El Castillo de Algoso se encuentra situado en el actual término municipal de la localidad de Vimioso en el distrito de Bragança de Portugal.
Se
sitúa en posición dominante sobre la Peña de la Penenciada,
dominando la planicie envolvente y la confluencia del arroyo de
Angueira con el rio Maçãs.
Fue
una de las fortalezas medievales más importantes del este
tramontano, evocadora de las guerras con León y de las tentativas de
los monarcas portugueses para afirmar su autoridad en la región.
La
arqueología ha permitido confirmar que, antes de que la Edad Media,
ya existía un castillo en este lugar, remontándose el poblamiento
desde el calcolítico hasta el período romano, si bien parece que
los restos encontrados no se refieren tanto a una efectiva presencia
militar sino más bien a una escombrera del siglo XIV.
La
historia del castillo de Algoso comienza en el siglo XII, en altura
aún incierta, pero que se podrá situar durante la fase final del
reinado de Afonso Henriques, cuando Sancho I se encontraba ya
ejerciendo el poder regio. Por aquel entonces el castillo fue
construido por Mendo Bofino, un señor local que, aun teniendo
vínculos con la corte de León, se mantuvo fiel a la causa
portuguesa, adquiriendo gran protagonismo en el este tramontano. El
rey asignó a este castillo la cabeza de la Tierra de Miranda, lo que
nos indica la importancia de la fortaleza como punto nuclear de apoyo
de la autoridad regia en esta periférica región y como parte
esencial de la línea defensiva de la frontera con León.
Por
desgracia, de esta primera construcción militar se tienen pocos
datos. Lo más probable es que fuera construido según los principios
de castillo románico. Podría o no tener torre del homenaje y se
adaptaría a las condiciones del terreno.
Después
de un período relativamente prolongado de guerra con el reino de
León, el castillo fue donado en 1224 por Sancho II a la Orden de San
Juan de Jerusalén o del Hospital. En posesión de los Hospitalarios,
el castillo fue transformado en una fortaleza gótica, caracterizada
por una estrategia de “defensa activa”.
Se
construyó la Torre del Homenaje de planta heptagonal, así concebida
para resistir mejor a los ataques, proporcionar más adecuados
ángulos de tiro (en particular los verticales, según se aprecia por
la existencia de matacanes sobre la puerta de entrada del recinto) y
mejor servir de residencia al comendador.
No
obstante, asistimos ya en esa época a un cambio en las estrategias
de expansión regia por aquella región tan periférica de Portugal.
Es ese momento empezó a privilegiarse la creación de juzgados y de
pueblos nuevos, de carácter urbano, relegando los castillos como el
de Algoso -más roquero y aislado- hacia una situación puramente
defensiva y de contenido únicamente militar. Para 1286 al castillo
de Algoso dejó de ser cabeza de esta tierra, transfiriéndose el
poder hacia el castillo y la villa de Miranda do Douro.
Se
trata de un castillo roquero construido sobre un gran roquedo, de
pequeñas dimensiones y planta de formato rectangular adaptada al
terreno. En la muralla, al norte, se abre la puerta de entrada en
arco pleno, a la que se accede por una escalera de escalones tallados
en la roca. Este portón es defendido por un cubo, hoy sin sus
merlones, donde se destaca una balconada sobre matacanes. Franqueando
la puerta, se abre una reducida plaza de armas de donde, a su vez, se
accede a la torre del homenaje. Esta presenta planta heptagonal,
dividida internamente en tres plantas. Los dos primeros se destinaban
a la vivienda y al último, a la defensa.
Fuentes: Wikipedia
Castillos, Torres y Fortalezas de Portugal
Galería:
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