El Puente Fortificado de Frías atraviesa al río Ebro a su paso por la localidad de Frías en la provincia de Burgos (Castilla-León).
El
puente, uno de los monumentos más valiosos de la
localidad, es de origen romano, y fue reconstruido varias veces
durante la Edad Media, construyéndose entonces también la torre de
defensa que se levanta en su centro. Por este puente pasa la calzada
romana, una vía de comunicación muy importante para el comercio
entre la Meseta y la costa Cantábrica.
La
construcción y mantenimiento de un puente de tal envergadura
constituía una carga pesada para la población de Frías, por lo
que, para poder sufragar las frecuentes reparaciones, se hacía
contribuir a los más beneficiados por su uso, los comerciantes de la
Meseta y de la Rioja, así como los rebaños trashumantes, a esto se
le llamaba el cobro del pontazgo.
El
de Frías es uno de los mejores ejemplares de puentes fortificados de
España. Su construcción es asimétrica e irregular, debido a la
necesidad de seguir los puntos de apoyo en la roca que asomaba por el
río.
Su longitud es de 143 metros, y su anchura de 3,45
metros. Desde el nivel del agua hasta el pretil más alto del puente
hay unos 11,3 metros y otros tantos hasta la torre.
Tiene 9
arcos, siendo los centrales apuntados y los demás ligeramente
rebajados. En los arcos más antiguos se abren aliviaderos con sus
molduras a la altura de los salmeres, que además de aligerar el peso
del puente, le dan armonía y belleza.
La torre de defensa es
de planta pentagonal, arranca del machón central y remata en
almenas. Sobre las puertas hay salientes amatacanados que defendían
el paso. La planta baja está cubierta por una bóveda ligeramente
apuntada. En la cara oeste hay una puertecilla que da paso a una
escalera de caracol por la que se accede a la sala de la torre, que
tiene varias saeteras.
Se
encuentra en magnífico estado de conservación.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
Eduardo Argote (Fotos)
Galería:
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