Los restos de la Torre de Santa Elena se encuentran situados en el angosto paso de Santa Elena, en el borde de un barranco junto al camino que lleva al Fuerte de Santa Elena y a la ermita del mismo nombre, en la orilla izquierda del río Gállego en el término municipal de la localidad de Biescas de la comarca del Alto Gállego de la provincia de Huesca (Aragón).
La
torre fue construida a fines del siglo XVI por el ingeniero militar
italiano Tiburcio Spannochi según orden de Felipe II, como parte del
plan ideado para reforzar o fortificar los pasos importantes del
pirineo y las poblaciones próximas a Francia, para tener controlada
la frontera y prevenir posibles ataques o intentos de invasión de
los franceses. La fortificación fue levantada en el antiguo camino
que venía de Francia y el valle de Tena.
El plan inicial en
este caso consistía en construir dos torres, una que controlara el
camino y otra emplazada en posición más elevada, en las
inmediaciones de la ermita. Solo se tiene constancia de que se
construyera la defensa inferior, la de Santa Elena. La decisión de
fortificar el paso de Santa Elena tuvo que ver con los
acontecimientos sucedidos en 1592, en los que los hugonotes franceses
invadieron el valle oscense de Tena llegando hasta Biescas, población
que saquearon. La contraofensiva aragonesa se atascó con la dura
resistencia que ofrecieron los franceses en el desfiladero de Santa
Elena, hasta que los aragoneses consiguieron expulsarlos.
En
1641 el comandante de la fortaleza de Jaca informa que la torre la
posee Martín Pardinas. En 1706, durante la guerra de Sucesión
(1700-1714), los partidarios del archiduque Carlos se apoderan de la
fortificación. Al año siguiente (1707) fue recuperada por los
partidarios de Felipe.
En 1750 se decide la construcción de
otra torre que se situaría aguas abajo de la antigua, en las
cercanías de la ya construida. Esta torre, que en 1752 ya estaba en
funcionamiento, fue destruida en agosto de 1808, durante la guerra de
la Independencia (1808-1814), cuando una división francesa se
internó en el valle de Tena dedicándose a asesinar, robar ganado e
incendiar poblaciones. La torre de Santa Elena quedaría en estado
lamentable.
Su
planta era cuadrada y fue construida con mampostería y sillería. En
la actualidad se observa una torre muy arruinada. Presenta una planta
cuadrangular un tanto irregular, aunque su estado de conservación y
la maleza impiden apreciar como pudo ser su planta completa.
Era
de obra de mampostería menuda y sillares muy bien escuadrados en las
cantoneras y en el zócalo, con huecos aspillerados. El arranque del
lado oeste es el único que permanece en pie. En este paramento se
abre una serie de siete aspilleras de igual diseño y medida, bajo el
arranque de un arco ciego de medio punto, similares a las del fuerte
de Ysil de Hecho. Las aspilleras son de salida vertical y a
intramuros parecen de cierre plano, aunque el antepecho debía de
presentar un pronunciado derrame.
Hoy
día apenas quedan restos. Se encuentra en estado de ruina
progresiva, casi desaparecida.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
sipca.com
Galería:
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