La Torre Vieja de San Salvador se encuentra situada en Oviedo, capital del Principado de Asturias.
Esta
robusta fortificación -los muros alcanzan un grosor de 1’40
metros- está estrechamente vinculada a la Cámara Santa de la
catedral. No se poseen datos inequívocos sobre su construcción,
pero sí suficientes argumentos arqueológicos, epigráficos y
topográficos para autorizar su datación en los mismos años que la
Cámara Santa, a saber, hacia 884-885. Parece tratarse de la
fortificación destinada a proteger de asaltos piratas -normandos o
musulmanes- el aula del tesoro de la catedral, que cabe identificar
con la Cámara Santa.
Este
edificio, hoy actual campanario románico de la catedral, situado en
el flanco más desprotegido de la Cámara Santa, consta de dos
fábricas diferenciadas, que son producto de dos impulsos
constructivos. El primero de ellos constituye el cuerpo inferior de
la torre. Se trata de una construcción de planta cuadrangular
irregular, sin vanos exteriores hasta una altura considerable, y con
una robusta puerta en la fachada Norte, que permite la comunicación
con la basílica de San Salvador.
El
aparejo muestra la característica fábrica altomedieval de pequeños
bloques rectangulares, asentados en hiladas regulares. En el interior
el muro sufre sucesivos retranqueos, destinados tanto a adelgazar el
espesor como a permitir la colocación de los forjados de madera de
los pisos.
Una
reciente excavación arqueológica ha puesto de manifiesto que
asienta directamente sobre la roca madre, sin pestaña de
cimentación, salvo en el lado Norte, donde ésta sí se manifiesta.
En
el último tercio del siglo XI -probablemente bajo el pontificado de
Ariano (1073-1094)- a esta fortificación se le superpuso un cuerpo
de campanario, abierto al exterior mediante vanos pareados en cada
fachada, asentado sobre bóveda de arista rebajada y rematado por
bóveda esquifada.
El
aparejo es de sillería cuidada, ejecutada por apenas tres operarios.
El interior de la bóveda superior está articulado por dos arcos
fajones cruzados en el sentido de los ejes, a los que corresponden
por el exterior estribos sobre ménsulas soportadas por canecillos
animales. Los ocho vanos rematan en arcos de medio punto sobre
columnas con dieciséis capiteles mayoritariamente vegetales.
Tipológicamente,
la Torre Vieja comparte rasgos constructivos, en proyecto y
ejecución, con otras conocidas fortificaciones litorales
atribuidas igualmente a Alfonso III: las torres de Oeste, en Catoira,
cerrando la entrada a la desembocadura del Ulla y protegiendo el
acceso a Santiago de Compostela, santuario especialmente cuidado por
Alfonso III, verdadero creador de la diócesis e impulsor del culto
al apóstol.
Fuentes: Castillos del Olvido
Wikipedia
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