sábado, 10 de octubre de 2020

Torre de Boabdil (Porcuna, Jaén)

 


La Torre de Boabdil, construida en la primera mitad del siglo XV, es uno de los símbolos más importantes de la arquitectura medieval jienniense, y uno de los pocos vestigios que han llegado a nuestros días de lo que fue la Fortaleza de Porcuna, población de la provincia de Jaén (Andalucía). 

Porcuna está emplazada sobre un cerro testigo de 473 metros de altura que domina la extensa y fértil campiña donde se inicia el Guadalquivir medio. Continuando con la importancia que tuvo Obulco en época romana, no así, fue uno de los oppida más famosos de Hispania, los musulmanes, en época del Emirato cordobés, hicieron de Bulkuna un Iqlim, es decir, una capital de distrito fiscal. En esta época Porcuna contaba con un castillo y recinto murado. 

Ibn al-Ahmar, rey de Arjona, Jaén y Córdoba, conquistó la villa de Porcuna que permaneció bajo su poder hasta que definitivamente la sometió Fernando III, en 1240. El rey la cedió a la Orden de Calatrava, que creó la poderosa Encomienda de Porcuna, y la mantuvo en su jurisdicción hasta el siglo XIX, con la excepción del breve periodo en que Alfonso X la expropió a la Orden para convertirla en aldea de Jaén. 

El castillo y población pasaron a los calatravos pero éstos tardaron en poblarlos, quizá porque dieron prioridad a Martos y a Víboras, más cercanos a la frontera. El castillo fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1982. Actualmente su uso es el de Museo Arqueológico Municipal. 

En los restos actuales del Castillo de Porcuna se advierte un intenso proceso de remodelación. Cabe distinguir tres etapas: algunos vestigios ciclópeos correspondientes seguramente al antiguo oppidum sobre el que se fundó el castillo; torres cuadradas de mampostería menuda y sillarejo, así como aljibes datables entre los siglos XII y XIII, y finalmente la llamada Torre de Boabdil. 

Bloques de piedra toscamente terminados de hasta dos metros y medio de largo por ochenta centímetros de ancho, eran hasta hace unos años, observables en la base de la muralla del castillo y aparecían envueltos por la construcción de sillarejo de las fortificaciones que sucedieron al antiguo oppidum. En época medieval indeterminada hay que fechar las torres cuadradas y los lienzos de muralla que aún subsisten en Porcuna. 

Los calatravos reforzaron su sistema defensivo, dotando su recinto amurallado de torres pequeñas, rectangulares y macizas, aprovechando la condición natural del municipio dispuesto sobre una elevada meseta limitada por empinadas pendientes. Pero su obra principal fue la construcción, en la parte más elevada del recinto, de un alcázar en el que vivía el alcaide y se acuartelaba la tropa y al que se accedía por una puerta defendida por dos fuertes torres, flanqueada por el Arco de los Remedios, y dotado de una extraordinaria Torre del Homenaje. 

La torre se construyó entre 1411 y 1435, por encargo del maestre don Luis de Guzmán, y así lo justifica la cartela fundacional en que aparece la cruz de Calatrava, acompañada hacia la punta de dos trabas de sable, y, a ambos lados, los escudos de armas de los Guzmanes, dos calderos jaqueados, y sobre la heráldica, una inscripción: “Esta torre mando façer el mui estrenuo e mui noble cavallero don Luis de Guzman por la divina providencia Maestre de Calatrava el año del señor de mil e CCCXXXV años”. 

La torre del homenaje es el elemento mejor conservado de la fortaleza de Porcuna. Es también conocida como torreón de Boabdil, debido a la creencia popular de que aquí estuvo encarcelado el último rey de Granada, tras ser capturado en la batalla de Lucena del año 1483. Está ubicada es un ángulo de la vieja muralla, de base octogonal, alcanza los 28 metros de altura y tiene forma ochavada, que responde a la tipología de las torres albarranas que los almohades construyeron a finales del siglo XII. 

En cuanto a la estructura interna de la torre, consta de un piso inferior macizo que se abría al nivel del patio de armas, dos estancias superpuestas que se comunican por escalera embutida en los muros y cubiertas con bóvedas ojivales concertadas y una terraza coronada por un remate de almenas sobre un matacán que sostienen ménsulas no apoyadas. La puerta principal, que abre con arco de medio punto, es de reducidas dimensiones, por exigencias de la seguridad, aunque no exenta de monumentalidad. 

La torre presenta una función y estructura nítidamente militar y sin embargo no olvida los refinamientos estéticos y ornamentales que le dan un aire palaciego como la doble ventana de arcos lobulados en dos de las caras del primer piso habitable, cuyo autor debió ser un maestro mudéjar. 

Las defensas de Porcuna se organizaban del modo común en las ciudades musulmanas: un castillo o hisn, que es residencia de la guarnición regular y último refugio en caso de invasión de los recintos; un barrio alto fortificado o qasba, que es centro administrativo, comercial y religioso además de residencia de la aristocracia ciudadana; y un recinto murado exterior que abraza la ciudad o gran parte de ella. 

Fuente: Wikipedia

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