El Castillo de Bolea se encuentra situado sobre un cerro en la parte alta de la localidad del mismo nombre, junto a su colegiata, a unos 20 Km. de la ciudad de Huesca, en la comarca de la Hoya de Huesca de la provincia de Huesca (Aragón).
De
origen musulmán y conocido por los moros como Buluya, tras la
reconquista aragonesa de las plazas de Loarre o Marcuello, Bolea se
convertiría en una de las principales plazas fortificadas musulmanas
de la zona en el siglo XI.
El castillo formó parte de las
fortificaciones defensivas del distrito de Huesca de la Marca
Superior de Al-Andalus. Estuvo dotado de potencial estratégico, y
tuvo importancia, pues dada su cercanía a Wasqa, la Huesca
musulmana, apenas la separaban de ella 20 kilómetros, fue uno de los
principales castillos que defendían los accesos a la ciudad por su
parte Noroeste de posibles incursiones o ataques cristianos.
En el año 1083 el rey de Aragón Sancho Ramírez conquista villa y castillo a
los moros, para volver a manos musulmanas tiempo después, en fecha
desconocida. Después de la reconquista aragonesa de Wasqa (la Huesca
musulmana), en 1096, Bolea quedaría totalmente aislada, hasta que en
septiembre de 1101, Pedro I de Aragón la asedia. Los sarracenos
pedirían ayuda a los musulmanes zaragozanos. Estos serían vencidos
por Aragón. En octubre del mismo año Bolea capitula.
Tras la
rendición musulmana, el castillo queda a cargo de Fortún Lópe. En
el siglo XII los cristianos edificaron, en el solar que ocupaba parte
de la fortaleza, un nuevo castillo que contaba con una iglesia y que
en el XVI fue sustituida por la propia Colegiata. La torre de esta
edificación religiosa (Colegiata) se cree que pudo reaprovechar
restos del antiguo castillo cristiano para su construcción.
El
castillo fue de considerables dimensiones. Al parecer en el solar que
ocupaba parte de la fortaleza se construyó una iglesia románica,
que en el XVI fue sustituida por la actual Colegiata. Actualmente del
castillo queda muy poco. Sobre un cerro a mayor altura que la
colegiata, se conserva la base de un recinto de planta rectangular,
en el que se aprecian restos de muros de poca altura. En uno de los
extremos se observa un hueco que podría ser su entrada.
A un
nivel más bajo se encuentra la Colegiata, que se especula que podría
conservar en su estructura restos del antiguo castillo. Del castillo
musulmán no queda prácticamente nada, quizá restos de un corto
muro de grandes y desgastados sillares (muy parecidos a los de la
muralla de la calle Horno) en la ladera norte, que pudiera pertenecer
a la primitiva fortaleza andalusí, y la plataforma en la que se
levantó el castillo, si bien hoy se encuentra cercada parcialmente
por restos de muros que no pertenecerían al castillo, dado son de
época moderna. Pertenecen por lo visto a la tapia de un antiguo
camposanto.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
aragonromanico.org
Galería:
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