El Castillo de Quermanço se encuentra situado en el término municipal de la localidad de Vilajuïga en la comarca del Alt Empordá de la provincia de Girona (Cataluña).
Las
primeras referencias documentales del castillo de Quermanço datan
del año 1078, cuando Ponç I de Empúries dejó el castillo a sus
hijos Hug y Berenguer. En ese mismo año se instaló en el castillo
el archivo diplomático del condado. En el acuerdo firmado por el
conde Hug II de Empúries y el conde Guislabert II del Rosselló en
el año 1085, se hace referencia al castro "Karmanzono",
En 1128
el conde de Empúries Ponç Hug II, por una disputa con el conde de
Besalú, fue atacado, vencido y hecho prisionero por Ramon Berenguer
III de Barcelona en el castillo de Quermanço. En el año 1138
estalló una nueva guerra entre Barcelona y Empúries, que terminó
con la victoria de Ramon Berenguer IV y la decisión de demoler el
castillo. Pero esta demolición no fue muy efectiva, ya que en 1154
se vuelve a hablar del castro "Carmazone".
En 1288, durante la
denominada cruzada contra Cataluña, el castillo fue atacado y
ocupado por los cruzados franceses del rey Felipe después de
repetidos sitios, puesto que sus defensores estaban a favor del rey
Pere. En 1291 los franceses lo tomaron de nuevo y esta vez lo
saquearon y lo destruyeron en parte. A pesar de que el castillo se
encontraba en pésimo estado, en 1292 el rey Jaume II mandó mantener
allí una guarnición de 12 hombres.
En el año 1472, al final
de la Guerra Civil catalana del siglo XV, el castillo fue ocupado por
las fuerzas leales a Joan II. Más adelante se incorporó a la Real
Corona y pasó a depender del duque de Cardona como conde de
Empúries.
En el año 1808 fue restaurado y fortificado por las tropas
napoleónicas que lo utilizaron como almacén de armas y municiones.
Sin embargo, una explosión ordenada por el Mariscal Suchet durante
la retirada francesa de 1814 dejó el castillo en ruinas, y así ha
permanecido hasta nuestros días.
Por
su situación, el castillo de Quermanço fue siempre un reducto
difícil de expugnar. El
castillo que podemos observar es el fruto de las diversas fases
constructivas y destrucciones que ha sufrido el monumento. Dentro del
recinto fortificado se han encontrado restos de cerámica y
fragmentos de pavimento de época romana, pero se cree que este lugar
ya estaba habitado con anterioridad.
Al
dirigirse hacia el castillo desde la carretera, nos encontramos con
una torre circular, hoy exenta y parcialmente en ruinas. Si
seguimos el camino de subida, pasamos al lado de otra torre circular.
En este caso tampoco la podemos contemplar completa, pues fue
derruida parcialmente en época moderna, para facilitar la defensa
del castillo. Se cree que formaban parte de un segundo anillo de
murallas, que incluía un pequeño núcleo de población.
Una
vez dentro del recinto fortificado, destaca la torre maestra. Esta
alza en el extremo suroeste del castillo. Su
base se puede datar hacia el siglo XIII, si bien la torre actual se
construyó en el siglo XIV o principios del XV. Es una torre de
planta cuadrada, que conservan unos seis metros de altura.
Interiormente
estaba dividida en dos plantas, como se puede deducir por los
agujeros donde iban las vigas de madera. Las ventanas del nivel
superior parecen de factura posterior a la torre. En época
napoleónica se reformó la parte superior, donde probablemente se
construyó un nuevo piso, hoy desaparecido.
El
piso inferior estaba dividido en dos estancias rectangulares, que
debido a la base rocosa de la colina están en cotas diferentes. Así
pues, la cámara del sector de poniente está más elevada que la del
lado de levante. Se cree que
cumplía funciones defensivas, aunque algunas fuentes apuntan que
después de las reformas del siglo XV se convirtió en la Torre del
Homenaje. Junto
a la torre maestra encontramos una estancia conocida como la sala
central. Hasta hace unos años se consideraba que esta estancia era
la capilla del castillo con el argumento de que el lado este se
levantaba una espadaña.
Probablemente
esta afirmación se hacía por que no se podía acceder al piso
superior del castillo, donde estaba el patio de armas y desde donde
podemos ver claramente la supuesta espadaña. Si nos acercamos a este
muro vemos que en realidad es una puerta de acceso, de factura
moderna.
Durante
las últimas excavaciones arqueológicas se localizaron dos muros del
siglo X y que formaban parte del primer recinto fortificado, que se
cree que tenía planta pentagonal. Al
norte de la sala central encontramos una estancia de grandes
dimensiones, que llega a los treinta y siete metros de longitud y
unos diez de ancho, con unos gruesos muros. Fue construida en el
siglo XV, el momento de máximo esplendor del castillo.
Desgraciadamente,
el castillo es de propiedad privada y por lo tanto sin los recursos
necesarios para poder poner en marcha nuevas campañas de excavación
en la explanada superior, que podrían aportar más información
sobre el primitivo castillo y en la sala norte, construida en el
momento de máximo esplendor . Así pues, estas ruinas agonizan pesar
de la buena voluntad del propietario, empeñado en devolverle la
dignidad a estas piedras viejas y llevar a cabo el viejo sueño de
Dalí de construir en este castillo el órgano de la Tramontana.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
artmedieval.com
Galería:
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