viernes, 16 de junio de 2023

Castillo y Murallas de Miranda do Douro (Portugal)

 


El Castillo y Murallas de Mirada do Douro se encuentran situados en la ciudad de este mismo nombre perteneciente al distrito de Bragança en Portugal. 

En el siglo XI ya existía una fortificación en el lugar, de cuya configuración no se tiene noticia. En el año 1136 D. Afonso Henriques concede carta foral a Miranda y la convierte en plaza de guerra impulsando la construcción de una cerca de murallas que continuaría su sucesor Sancho I. 

En las luchas de D. Sancho I y su hijo y sucesor, Afonso II de Portugal con Alfonso IX de León (1188-1230), las tierras de Miranda fueron devastadas por las fuerzas del reino de León en 1200 y ocupadas entre 1212 y 1213. 

Pero el Castelo de Miranda do Douro fue edificado en la segunda ola de poblamiento y ordenamiento de Trás-os-Montes, impulsada en el reinado de D. Dinis. Los primeros reyes portugueses habían dotado a esta vasta región de unidades administrativas tuteladas por castillos románicos, que tenían por misión vincular esta zona del reino que era notoriamente periférica a la autoridad regia. 

Con el paso del tiempo, tal estructura de poder resultó inadecuada y D. Afonso III inició una política distinta, promocionando la fundación de nuevas villas urbanas. En el territorio de Miranda do Douro, la nueva villa fue re-fundada por D. Dinis en 1286, culminando de esta forma la transferencia de poder del antiguo castillo de Algoso, cabeza de esta tierra hasta esa fecha. 

D. Dinis decidió la construcción de un castillo en Miranda, al noroeste de la villa que a su vez contaba ya con una cerca amurallada de planta rectangular irregular destinada a proteger a la población, que fue reforzada. Si la obra parece ser que comenzó en torno a 1294, lo más probable es que se prolongara durante las décadas siguientes. Lo cierto es que Don Dinis estuvo en 1297 en la localidad, camino de Alcañices para la firma del Tratado que fijaría las fronteras entre los reinos de León y Portugal y aprovechó para revisar la marcha de las obras. 

En todo caso la población seguía siendo escasa, de tal forma que en varias ocasiones fue ocupada por fuerzas castellanas a lo largo del siglo XIV. Por ese motivo, y con vistas a incrementar el poblamiento, João I determinó en 1406 que se concentraran los que tenían causas con la justicia (“homiciados”) en Miranda y su término. 

La paz con los castellanos trajo gran prosperidad a la villa, que se convirtió en uno de los más importantes centros comerciales entre los dos países. Bajo el reinado de João III Miranda se convirtió en diócesis y elevada a la categoría de ciudad. 

A partir de la segunda mitad del siglo XVI, durante la guerra de Restauración de la Independencia frente a España, la fortaleza experimentó diversas alteraciones que pretendían convertirla en una plaza moderna y adaptada a la guerra de artillería. En la cerca de la villa, la principal obra que se llevó a cabo fue la construcción de un baluarte delante de la puerta principal, a la que se unieron diversas garitas en los ángulos. Los trabajos más radicales fueron los realizados en el castillo, que llevaron a la destrucción de gran parte de las torres y su nivelación al terreno para instalación de piezas de artillería. 

Pero los enfrentamientos y ocupaciones españolas a lo largo del siglo XVII y XVIII, le produjeron gran perjuicio, paralizándose el comercio y la agricultura, sus principales fuentes de riqueza. Esta situación vino a profundizar su decadencia que se acentuó con la pérdida definitiva de su categoría episcopal. 

En mayo de 1762, durante un asedio de las tropas españolas, explotó el polvorín, destruyendo diversos tramos de muralla que ya no se reconstruyeron. Es por eso por lo que, en muchas partes del recinto, la ausencia de murallas es evidente. Se han producido algunas obras de restauración a lo largo del siglo XX en el conjunto que fue declarado Inmueble de Interés Público en 1955. 

El castillo tenía la forma rectangular y sus murallas unían la formidable torre del homenaje, situada en uno de los ángulos, con otras tres torres más bajas situadas en los restantes ángulos, dos de ellas cuadrangulares y una hexagonal. Estamos pues ante una fortaleza típicamente gótica, con puertas y ángulos defendidos activamente por altas torres que permitían el tiro vertical sobre los puntos más sensibles. La puerta principal, a la que se asocia una de las torres, era en forma de codo, diseño igualmente característico de la arquitectura militar del siglo XIV. 

La villa como se ha dicho estaba amurallada y su trazado urbanístico revela una clara planificación. Dos puertas, orientadas a Este y al Oeste y flanqueadas por dos torres cuadrangulares formando un conjunto armónico, permitían el acceso a la villa, y estaban ligadas por una calle derecha que confluía, al centro, en una plaza, hoy Plaza de D. João III. 

Esta arteria era atravesada por otras vías secundarias, formando una trama ortogonal de que se destaca la actual Rua Mouzinho de Albuquerque, que conecta la plaza central a la puerta que llevaba al río. Una de las particularidades de la villa medieval era la existencia de una coracha (existente todavía en el dibujo de Duarte de Armas de principios del siglo XVI), que protegía el acceso de los habitantes al río. Esta coracha fue desmantelada durante la época moderna.

Fuentes: Wikipedia
               Castillos, Torres y Fortalezas de Portugal

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