viernes, 2 de octubre de 2020

Castillo de Sabiote (Jaén)

 


El Castillo de Sabiote es una fortificación de origen árabe que se encuentra situado en la población del mismo nombre, en la ladera norte de la Comarca de La Loma de Úbeda, en la vertiente sur del río Guadalimar, en la provincia de Jaén (Andalucía). 

El castillo fue promovido por don Francisco de los Cobos, Secretario de Estado de Carlos V, que compró la villa de Sabiote y se mostró dispuesto a ampliar el proyecto de renovación y embellecimiento de Úbeda a los pueblos que fue incorporando a sus propiedades. Impacta por su grandiosidad y por la incorporación de las técnicas de fortificación e ingeniería militar más vanguardistas e innovadoras de la Europa del Quinientos. 

Sabiote, Sabiyut como la denominaron los árabes, debió de contar desde el siglo VII, con una fortificación, levantado sobre un oppidum ibero-romano y rodeado de tapial de tierra, para la protección de las alquerías del entorno. El primitivo refugio se reforzó, a finales del siglo IX y principios del X, cuando se produjeron las rebeliones muladies contra el Emirato cordobés. 

Una vez pacificada e islamizada la zona, los Omeyas la integraron en el distrito de Úbeda. En época almorávide, se amplió el recinto amurallado para hacer frente al avance de las posiciones cristianas. De hecho parece que resistió el ataque castellano que Alfonso VII dirigió contra ciudades como Baeza, Úbeda y Andújar aunque, poco después de su crucial victoria en Las Navas de Tolosa, Alfonso VIII arrasó el castillo musulmán de Sabiote, del que apenas quedan vestigios. 

Fernando III, tras hacerse con Baeza, tomó Sabiote, entre 1227 y 1229, en el marco de una operación destinada a aislar el importante núcleo musulmán de Úbeda y controlar la ruta hacia Levante. Con Baeza, Sabiote y Jódar en poder de Castilla, Úbeda quedaba aislada sin más contacto con tierra musulmana que la cuenca del Guadiana Menor, así, en cuanto los cristianos controlaran la vía estratégica del río, la caída de Úbeda sería inevitable. El rey Santo repobló Sabiote, le concedió el Fuero de Cuenca, reparó el maltrecho castillo y lo reforzó con un recinto amurallado. En 1257, Alfonso X constituyó la Encomienda de Calatrava de Sabiote. 

Entre los siglos XII y XIII se reedificó la fortaleza cristiana sobre la musulmana partiendo de una estructura rectangular con torres colocadas en las esquinas y otras dos en el lienzo de la muralla. La puerta principal estaba, a su vez, defendida por otras dos torres y reforzaba su seguridad un camino-foso en el lado norte, protegido por un lienzo de muralla que conducía hasta una torre por la que se accedía a la plaza de armas. Pero a principios del siglo XIV el castillo se encontraba en tan mal estado que el rey Fernando IV, en 1309, decidió renunciar a las tercias del vino, cereales y ganado de Sabiote para destinarlas a la reparación del castillo y las murallas. 

Las profundas reformas que necesitaba la formación se acometieron, entre 1533 y 1535, poco antes de que la villa pasase a propiedad del señor de los Cobos. Para ello, frey Juan de la Tovilla, alcaide del castillo y de la villa, obtuvo la suma de cien mil maravedíes. Los calatravos ampliaron el entramado urbano de Sabiote, replantearon el sistema defensivo y, para controlar los accesos a la villa, construyeron puertas como la de los Santos, la de San Bartolomé y la del Téjar. A los canteros, Luis de la Obra y Francisco Ruiz encargaron las reparaciones de la torre del Homenaje y los lienzos de la fortaleza; a Miguel de Herrera, el saneamiento de los lienzos próximos a la puerta. 

Se sustituyeron las almenas por troneras, llenó los lienzos de opulentos escudos heráldicos y convirtió el patio de armas en otro renacentista. No obstante, conserva su estructura y aspecto de vigía, defensa y fortaleza. 

La Encomienda de Sabiote perduró hasta el día 10 de julio de 1537, en que Carlos V, acuciado por las deudas de las guerras imperiales y apoyándose en las bulas de los papas Clemente VI y Paulo II, enajenó Sabiote a la Orden de Calatrava para venderla por 18 millones de maravedíes a su Secretario de Estado y amigo. Lamentablemente, el castillo fue expoliado y volado por las tropas napoleónicas durante su ocupación, por lo que interiormente sólo queda el esbozo de lo que fue una destacada obra de arte. 

Esta obra singular de la arquitectura militar, dispone de una serie de elementos que merecen especial atención como el bastión suroeste, un brocal de pozo de modelo clásico, o la portada principal, de esquema clasicista. Esta gigantesca construcción custodió a lo largo de los años el Pendón de la Orden de Calatrava y numerosas obras de arte que pasaron más tarde al Salvador de Úbeda. 

Desde el punto de vista de la ingeniería defensiva, el de Sabiote muestra un tipo de fortificación basado en torres abaluartadas angularmente, troneras, merlones y orejeras que recuerdan repertorios del tratadista italiano Francesco di Giorgio y anticipa esquemas defensivos del siglo XVII, como las torres de planta pentagonal. Todo ello sin renunciar a refinamientos estéticos como el friso del entablamento con grutescos o el clasicismo de la portada plateresca que muestra los escudos del señor de los Cobos y doña María, sus promotores. 

Este impresionante castillo de planta asimétrica, ocupa un amplio recinto con tres torres en ángulo y una cuarta torre ubicada fuera de ángulo, en un muro avanzado. Se conserva poco de la estructura palaciega interior que dispuso de un gran salón con bóvedas de cañón de ladrillo. En su exterior, muy pintoresco, contrasta la solidez y altura de sus muros lisos de sillería coronados por adarve y troneras con la elegancia ornamental de escudos con casco y cimera enmarcados con alfiz o las molduras que recorren los muros y protegen ángulos así como la puerta de pilastras con grutescos sobre pedestales lisos, dan una nota de elegancia renaciente que contrasta con la adustez militar de la fortaleza. 

La puerta de acceso, que tuvo puente levadizo y un escudo en la parte superior, que abre con arco de medio punto es sobria y robusta y en ella se dan cita arcaizantes pilastras, motivos ornamentales platerescos, refinadas figuras en relieve y ostentosa heráldica. El patio interior, aproximadamente triangular, de grandes dimensiones aunque desaparecido, disponía de galerías dobles en tres de sus lados y sus frisos mostraban la calidad de los relieves. 

El patio no se conserva. Dos destrozadas columnas pegadas al muro en las que descansaban los arcos finales que servían de contrarresto de los restantes, permiten formarse una idea de él. Sus capiteles son jónicos, descansando las columnas sobre pedestales. Este patio debió tener arquería solamente en tres de sus lados; en el otro hay un pozo embutido en el grueso del muro y un magnífico escudo en lo alto sostenido por dos sirenas arrodilladas mostrando sus torsos desnudos, casco encima y cimera y finas labores renacientes sirviéndole de peana. Una inscripción en él da la fecha: AN 1.543; encima se conserva la cornisa interrumpida de trecho por gárgolas con figuras de animales. 

El recinto murado de Sabiote tuvo seis puertas. En las cercanías de la desaparecida Puerta de la Villa, que miraba al sur, se conservan lienzos y torres semicirculares de mampostería. Por el sector de la Puerta del Tejar o Pilarillo, que mira al sureste, existe otro fragmento de la cerca del siglo XIII muy reparado. 

Fuente: Wikipedia

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