El Castillo de Sant Joan es una fortificación situada en el término municipal de Lloret de Mar en la comarca de la Selva de la provincia de Girona (Cataluña).
La
construcción del castillo (en realidad una torre) se remonta al
siglo XI y los datos documentales más antiguos que se conocen de
esta fortaleza son del año 1041. El documento es una donación de
los vizcondes Guerau y Ermessenda a Sicardis, nieta del vizconde de
Girona, Seniofred, y señora de Lloret.
El
23 de enero de 1079, el conde de Berga
y
obispo de Girona Berenguer Guifré consagró la capilla de San Juan,
que se encontraba dentro del recinto fortificado. Tras la muerte de
Sicardis en 1104, sus tierras se dividieron entre sus hijos, Bernat
Umbert (obispo de Girona) y su yerno Bernat Gaufred (cuyos
descendientes se convertirían en señores del castillo de
Palafolls). Con los años, el castillo pasó a ser propiedad del
capítulo de la Catedral de Girona,
después de que tanto Bernat Umbert como Guillem de Palafolls
legaran sus correspondientes partes, y unos años más tarde, hacia
el 1170, también lo hiciera Bernat de Palafolls en su testamento,
donando la otra mitad del castillo a la seo de Girona.
En
1217 el nuevo obispo de Girona, Ramón Palafolls, convenció a su
hermano Guillermo para que concediera a la seo de Girona la totalidad
de las propiedades de Lloret. Con ello, el castillo de Lloret se
convertiría de lleno en señorío eclesiástico, provocando como consecuencia la ruptura de la unidad de la
jurisdicción señorial del suroeste de la Selva.
Durante
el reinado de Pedro el Grande el castillo sufrió ataques del
ejército francés que lo dejaron parcialmente dañado. Hacia 1356
sufrió un asalto por parte de la flota genovesa que lo dejó
prácticamente inoperable. En 1372, Pedro el Ceremonioso vendió el
derecho de del castillo de Lloret, aunque durante su reinado, marcado
por múltiples conflictos militares, se hizo evidente la necesidad de
llevar a cabo la restauración de la fortaleza.
Una
sentencia de 1378 establecía que los habitantes del término del
castillo de Lloret estaban obligados a participar en los trabajos de
reparación y prestar su servicio en caso de guerra. A lo largo del
siglo XV se hicieron importantes reformas respondiendo a los
destrozos provocados por los genoveses y a problemas estructurales
derivados de los movimientos sísmicos que afectaron la región entre
1427 y 1431.
En
el siglo XVI se inició el período de decadencia para la fortaleza
ya que la defensa de Lloret pasó a obedecer a otras estrategias.
Durante este siglo la fortificación tomó, a grandes rasgos, el
aspecto que tiene en la actualidad, con un recinto superior dando al
poniente (con la torre del Homenaje)
y un patio dando al este rodeado de habitaciones. Es durante este
tiempo que se inicia un período marcado por el abandono de la
fortaleza, aunque durante la primera mitad del siglo XVII el castillo
aún servía con fines militares, quedando los mismos relegados en el
siglo XVIII a la torre del homenaje, que servía como punto de
vigilancia.
En
1790 el Común y los habitantes de Lloret cursaron una petición al
Real Consejo de Hacienda para que se permitiera la incorporación del
castillo y su término al patrimonio real, proponiendo el pago de
8000 libras a la seo de Girona como compensación por la pérdida de
sus derechos. En 1802 se dictó una sentencia favorable a dicha
petición. En 1805 el castillo fue bombardeado por la armada británica.
La
fortificación está ubicada en el acantilado de una pequeña
elevación conocida popularmente como el Cerro Castell, a unos 60
metros sobre el nivel del mar, que separa la playa de Lloret de la de
Fenals. Desde su posición se divisa perfectamente tanto el área
cercana al núcleo de Lloret como el castillo de San Juan de Blanes,
que forma parte la misma línea de fortificaciones (de ahí que
comparten el mismo nombre).
El
castillo es accesible tanto en coche como a pie, contando con un
camino que parte de uno de los principales paseos de la localidad y
transcurre del lado del mar, hasta alcanzar desde el este el
promontorio sobre el que está ubicado. En el centro del castillo se
encuentra la gran torre maestra, una edificación circular de unos 18
metros de altura. El perímetro está rodeado de un muro de unos
cinco metros de altura, el cual define la original forma triangular
de la fortificación.
Originalmente
se trataba de una construcción defensiva relativamente simple,
básicamente un recinto amurallado de forma triangular de unos 500 m²
de superficie, protegido por una fosa de unos tres metros de
profundidad, con la torre como edificio central destinada a servir de atalaya. En el interior del recinto hubo unas dependencias de base
cuadrangular o trapezoidal formadas por muros de piedra y mortero,
donde vivían los señores del castillo. Tanto la torre como el muro
perimetral tienen como materia prima las piedras fragmentadas y los guijarros, unidos con mortero de cal.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
Cataluña Medieval
miancema (Fotos)
Galería:
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