El Torreón de Sorihuela de Guadalimar se encuentra situado en el término municipal de la población homónima de la provincia de Jaén (Andalucía).
Sorihuela
de Guadalimar está situada al norte de los ríos Guadalquivir y
Guadalimar, al pie de la Loma de Chiclana en la Sierra de las Cuatros
Villas. En sus inmediaciones discurría el antiguo camino de
Montizón, que era una ruta de comunicación habitual con Castilla a
través de Sierra Morena.
El
castillo de Sorihuela estaba ubicado sobre un promontorio rocoso que
se elevaba por encima de la localidad. El único vestigio que se
conserva es la torre del homenaje, levantada en el siglo XIII. En la
superficie de la meseta existen huellas de fortificación antigua,
posiblemente una fortaleza romana o ibera vinculada a Oretania. A
mediados del siglo IX se construyó en Sorihuela una fortificación
árabe para defender la margen izquierda Guadalquivir y como avance
del río Guadalimar.
En
1235 Fernando III conquistó Sorihuela, una pequeña alquería árabe,
entregándosela como servicio al infante D. Sancho, obispo de Toledo,
como parte del adelantamiento de Cazorla y frontera frente a los
musulmanes. Sorihuela pronto se revalorizó por su cercanía al
camino de Montizón que comunicaba Sierra Morena con Castilla.
La Torre del Homenaje fue mandada construir por los arzobispos toledanos
a finales del siglo XIII, aprovechando la primitiva estructura del
pequeño castillo medieval. Esta torre garantizaba que el adelantado
cobrara la renta de la marzazga que todos los pobladores debían
pagar al Arzobispado por su pertenencia al señorío de Toledo así
como el tributo de la fonsadera que pagaban aquellos que pretendían
liberarse del servicio de armas. Todavía a finales del siglo XVI
estaba ocupada por un guardián dependiente del alcaide de Iznatoraf.
La
torre del homenaje es cuadrada de mampostería regular colocada a
hiladas y cadenas en las esquinas de sillería, dispuesta a soga y
tizón. La planta tiene 9.4 metros de lado y 13.7 de altura hasta el
parapeto almenado.
La
entrada, ubicada en la planta baja casi a nivel del suelo, es
adintelada. La torre cuenta con tres pisos, cada uno con dos
estancias comunicadas, cubiertas con bóvedas de medio cañón
ligeramente apuntadas que se apoyan en un muro medianero común y en
los muros norte y sur de la torre. La escalera que lleva de una
planta a otra está empotrada en los muros este y oeste.
En
la parte superior había canes y, a eje con la puerta, se colocó un
balcón amatacanado para garantizar una mejor protección de la
entrada, éste adornado en su parte superior por una cabeza de mujer
o lampiño doncel, al parecer tocada con velo o caperuza de malla
militar.
En
cada piso existen ocho saeteras, dos de cada lado de la torre, que se
data entre los siglos XIII y XIV. Los pisos superiores se abrían al
exterior también a través de ocho saeteras pero una vez que la
torre perdió su función militar y se convirtió en residencia las
saeteras se transformaron en ventanas.
La
terraza de la torre la culmina una espadaña de un solo cuerpo que
cubre un arco de medio punto, protegida por frontón triangular, para
alojar una campana, que atestigua su utilización como lugar de
culto, como también ocurrió en otros castillos y torres del
Adelantamiento como Villanueva del Arzobispo, Villacarrillo o Santo
Tomé. En la superficie de la meseta de piedra se advierten los
alvéolos y marcas de la primitiva fortificación que sería de
madera.
Fuente: Wikipedia
Galería:
No hay comentarios:
Publicar un comentario