Las Murallas de Tossa de Mar se encuentran situadas junto al mar en lo que llamamos la "Vila Vella" de la localidad de Tossa de Mar de la comarca de la Selva en la provincia de Girona (Cataluña).
Es
el
único ejemplo de población medieval fortificada que todavía existe
en la costa catalana. Se ubica a los pies de la vertiente noroeste
del promontorio que confronta el cabo de Tossa, dentro de un recinto
amurallado que tiene un perímetro de unos 300 metros construido
entre los siglos XII y XIV, como defensa contra la piratería.
Se
conserva casi la totalidad del perímetro original con almenas
rectangulares, ménsulas y aspilleras en los ángulos, y con siete
torres de planta circular ataludada y cuerpo cilíndrico. Destacan
tres grandes torres cilíndricas denominadas “des
Colodar”
o del Homenaje (al oeste, junto al que fue el Palau del Battle y que
actualmente acoge el museo municipal), de “ses
Horas”
o del Reloj (junto al portal de entrada a la villa) y de “en
Joanás”
(la más oriental, casi encima del mar).
De
época románica son las saeteras de la muralla, hechas con dos o
tres bloques de piedra, y el paramento con piedras poco desbastadas
visibles en la parte inferior, mientras que el resto del recinto
amurallado pertenece al momento de su reconstrucción en el siglo
XIV. Del castillo, que estuvo situado donde está el faro, no queda
casi nada. En cambio, se han conservado vestigios de la primitiva
iglesia parroquial, de estilo gótico, dedicada a San Vicente.
De
espaldas al mar, a los pies de la vertiente noroeste del promontorio
que confronta el cabo de Tosa, se encuentra la Vila
Vella,
protegida por un recinto amurallado en los sectores más vulnerables
que dan a la bahía y a la costa.
La
Vila
Vella,
con calles irregulares y estrechas para salvar los desniveles del
cerro, se extiende dentro de un recinto amurallado que tiene un
perímetro de unos 300 m. De este recinto, actualmente se conserva un
lienzo de muralla con siete torres redondas, de las cuales tres se
diferencian por la mayor altura y por el acabado con corseras,
formadas por ménsulas escalonadas que sostienen pequeños arcos de
punto redondo.
A
la parte más alta del promontorio no llega la muralla, puesto que la
fuerte pendiente del acantilado actuaba como defensa natural. Tanto
la muralla como las torres se construyeron con piedra granítica, muy
abundante en la zona, y con mortero de cal y arena. Estas torres
debían de tener tres pisos con cubiertas de bóveda de piedra, y el
acceso a su interior se hacía a través de una puerta desde el
camino de ronda. Las otras cuatro torres con un diámetro y una
altura menor están intercaladas en la cortina de la muralla, tres
entre la torre de en Joanás y la del
Reloj,
y una entre esta y la del Codolar.
La
muralla está coronada por almenas rectangulares, ornamentadas en los
ángulos por pequeñas ménsulas y aspilleras. A la altura de las
aspilleras, por la cara interna, encontramos el camino de ronda que
rodea todo el recinto. La entrada a la villa, abierta junto a la
torre de
en Joanás,
es totalmente artificial. El verdadero portal de entrada al sector de
poniente, y protegido por la Torre del Reloj, consiste en una doble
puerta de punto redondo con rastrillo enmarcada por dovelas y por un
paramento diferenciado del resto del recinto con sillares
perfectamente trabajados.
Desde
esta puerta se pasa a una plaza que conserva su carácter de patio de
entrada, puesto que desde aquí se accede propiamente al núcleo de
la población, bien por la calle del Alcalde o del Gobernador. En la
Plaza de Armas, hay una escalera adosada a la parte interna de la
muralla que lleva al camino de ronda.
Las
casas que encontramos entre las calles estrechas son de los siglos XV
y XVI, con edificios que presentan ciertos elementos góticos, como
por ejemplo el Palacio del Alcalde, actual Museo Municipal.
En
el promontorio donde está situada la Vila
Vella
hubo un poblado ibérico, y se supone que en el interior del recinto
debía de haber otro, también amurallado pero de dimensiones más
pequeñas, de época romana.
La
muralla de Tossa fue erigida el 1187 por disposición del abad de Ripoll, que poseía el lugar desde el año 966 por donación del condado de
Barcelona al
Monasterio de Santa María del Ripoll. El
abad de Ripoll concedió también el mismo año de 1187 una carta
puebla, que permitía construir dentro y fuera del recinto
fortificado, y que fue el origen de la Vila
Vella.
La señoría del monasterio de Ripoll, muy rigurosa en cuanto a los
beneficios obtenidos de la pesca, perduró prácticamente hasta el
fin del Antiguo Régimen.
Según
Enric C. Girbal, en 1240 es mencionada la muralla de Tossa (castrum
de Torsa)
en un documento de un pleito por derechos de pasto. El año 1285,
tras la Cruzada contra la Corona de Aragón
por
parte de los franceses, la población fue devastada. El 1371 fue
vendida por el castellano Arnau de Soler a Pere de Riera. Hay también
noticia de obras que se hicieron en las fortificaciones de Tossa en
1371.
La
gran variedad en el tipo de aparejos, tanto en la muralla como en las
torres evidencia una constante transformación en todo el recinto con
obras, reparaciones y restauraciones. Hasta hoy y en espera de
estudios más profundos y dejando de lado las etapas ibérica y
romana, se distinguen tres fases. Fase I, construcción de un primer
recinto al final del siglo XII. Fase II, reconstrucción del abad
Descatllar en el siglo XIV, y Fase III, reparaciones y restauraciones
hasta nuestros días.
Fuentes: Wikipedia
Cataluña Medieval
castillos.net
Ayto. de Tossa de Mar
Galería:
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