El Castillo del Príncipe es una fortaleza construida en el siglo XVIII y situado en la parroquia de Ameixeinda, en el municipio de Cee, en la provincia de La Coruña (Galicia).
El
castillo se comenzó a construir en 1740 junto con el Castillo del
Cardenal, situado a la otra orilla de la ría de Corcubión. El
ingeniero encargado de la obra sería Francisco Llobet, siendo
sustituido por Carlos Lemaur en el 1744, año en el que comienzan los
trabajos definitivos. Las obras acaban en el año 1755. El nombre del
Príncipe se le dio en honra al hijo del rey Carlos III, que sería
el rey Carlos IV.
El
papel estratégico de la Costa da Morte va perdiendo relevancia
durante el siglo XIX, por lo que a finales del XIX el castillo, al
igual que la otras tantas fortalezas, dejaría de pertenecer al
Estado tras subasta pública. El primer propietario fue el
empresario, banquero y político fisterrán, muerto en Corcubión,
Plácido Castro Rivas, el cual compra también en 1892 el Castillo de
San Carlos de Fisterra.
En
el año 1928, después de abandonar la villa de Corcubión, Placido
Castro hace una donación de varios bienes inmuebles (entre los que
se encuentra el Castillo del Príncipe) a la Asociación
de Periodistas de Madrid,
los cuáles lo acaban hipotecando y, posteriormente, queda en manos
del banco. Durante muchos años el edificio queda abandonado hasta
que en 1985 el empresario gallego, Xosé Ramón Oreiro, se hace con
él por 30 millones de pesetas. Oreiro hace la mayor reforma que se
hizo en esta fortaleza, convirtiéndola en una lujosa vivienda.
En
el año 2006, el castillo fue comprado por un empresario de la Rioja
por una cifra en torno a los 3 millones de euros y actualmente se
encuentra a la venta por 6 millones de euros.
Al
igual que el Castillo del Cardenal montaba 12 piezas de artillería
en otras tantas torres dirigidas hacia el mar. Al amplio adarve que
tiene, se ascendía por una rampa o por dos escaleras de una piedra;
existiendo también espaldones resueltos con arcos rebajados.
Un
gran edificio que dirige sus alas hacia los semibaluartes del
hornabeque, contenía los servicios logísticos (dependencias para la
guarnición que conseguía los 88 soldados, almacenes y polvorín).
El aparejo es de cantería bien labrada en su perímetro exterior y
gran parte de sus fábricas interiores, lo que le da gran realce
visto desde el mar o desde tierra, donde tenía el foso y el puente
para entrar al centro de la cortina.
Fuentes: Wikipedia
edujoser (Fotos)
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