El Castillo del Catllar se alza en el margen derecho del río Gaià, sobre un cerro en la parte alta de la localidad de El Catllar, desde el que domina la población y uno de los meandros del río, en la comarca del Tarragonés de la provincia de Tarragona (Cataluña).
Se
puede llegar a él por la autopista A7, saliendo a la altura de
Altafulla por la carretera, en muy buen estado, que lleva hasta el
mismo pueblo donde se encuentra el castillo.
A
comienzos del siglo IX se constituyó la llamada Marca Hispánica,
una zona fronteriza entre los musulmanes del emirato de Córdoba y
los cristianos del reino franco. Las tierras catalanas pasaron a
formar parte de este territorio de frontera, siendo organizadas por
el imperio Carolingio en condados gobernados por condes. Para
garantizar su frontera sur frente a los musulmanes, los condados
catalanes construyeron entre los siglos IX y XI, y reaprovecharon
otros musulmanes, una amplia red de castillos, atalayas y torres de
defensa por toda la Marca, fortificando con más de cien castillos un
territorio muy extenso que se extendía desde Barcelona hasta el
Pallars, en tierras de Lérida.
Así
nacerían los castillos de frontera catalanes. La Marca quedó
estabilizada durante tres siglos en torno al Llobregat, Cardener y la
sierra del Montsec. A mediados del siglo XI, con la disgregación del
Califato de Córdoba en los diferentes reinos de taifas, los condados
catalanes pasaron a ser territorios de avanzada y
conquistadores.
Las primeras referencias documentales del
castillo del Catllar se remontan al año 1066, cuando el lugar
formaba parte de los territorios cedidos por el Conde de Barcelona
Ramón Berenguer I a Ponç de Montoliu. Sin embargo su origen es más
antiguo, pues parece tratarse de un castillo construido por los
musulmanes en el siglo X.
Durante el siglo XI y entrado el
XII, El Catllar formó parte de las posiciones fortificadas
cristianas que defendían la frontera del Condado con territorrios
musulmanes andalusíes.
Perteneció a los Montoliu hasta que en
1344 fuera adquirido por Pere de Recasens, en 1351 su hijo lo vende a
Bernat d'Olzinelles, tesorero y consejero del rey de Aragón Pedro IV
El Ceremonioso, en 1375 pasa a manos de Guerau de Queralt, señor de
Santa Coloma, posteriormente a los Pallars y finalmente de nuevo a
los Queralt, quienes lo mantendrían hasta el siglo XVIII.
En
sus orígenes el castillo se reducía a una torre rodeada por una
muralla. La edificación que hoy día puede verse es el resultado de
las reestructuraciones y ampliaciones realizadas entre los siglos
XIII y XVI, en las que se añadieron dependencias, se amplió el
perímetro amurallado y se le incorporó el foso.
La planta
del castillo se asemeja a un triángulo en el que destacan las dos
torres esquineras de la fachada principal. Se conservan muros, torres
y el foso. Está construido principalmente con mampostería y se
encuentra en estado de ruina consolidada. Hoy día alberga del Centro
de Interpretación de los Castillos del Gaià.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
Galería:
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