El Castillo de Villel se alza sobre un cerro desde el que domina la localidad del mismo nombre, un núcleo situado en los Estrechos del río Turia en la carretera que se dirige hacia Cuenca, en la provincia de Teruel (Aragón).
Es
el edificio más antiguo y ciertamente más emblemático de Villel,
ocupando un lugar predominante en el escudo de la villa. Está
situado en lo alto de una roca, en el centro del pueblo, de difícil
acceso, con una caída con respecto al nivel del río de unos 65
metros. Su zona norte es un precipicio, sólo queda como accesible la
zona sur, donde estaba la única puerta de entrada.
Las
citas primeras al Castillo de Villel son de historiadores musulmanes
que desde el siglo XI hacen mención a su pertenencia a los Banu Gazlum,
vasallos de los señores de la Sahla (Llanura), los también
beréberes Banu Razín. También es llamado Castillo del Cid,
ya que la tradición dice que Rodrigo Díaz de Vivar pasó allí una
noche antes de ir a la toma de Valencia.
Aunque
esta fortaleza táctica fue muy importante para los Templarios,
alcanzó su mayor esplendor con los Caballeros de la Orden de San
Juan del Hospital, especialmente con Don Juan Fernández de Heredia,
Gran Maestre y Castellán de Amposta, cuyo primer destino fue
precisamente Villel, población que recuerda continuamente en sus
escritos, especialmente en los Cartularios de la Orden y en su
epistolario personal.
El castillo fue, al al igual que la
población, muy importante para estas Encomiendas, y sobre todo jugó
un papel en la Guerra de los dos Pedros. El siglo XIV fue muy
importante para su ampliación y su desarrollo, aunque hoy día,
lamentablemente, solo unos escasos restos son los testigos de su
primitivo esplendor.
Tuvo
su apogeo entre los siglos IX y XVI. Al cesar la reconquista y
unificarse los reinos de Castilla y Aragón, van perdiendo su razón
de ser de forma lenta pero inexorable, a pesar de todo, se mantuvo en
buen estado mientras perteneció a la Orden de San Juan del Hospital.
En el año 1.840, fecha en que dejó de tener un dueño específico,
motivo por el que cesaron las reparaciones habituales, ello unido al
paso del tiempo y a las inclemencias meteorológicas, sin olvidar los
destrozos de la Guerra civil, lo convirtieron en ruinas.
Su
superficie, debido a la topografía es irregular, la planta se
asemeja a un cuadrilátero de 45 x 25, la superficie aproximada que
encierra el perímetro externo (147m.) es de 1200 metros cuadrados.
Antes de ser restaurado se apreciaban restos de la muralla, obra de
mampostería y ripios como era usual, de un grosor medio entre 2,5 y
0,7 metros. En el interior del recinto se adivinan los restos de
varias dependencias, que desde mediados del siglo XIV hasta el siglo
XIX fueron los silos o graneros de la Orden Hospitalaria.
Tuvo
un aljibe de 4 x 2 metros cuya profundidad no es posible determinar,
para el almacenamiento de agua en caso de asedio. En su parte
occidental se alza orgullosa la Torre del Homenaje, un rectángulo de
8 x 6 metros y muros de 2,3 m. de grosor, que presenta dos plantas
abovedadas con medio cañón y una escalera de caracol para acceder a
la primera planta, sede del Comendador y la segunda planta a la que
se accedía por el exterior y donde se ubicaba la guardia.
El
castillo además de ser el emblema de la población tiene elementos
únicos que lo hacen especialmente atractivo al visitante, como son
los graffitis, unos dibujos incisos en las paredes que milagrosamente
se han mantenido y que son todo un documento gráfico de la
caballería de las armas y arreos de estos medio monjes medio
soldados, de cómo asediaban y de cómo establecían sus campamento.
Son historias, retazos del recuerdo de la dura vida castrense de
templarios y sanjuanistas, hechas en las frías veladas de guardia, a
modo de conjuro contra el sueño y el aburrimiento.
La
falta de excavaciones arqueológicas nos priva de conocer los restos
más antiguos y la edad de los estratos ancestrales de Villel. Hay
dos razones que nos inclinan a pensar que en época celtíbera hubo
un poblado fortificado en la parte alta de la localidad, era lo usual
entre estas tribus, su ubicación permite vigilar o controlar el
valle cuya vía de comunicación natural pasa por aquí
obligatoriamente rumbo al norte desde levante y también al sur y al
centro peninsular.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
sipca.com
Ayto. de Villel (Teruel)
Eduardo Argote (Fotos)
Galería:
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