miércoles, 7 de octubre de 2020

Murallas de Quesada (Jaén)

 


Las Murallas de Quesada conforman el recinto defensivo de la población homónima en la comarca de la Sierra de Cazorla de la provincia de Jaén (Andalucía). 

Quesada, situada en el extremo occidental del calizo montañoso de las sierras de Cazorla y El Pozo, en la depresión del Guadiana Menor, es tierra de grandes contrastes de relieve y paisaje y en su término se inicia el valle del Guadalquivir. 

Su ocupación, desde época prehistórica, se produjo por la atracción que ofrecía el paso desde las altiplanicies de Granada y desde el sureste peninsular al alto Guadalquivir, a través de las alineaciones montañosas de la Sierra de Quesada, en busca de los yacimientos de cobre y plata de Sierra Morena. 

Durante la Baja Edad Media, fue una plaza fuerte de nombre Qal’ al Qayyata, rodeada por una muralla, con castillo y alcázar en la parte alta y cuya medina, bien urbanizada, famosa por sus zocos, poblados arrabales, baños y posadas, desarrollaba una intensa actividad comercial tanto con al-Andalus como con el Magreb. 

En el siglo XII, estuvo vinculada a los reinos árabes de Murcia y Granada. Bien situada estratégicamente entre la ruta de Jaén y Almería, resultó difícil de conquistar y conservar tanto a los musulmanes como a los cristianos y ambos optaron, en diversas ocasiones, más bien por arrasar su fortificación e inutilizar sus murallas que por consolidar la conquista. 

Alfonso VII, en 1157, en su camino hacia la conquista de Almería, invadió Quesada pero poco después volvió a poder almohade.Fernando III mostró especial interés por su conquista, dada su posición estratégica en el valle del Guadalquivir para el control de las rutas hacia Granada y Almería. En 1224 inició la campaña de Quesada a la que pronto rindió por la debilidad de sus murallas tan deterioradas desde el ataque de Alfonso VII. En esta ocasión, el rey Santo arrasó Quesada y luego la abandonó. 

De nuevo, en 1231, la ganaron las tropas mandadas por el arzobispo don Rodrigo Ximénez de Rada al que el rey se la cedió con la idea de convertirla en cabeza del Adelantamiento de Toledo pero pronto se abandonó esta idea ya que se pensó en la idoneidad de Cazorla para cumplir esta función. 

En el siglo XIII, los cristianos la fortalecieron reparando las primitivas murallas y torreones, levantando un segundo recinto murado y construyendo una Torre del Homenaje, desaparecida en la segunda mitad del siglo XX. Esto no impidió que reyes granadinos como Muhammad II en 1302 la conquistara y arrasara. 

Tras constatarse las dificultades de los arzobispos toledanos para su defensa, en 1331, Alfonso XI la cedió al Concejo de Úbeda que ofrecía mejores posibilidades de control tanto de Quesada como de Tíscar. En 1492, Quesada prestó importantes servicios a los Reyes Católicos para la conquista del reino nazarí de Granada. 

Aunque la fortificación fue destruida, aún permanece un hito histórico del pasado medieval, el Arco de los Santos. Se trata de una estrecha puerta de acceso a la villa, compuesta a partir de un arco apuntado de cantería con dovelas, salmeres y jambas. En su cara interior, presenta un arco de ladrillo de medio punto cubierto con bóveda de medio cañón. 

El arco ofrece un triple interés, desde el punto de vista urbanístico, es un paradigma representativa de la morfología urbana medieval, desde la perspectiva arqueológica, incorpora una estela funeraria romana y por último su singularidad artística la marca la lexicografía gótica del arco. Se conservan lienzos de murallas, fabricado en mampostería, de los siglos XIII y XIV, por las calles de El Cinto, Alcázar, Alcaldía, Paseo de Santa María, Mirador de Camilo José Cela y plaza de la Lonja. 

También se conserva una torre mocha de planta cuadrada con las esquinas protegidas con cantería a soga y tizón. La ubicación medieval de la villa sobre un una loma, provocó que sobre la cima se estableciera el alcazarejo de la fortificación y en las pendientes circunvalando las murallas se ubicaran las manzanas de viviendas con calles estrechas y a veces sinuosas. Por último una segunda línea de fortificación cerraría el urbanismo intramuros y se desarrollarían barrios exteriores o arrabales. 

Fuente: Wikipedia

Galería:








No hay comentarios:

Publicar un comentario