La Torre de Torregrosa se encuentra situada cerca de la pedanía de Facinas, perteneciente al término municipal de Tarifa en la provincia de Cádiz (Andalucía).
Es
una torre de vigilancia del siglo XIII. Su función defensiva
consistía en controlar la zona que se divisa desde su posición,
especialmente el cercano río Almodóvar, el acceso a Puertollano y
el acceso y la salida del Valle de Ojén, pasillo natural que
comunica con la Bahía de Algeciras, por donde transcurría la Vía
Heraclea, calzada romana proveniente de Carteia.
La
torre, de planta cuadrada, tiene unas dimensiones de 12 metros de
lado, su altura original era aproximadamente de 15 metros, el grosor
de sus muros de más de 2 metros y la sala central de unos 20 metros
cuadrados. Estas dimensiones, que casi doblan a las de la cercana
Torre del Rayo, su enlace visual al sur, y las del resto de torres
vigía de la zona, le hacen merecedora con creces del nombre de
Torregrosa. Los otros dos nombres le vienen por identificación con
su ubicación geográfica.
Tanto sus dimensiones como el
recubrimiento de las paredes interiores y los distintos elementos
decorativos que presenta hacen pensar a Ángel Sáez Rodríguez,
historiador especializado en las fortificaciones de la zona, que
Torregrosa es en realidad un donjón castellano, término entendido
en este caso no como torre del homenaje sino como la mínima
expresión de castillo, cumpliendo las funciones de defensa y control
del territorio a la vez que sirve de residencia al señor de la zona
y su familia.
La única entrada, en el lado sur, cuenta con un
dintel trapezoidal y un pasillo abovedado de acceso. Otros elementos
decorativos que pueden observarse son estilizadas pechinas, pasos
interiores donde se alternan ladrillos y piedras, dibujos decorativos
grabados entre sillar y sillar y, destacando sobre todos estos, una
estrella de David (de 6 puntas) policromada que corona la bóveda de
ladrillo del reducido habitáculo que da acceso a la escalera de
subida al terrado.
A pesar de haber perdido la escalera de
acceso al terrado y toda la cubierta, quedando la sala central y su
decoración a la intemperie y expuesta a las inclemencias
climatológicas (sin duda, desde hace siglos), de la presencia de
algunos daños estructurales y del deterioro del dintel de entrada,
aún conserva su empaque y su majestuosa robustez.
Fuentes: Wikipedia
L.C. Gargallo (Fotos)
Galería:
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