los altos acantilados sobre el puerto. El Portal de Sant Roc, único resto visible de aquella antigua muralla, era la puerta de la que salían los caminos hacia el interior de la isla, en dirección a Sant Climent y Ciudadela. 

Su construcción data, probablemente, del siglo XIV, con motivo de la Real Orden de Pere IV, de 21 de agosto de 1359, que disponía la fortificación de la nueva zona de “lo Raval” con muros de piedra y cemento. El portal, de estilo gótico, estaba formado por dos torres cuadradas de muros gruesos de piedra y mortero, rematadas por los correspondientes matacanes. Las torres, de diferente altura, estaban unidas por un lienzo de muralla, donde se abría la puerta. 

A lo largo de la historia, el portal ha sufrido numerosas remodelaciones. Una de las más importantes fue la restauración realizada tras el asalto del pirata Barbarroja a la ciudad de Mahón, en 1535. Pocos años más tarde, en 1587, era motivo de una nueva y urgente reparación, ya que sus paredes se hendían de manera peligrosa, según declaraciones de los propios vecinos. Parece ser que llevó a cabo la reparación el maestro mayor del Castillo de San Felipe. 

Cuando la ciudad creció, las murallas perdieron su valor defensivo, y el portal y sus torres se incorporaron a las viviendas anexas. A pesar de las reformas lógicas para adaptarse al nuevo destino, en el interior aún se conservan las diferentes plantas, algunas cubiertas de bóveda de cañón y, en la clave de la bóveda de la segunda planta de la torre mayor, un escudo con las cuatro barras catalanas, testimonio de su antigüedad. 

Con el tiempo, la casi totalidad de la muralla y de los portales fueron derribados. Cuando se urbaniza la plaza del Bastió, en 1943, desaparecen los últimos restos de muralla, pero se conserva el Portal de Sant Roc como monumento histórico. El proyecto inicial pretendía dejarlo totalmente separado de las casas del entorno, pero sólo se aisló la torre más alta. En 1978 fue restaurado en profundidad. 

Respecto a su nombre, antiguamente se le conocía como Portal de Dalt, en oposición al Portal de Baix, situado en la calle de Isabel II. También se le llamaba Portal d’en Servera, nombre de una familia que vivía al lado o Portal de Sant Antony, porque por él se iba a una ermita extramuros, dedicada a este santo. Desde el siglo XVIII, se le conoce como Portal de Sant Roc, nombre del santo de la hornacina que acoge sobre su puerta. 

Fuente: Wikipedia

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