La Torre Olvidada es una atalaya de vigía que se encuentra situada en el término municipal de la localidad de Torredelcampo, en la provincia de Jaén (Andalucía).
La
torre está situada junto al camino que une Jaén y Arjona, y fue
construida sobre un antiguo asentamiento ibero-romano después de la
conquista cristiana de Jaén, en la segunda mitad del siglo XIII.
Frente
a ella pasaba en la Edad Media un importante camino, el que unía las
ciudades de Jaén y Arjona (Qal' at Aryuna), dos núcleos con los que
Torre Olvidada enlazaba visualmente, así como con otras
fortificaciones de la zona como el Berrueco, etc. Importante función
estratégica que viene marcada por su posición en el centro de la
ruta arqueológica de los torreones y enriscada en el punto más alto
de la zona, un promontorio rocoso a 476 m de altitud, al pie del cual
discurre el arroyo del Cortijo de la Piedra.
Se
trata de una torre con forma de cilindro de 8 m. de diámetro y,
actualmente, unos 3,5 m de altura.En su interior existe una cámara,
con una escalera empotrada en el muro, que accedía al piso superior
o terraza, en su caso. El grosor del muro oscila entre los 2 y los
2,45 m. Algunos autores afirman que esta estancia estaba cubierta con
una cúpula o bóveda de media naranja construida con ladrillo, según
se deduce de los arranques de la misma.
Apenas
quedan vestigios de un terraplén coronado con un parapeto, y de un
pequeño foso en el lado menos escarpado. La puerta de entrada es
adintelada, enmarcada por grandes piedras, y está sobreelevada del
nivel del suelo, lo que facilita su defensa. En las jambas de la
puerta están talladas las quicialeras, las ranuras y agujeros que
recibían la tranca o barrón de la puerta.
Pero, salvo esta zona,
con cantería casi ciclópea, la torre está realizada en
mampostería, a veces de gran tamaño (0,80 m. en la base de la
torre) aunque, en general, más bien menudo. Subsisten algunos restos
de revestimiento exterior.
Tenía
una doble función: asegurar un camino y avisar de la presencia del
enemigo o de otros peligros. Desde esta atalaya, un vigilante-escucha
subía a la parte posterior de ella por una escalera y, en caso de
peligro, hacía señales ahumadas al Castillo del Berrueco y al resto
de fortificaciones integradas en su organización.
Fuente: Wikipedia
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