La Torre de Andrín, también llamada Torre de Tronquedo, se encuentra situada en la localidad de Andrín perteneciente al Principado de Asturias.
Considerada
una edificación bajomedieval, fechable en los siglos XIV-XV. Sobre
la misma no se halla referencia alguna en la documentación medieval,
circunstancia que impide datar con exactitud la época de su
construcción. Son así las características formales de la misma,
las que apuntan la cronología tardomedieval de la misma.
La
construcción de la torre habría que encuadrarla en las luchas de
bandos protagonizadas por los linajes nobiliarios en Asturias durante
la baja Edad Media. En este sentido, la torre, que fue propiedad de
la poderosa casa local de los Duques de Estrada, habría servido a
este linaje como baluarte defensivo -desde su estratégico
emplazamiento se domina todo el valle llanisco de Mijares- y centro
de control y almacenamiento de las rentas señoriales.
Tras
la pérdida de sus iniciales funciones, se produjo el paulatino
derrumbe de la torre y su ocultamiento bajo la vegetación. En las
últimas décadas, la labor de denuncia de su estado de abandono y
ruina propiciaron los trabajos de limpieza y consolidación llevados
a cabo en la misma a comienzos de los años 90.
La
torre tiene planta cuadrada. Se conserva el primer piso y parte del
segundo. Como materiales constructivos presenta mampostería caliza
en los paramentos, con mucha argamasa de cal y arena y sillares
labrados en los remates de las esquinas y los enmarques de los vanos.
Sus muros, de escaso grosor, no superan los 0,85 metros, lo que
parece descartar la posibilidad de que la torre, a semejanza de otros
ejemplos asturianos, tuviera una tercera planta.
La
piedra empleada en su construcción bien pudo haber sido sacada del
cueto calizo que se localiza frente a la fachada sur de la torre,
detrás del muro de mampostería que cierra la finca de la torre.
Este cueto está fragmentado, mostrando una zanja delantera -cubierta
de vegetación y maleza-, a modo de foso defensivo, carácter en el
que abunda el propio emplazamiento del foso, situado frente a la
puerta de ingreso de la torre, que se abre en la fachada sur.
Este
foso vendría a paliar la vulnerabilidad que presenta la torre en
este flanco y que, en realidad, afecta a todas sus fachadas, salvo la
cara norte, situada sobre pendientes crestones calizos. En la fachada
norte de la torre, la mejor conservada, se superponen tres pisos de
ventanas. El más bajo está formado por tres saeteras.
Sobre
éste se dispone una tronera -pequeña ventana adintelada-,
desplazada hacia el este, del lienzo, que ocupa una posición
intermedia entre la saetera central y la situada a su derecha en la
primera altura de vanos. El último piso recibe los vanos mayores:
Dos ventanas de arco de medio punto monolítico, una en posición
central y la otra alineada con la saetera de la planta baja situada
hacia el oeste. Estas ventanas forman pequeñas cortejadoras al
interior.
Estos
vanos en arco de medio punto aparecen también en el tercer piso del
lienzo este de la torre, donde hay tres ventanas, una de las cuales
tan sólo conserva una jamba y el alféizar. Las dos alturas de vanos
inferiores se resuelven con sendas saeteras, entre las que no hay
correspondencia espacial. Otras dos saeteras son visibles en la
planta baja del fragmento de paramento que se mantiene en pie en la
fachada oeste.
Por
su parte, la fachada sur acoge la puerta de ingreso. Desplazada hacia
el oeste, está levantada sobre el nivel del suelo exterior y da
acceso directo a la primera planta de la torre, rasgo que la
diferencia del sistema tradicional de ingreso empleado en las torres
rurales asturianas, a través de la segunda planta, y la acerca, por
el contrario, a las torres urbanas, con entrada desde la calle. Es de
arco apuntado, con dovelaje de sillares bien escuadrados.
Fuente: Castillos del Olvido
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