Las Murallas de Teruel son el conjunto defensivo del cinturón medieval de la ciudad de Teruel, capital provincial de la Comunidad de Aragón.
En el año 1374 , Pedro
IV en Barcelona quiere llevar a cabo una serie de obras en la
ciudad de Teruel “por
tal que la dita ciudat sea mas defensable en caso
de necesidad de guerra”.
Las obras fueron las siguientes: construcción de tres aljibes que
se sitúan en el subsuelo de la Plaza del Torico, para garantizar el
suministro de agua, en caso de asedio a la ciudad y renovar
el perímetro de amurallado para
proteger a la ciudad en caso de nuevos asedios. El encargado de la
dirección y supervisión de las obras sería Fray Juan Fernández de
Heredia.
Todas
las torres, puertas y lienzos pueden fecharse en la segunda mitad del siglo
XIV y XV. La técnica empleada en la construcción es la
mampostería irregular, obtenida a partir de la mezcla de piedra, ladrillo,
cal, arena y agua. Si observamos una sección transversal de los
muros, se certifica que se construyeron mediante un aparejo
consistente en dos paredes verticales de sillarejo o mampuestos más
o menos regulares, cuyo espacio interior se rellena con una gruesa
capa de adobe y ripios de diverso tamaño.
PUERTAS
DE LA MURALLA:
En
las Murallas de Teruel se abren siete puertas que podemos agrupar en
cuatro principales y tres secundarias. Entre las primeras encontramos la de Zaragoza, cuya primera mención documental es
del año 1185; la de Valencia, nominada por vez primera
en el año 1245; la de Guadalaviar, mencionada ya en el
año 1196 y, finalmente, la de Daroca. Entre las
secundarias está el Portal Nuevo, el Portal de San
Miguel (vulgo de la Traición o de Los Arcos), y el Portal del Postigo,
al final de la calle Nueva.
Merece
especial interés el Portal de San Miguel conocido como Portal de la
Traición que se encuentra a los pies del Centro de Interpretación
de la ciudad. La tradición la conoce como “Puerta de la
Traición”, porque
por esta puerta el juez de la villa Gil Torres vendió la ciudad a
los castellanos. Estuvieron desde 1343-1366, en la denominada Guerra
de los Dos Pedros. Se cuenta en la ciudad que durante esta guerra, un contingente castellano asediaba la ciudad de
Teruel ya que era una ciudad muy bien amurallada y perfectamente
defendida.
Con el paso de los días empezaron a escasear los
alimentos y la población comenzó a sentir miedo a ser aniquilados.
Pero un juez de Teruel, temiendo ser torturado e incluso pagar con la
muerte, decidió establecer un pacto secreto con el enemigo: abrirle
el Portal de San Miguel. El día tres de mayo, día de la Santa Cruz,
las tropas de Pedro I entraron en la ciudad por el “Portal de la
Traición” y Teruel, sin remedio, tuvo que rendirse, quedando bajo
dominio castellano.
El
rey castellano quedó tan satisfecho con su conquista que decidió no
tomar represalias contra los turolenses, incluso les permitió que
siguieran con sus costumbres. Antes de abandonar Teruel, el ejército
castellano saqueó la ciudad y se llevó consigo los pendones y
banderas que los turolenses habían conseguido en nobles batallas.
Al
enterarse el rey aragonés de la escasa resistencia, del saqueo y de
los bienes usurpados por los castellanos, se enfadó tanto con el
pueblo de Teruel que le retiró los Fueros. Pasado un tiempo y ante
las súplicas de los turolenses, Pedro IV decidió devolverles los
fueros. Quien no perdonó nunca al juez traidor fue Teruel, tampoco
pudo aplicarle justicia por haber huido con el enemigo castellano.
TORRES
DE LA MURALLA:
Las
torres de la muralla están situadas en el perímetro de lo que
fueron las murallas, y se conservan cuatro de diferente tipología: La
Torre de San Esteban, que se localiza al lado del desaparecido Portal de San Esteban. Tiene
planta ultrasemicircular y está construido con sillarejo. Conserva
algunas aspilleras y su remate almenado.
La
Torre de Ambeles, que
es de planta estrellada. Su calidad constructiva es muy alta, aunque
está transformada y mutilada. La llamada Torre
Lombardera,
al lado del Portal de San Miguel, que tiene ángulos achaflanados y
termina en semioctógono, no presentando pared de cierre intramuros.
Por último, la Torre del Rincón, que
está asociada a un lienzo de muralla y planta rectangular. En el
interior del Centro de Interpretación podemos reconocer dos torres
más: Torre del Agua y
Torre del Patíbulo,
y ambas flanqueaban al Portal de San Miguel.
En
el siglo XVI la traída de agua a la ciudad de Teruel transforma el
desarrollo constructivo de la ciudad, adaptando e
integrando los muros de esta Torre del Agua en nuevos muros más gruesos, que
facilitaron el transporte de agua desde la Peña del Macho hasta las
diferentes fuentes ubicadas en el interior de la muralla.
Teruel
lleva años intentando poner en valor todos los tramos, puertas y
torres de sus murallas, y en la actualidad están muy bien
conservadas y visitables.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
lamuralladeteruel.com
aragonmedieval.com
garcilanga (Fotos)
Galería:
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