El Castillo de Segura de la Sierra es una fortificación de origen árabe que se encuentra situado en la población del mismo nombre de la provincia de Jaén (Andalucía).
Segura
de la Sierra se sitúa en el límite de aguas que van al Guadalquivir
y al Guadalimar y, por otra parte, las del río Segura y su afluente
el Madera, muy próxima a la ruta que comunica el alto Guadalquivir
con las tierras de La Mancha.
Es uno de los principales atractivos
culturales de la comarca, ofrece una panorámica impresionante
visible desde varios kilómetros a la redonda. Tal fue su importancia
en el pasado, que se convirtió en el centro hegemónico de la
comarca, tanto en la época musulmana como en la cristiana.
El castillo procede de la época en que los caballeros santiaguistas
poseían la encomienda de Segura y posiblemente fue levantado entre
los siglos XIII y XIV, aprovechando los baños existentes y parte de
los antiguos muros musulmanes, edificando una fortaleza con torre del
homenaje y muros exteriores.
Los
primeros pobladores de la zona se remontan a la Edad del Bronce, ya
que se han descubiertos restos arqueológicos en dos puntos muy
distantes entre sí: El Poyo de los Letreros, ubicado en la zona de
los Huecos de Bañares; y el Castillón del Moro, que se localiza en
las proximidades del embalse de Guadalmena. Al final de la época
romana se creó un nuevo poblado en el lugar de Segura la Vieja,
situado cerca de la aldea de Moralejos.
En
el año 781 Abderramán I arrebató Segura de la Sierra, en árabe
Saqura, al primogénito de Yusuf, Abu-Asuar. Ya en esta época
existía una pequeña fortificación que protegía a la alquería de
Saqura. A partir de los siglos IX y X, Saqura, como la llamaban los
árabes, fue creciendo en importancia hasta convertirse en los siglos
XI y XII en una fortaleza con madina mportante y próspera, así, en
el siglo XI, Segura fue cabeza de un pequeño reino de taifa a cuyo
distrito pertenecían también Hornos, Socovos y Ferez.
Tras
un periodo en que alternó la independencia con la pertenencia a las
taifas de Murcia, Denia y Sevilla, los almorávides, entre 1090 y
1095, la incorporaron al imperio norteafricano de Yusuf ibn Tasfin.
En 1147, Ibn Hamusk se enfrentó a los almorávides y la mantuvo en
su poder, propiciando la etapa más importante de la Segura
musulmana. Su alianza con el “rey lobo” de Murcia le permitió
integrarse activamente en un amplio territorio que se extendía desde
Almería al Ebro incluyendo Levante.
La
primera fortificación de envergadura de Segura de la Sierra la mandó
construir Ibrahim ibn Hamusk, en la segunda mitad del siglo XII.
Posteriormente, fue reformada por los almohades que incrementaron la
seguridad añadiendo un nuevo cinturón de murallas.
Como
reino taifa independiente se enfrentó a los almohades cuando éstos
intentaban imponer la unidad musulmana, aunque en 1169 acabaron
incorporando Segura a su dominio. La primera conquista cristiana de
Segura ocurrió en 1214, sin embargo fue temporalmente recuperado por
los musulmanes, hasta que, en 1241, su situación, aislada en un
territorio controlado por los cristianos, se hizo insostenible y
volvió a manos de Castilla.
Fernando
III le otorgó el Fuero de Cuenca y, en 1242, la convirtió en
Encomienda de la Orden de Santiago. Tres años más tarde, Segura se
instituyó como sede de la encomienda mayor de Castilla que hasta
entonces había radicado en Uclés, perteneciente a la jurisdicción
eclesiástica de Toledo y será una de las claves que explican la
grandiosidad de la fortaleza cristiana.
Después
del Pacto de Jaén (1246), Segura y su territorio no tuvieron gran
papel en la continuación de la reconquista puesto que quedaban lejos
de la frontera. Con todo, en 1342, Fernán Ruiz de Tahuste,
comendador de Segura, dirigió una expedición contra Granada
aprovechando que el rey nazarí había acudido en auxilio de
Algeciras, mientras que en 1434, el alcaide de Segura, Juan Rodríguez
destacó en la conquista de Huéscar, a las órdenes de don Rodrigo
Manrique.
Aunque
el castillo de Segura se abandonó a partir del siglo XVI, durante la
Guerra de la Independencia los serranos lo ocuparon para organizar la
resistencia frente a las tropas francesas. Sin embargo las tropas
napoleónicas se hicieron con el castillo y al abandonarlo lo
incendiaron así como la villa y los archivos de la Encomienda de
Santiago.
De
las defensas que poseía Segura de la Sierra en el siglo XV, se
conservan hoy el castillo de Segura, la Torre del Agua y diversas
partes del recinto murado así como la estructura básica y parte de
una gran torre de un segundo recinto que se extendía al pie de la
peña.
El
castillo de Segura consta de dos recintos sucesivos: alcazarejo y
exterior.
El
alcazarejo tiene como base un trapecio tan irregular como la montaña
sobre la que se asienta. La defienden cuatro torres con esquinas
achaflanadas con remate almenado, una de ellas, la poderosa torre del
Homenaje. La Torre del Homenaje situada en la esquina este es de base
cuadrangular y está estructurada interiormente en dos salas
superpuestas con cubiertas abovedadas y está culminada por una
azotea almenada, comunicadas por una escalera empotrada intramuros.
Se trata de una torre portentosa y acentúa el efecto global de
solidez de la fortaleza.
Una
de las torres protege la puerta de acceso con entrada acodada,
mientras que otra de ellas está casi desprovisto de proyección
exterior porque el zócalo rocoso no se lo permite. Existe, además,
otro torreón semicircular y dos contrafuertes que subdividen los
lienzos del cerramiento habilitando, al propio tiempo, pequeñas
plataformas para el tiro de flanco.
El
alcazarejo dispone además de un patio de armas con un gran aljibe en
el centro, dos baños árabes situados en los laterales este y norte,
una especie de tribuna, la capilla de Santa Ana y los restos de lo
que pudiera ser un almacén.
La
capilla está adosada a una torre antes con acceso directo a ella, de
nave rectangular rematada por un ábside semicircular y cubierta a
dos aguas, de estilo mudéjar, su fecha de construcción es del siglo
XIII.
El
recinto exterior corona el cerro en una cota más baja. Está
construido en mampostería menuda y en él se distinguen dos aljibes
excavados en la roca y una barbacana superior que da acceso a la
puerta principal, que tenía un acceso diferente al actual. Estas
murallas están reforzadas por un torreón semicircular en el
sudoeste y por un adarve que une dos contrafuertes en el sudeste que
incrementan aún más la sensación de inaccesibilidad.
En
la Torre del Agua y en otros puntos del recinto murado del Sierra de
Segura se puede observar el fortísimo calicanto del tapial musulmán.
El castillo se unía a la villa a través de una cerca murada que la
protegía y se vertebraba a través de numerosas torres y con cuatros
puertas guarnecidas, a su vez, por torres de calicanto: las de
Gantar, Nueva, Catena y Orcera.
Toda
esta obra es cristiana de mediados del siglo XIII, aunque asentada
sobre restos musulmanes de dos épocas diferentes, una primera en la
segunda mitad del siglo XII y posteriormente se produjo una reforma
almohade.
Fuente: Wikipedia
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