El Castillo de Castelo Novo está situado en el municipio de Fundao en la parte oriental de la Sierra de la Gardunha en un paisaje que forma un gran anfiteatro natural en el distrito de Castelo Branco de Portugal.
La
aldea, cuyos vestigios se remontan a la edad del bronce, es un buen
ejemplo de cómo era una población de la Beira de traza medieval.
Podemos contemplar en ella un importante patrimonio arquitectónico
civil, militar y religioso, el granito y el agua, que brota
abundantemente por las cunetas de las calles que se inclinan hacia la
orilla del río Alpreada, nombre que tenía el pueblo en los primeros
días de Portugal.
El
topónimo Castelo Novo, es citado por primera vez en 1208, en el
testamento de D. Pedro Guterres, primer alcaide de la localidad, por
el que deja en herencia las tierras a los Templarios. Según parece
esa nueva denominación se debe a que habría existido un viejo
castillo en la cima culminante de la Sierra de Gardunha, edificándose
el nuevo en la primera década del siglo XIII.
De
todas formas, la estructura que ha llegado a nuestros días no
pertenece a esa primera época en que se habría construido un
castillo típicamente románico, con la torre del homenaje aislada en
el centro del recinto. Sería durante el reinado de D. Dinis de
Portugal (1279-1325) cuando se actualizaría la fortificación a la
tipología gótica: la cerca es de perfil oval, típica de las villas
nuevas creadas por D. Afonso III y D. Dinis; la torre del homenaje
se asocia a la línea de muralla para la defensa activa de los paños
de la cerca. El conjunto comunicaba con el exterior a través de dos
puertas, siendo la principal también gótica, de perfil armónico,
con cuerpo central de dos pisos (portal y balcón con matacanes)
flanqueada por dos torres.
De
lo que fue el recinto sólo quedan dos torres, la del campanario y la
de homenaje. La torre campanario presenta planta cuadrada simple, con
remate en cornisa con cuatro gárgolas en los ángulos, con cobertura
en falsa bóveda de hormigón; tiene acceso asegurado por dos puertas
abiertas en las caras este y oeste, ambas de verga recta con marco
granítico; en la zona superior, se sitúan cuatro aberturas para
campanas en arco de vuelta perfecta, la de la cara oriental con una
campana y abajo un reloj. En cuanto a la torre del homenaje se
encuentra prácticamente destruida en la cima oeste, siendo visible
su altura primitiva por la existencia de gárgolas en la cara este.
No
consta que Castelo Novo haya desempeñado un efectivo papel militar,
ya que, en el reinado de D. Manuel, el castillo ya se encontraba en
ruinas. La localidad se desarrolló a la sombra del castillo y su
trazado urbanístico presenta todavía una configuración general
medieval, de calles estrechas y sinuosas, serpenteando la colina.
Fuera de las puertas, se alza la Casa de la Cámara, cuyo actual
aspecto debe datarse de los siglos XVI-XVII. Ante ella se alza un
precioso pelourinho manuelino.
Posteriormente
en el siglo XVIII Castelo Novo conoció un nuevo período de
crecimiento, que coincidió con la instalación de algunas familias
nobles en la localidad. Fue cuando se adosa a la fachada principal de
la Cámara una imponente fuente llamada de D. João V, que contrasta
con la aparente rudeza de esta.
En
el sector opuesto de la villa, se reedificó la iglesia matriz, obra
fechada de la primera mitad del siglo XVIII. Y el valor estratégico
del agua continuó con la construcción de la fuente de la Bica,
igualmente barroca y ubicada en la segunda plaza de la villa, ya en
camino al pie del monte.
Fuentes: Wikipedia
Castillos, Torres y Fortalezas de Portugal
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