jueves, 8 de octubre de 2020

Real Alcázar de Úbeda (Jaén)

 


Los restos del Real Alcázar de Úbeda se encuentran situados sobre el llamado Cerro Ibiut, en el sureste de la ciudad de Úbeda en la provincia de Jaén (Andalucía). 

El Real Alcázar de Úbeda ocupó el Cerro Ibiut, dando origen a la ciudad de Úbeda. En la actualidad se trata de un importante yacimiento arqueológico conocido como "Eras del Alcázar", uno de los sitios arqueológicos más importantes de Andalucía, tanto por la entidad histórica de sus bienes como por su estado de conservación. Sus registros revelan una ocupación ininterrumpida de más de 6000 años de antigüedad, identificando a Úbeda como una de las ciudades más antiguas (si no la mas antigua) de Andalucía y de Europa Occidental. 

El solar del alcázar acogió civilizaciones neolíticas, argáricas y posteriormente ibéricas, dándole al cerro el típico aspecto de un oppidum fortificado. Después fue utilizado como atalaya por los ocupadores cartagineses y romanos, que mantendrían la ocupación del lugar. 

Con la conquista árabe, esta eminencia defensiva fue fortificada aún más, convirtiéndose en una valiosa alcazaba que daba cobijo entre sus fuertes muros a toda una ciudad interior. Su recinto noble acogía el Palacio del Moro (posterior Casa Real), así como la aljama mayor (la actual Iglesia de Santa María) sobre los restos anteriores de un templo de culto romanizado y en origen un solar sagrado de sus nativos ibéricos. 

La alcazaba fue el núcleo fundacional de la ciudad. Con el el tiempo nació un arrabal fuera del alcázar, en los terrenos más llanos bajo el cerro de Ibiut, que fue adquiriendo importancia hasta el punto de tener que ser cercado, construyéndose así el actual recinto amurallado de Úbeda, que separaba la ciudad nueva del alcázar. En el año 852, Haxen-Ben-Abdalaziz, ministro del emir de Córdoba, mandó fortificar Úbeda y Baeza. Por tanto, hasta ese momento Úbeda era solo la alcazaba. 

Tras su reconquista, primero en el año 1212 y finalmente en 1234, la plaza fue reconstruida y fortalecida por la permanencia durante 3 siglos más del cercano Reino de Granada. En el año 1368 tuvo lugar la incursión de Mohamed V y Pero Gil, que obligó a los moradores del casco urbano a refugiarse en el alcázar. 

El alcázar era a todos los efectos una ciudad independiente dentro de otra ciudad, gobernado por el alcaide de manera totalmente independiente del Concejo de la ciudad, de ahí los continuos conflictos por el poder entre unos y otros. Los diferentes donadíos repartidos entre los infanzones y nobles repobladores del lugar ya no dejaron de dar problemas y disputas por sus respectivas jurisdicciones. El concejo de la ciudad y los alcaides del alcázar ya no dejaron sus continuas fricciones. 

Dividida en bandos, la nobleza se enfrenta a muerte por la posesión de la alcaldía del alcázar. Pero caída Granada, la pérdida de valor militar de la fortificación será su sentencia de muerte. Así, en 1502, Isabel la católica ordena la demolición del Real Alcázar de Úbeda, vender su piedra, rellenar los fosos y entregar sus tierras al concejo. Esta destrucción, consumada en 1507, afectó inicialmente más a los muros y baluartes interiores. 

En fechas muy posteriores, se fueron minando otras torres, como las del Huerto de Carvajal, desaparecidas en 1675, los muros de La Saludeja en 1677, y varios muros interiores en 1678 que sirvieron para construir el puente de Olvera sobre el río Guadalimar en Navas de San Juan. La milenaria y ciclópea Torre de Ibiut, origen mítico de la ciudad, aguantó hasta una fecha tan reciente como mediados del siglo XIX. 

La Torre de Tierra o Torre de Ibiut, también citada como Torre de Asdrúbal, es el punto mítico de fundación de la ciudad. Se encontraba en el recinto exterior del alcázar, muy cerca del claro del Salvador. Después de 1850 fue demolida, hallándose entonces a los pies de sus cimientos diversos enterramientos, objetos extraños que no se catalogaron ni estudiaron, salvo algunas vasijas de tipo celta que se conservan en el museo, y gran cantidad de esqueletos de enorme dimensión que los lugareños mitificaron como gigantes. 

Muy cerca a la torre aparecieron también varias sepulturas con antiquísimos objetos de oro, un brazalete en forma de serpiente y otros dijes, a los que no se concedió más importancia que el precio que pagó un platero para su fundición, y así se perdió para siempre una parte importantísima para esclarecer la historia antigua de la región. 

El Real Alcázar era un edificio fortísimo, casi inexpugnable por 3 de sus 4 frentes gracias a los acantilados naturales sobre los que se erguían sus numerosas torres y murallas. Tras su desaparición paulatina, sus restos se encuentran a más de metro y medio de profundidad bajo los escombros de sus construcciones y aún pendientes hoy día de una excavación definitiva que los ponga al descubierto. 

Hasta el siglo xv, se diferenciaban interiormente las siguientes Estructura y edificaciones: baluartes defensivos como La Coracha y el Torrontero, la Casa Real y el Palacio Moro, las Casas del cabildo, la mezquita (actual Basílica de Santa María de los Alcázares), la judería y el emparedamiento (posteriormente la Cárcel del Obispo y hoy Juzgados).

Fuentes: Wikipedia
                garcilanga (Fotos)

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