miércoles, 28 de abril de 2021

Castillo de Quermanço (Vilajuïga, Girona)

 


El Castillo de Quermanço se encuentra situado en el término municipal de la localidad de Vilajuïga en la comarca del Alt Empordá de la provincia de Girona (Cataluña). 

Las primeras referencias documentales del castillo de Quermanço datan del año 1078, cuando Ponç I de Empúries dejó el castillo a sus hijos Hug y Berenguer. En ese mismo año se instaló en el castillo el archivo diplomático del condado. En el acuerdo firmado por el conde Hug II de Empúries y el conde Guislabert II del Rosselló en el año 1085, se hace referencia al castro "Karmanzono", 

En 1128 el conde de Empúries Ponç Hug II, por una disputa con el conde de Besalú, fue atacado, vencido y hecho prisionero por Ramon Berenguer III de Barcelona en el castillo de Quermanço. En el año 1138 estalló una nueva guerra entre Barcelona y Empúries, que terminó con la victoria de Ramon Berenguer IV y la decisión de demoler el castillo. Pero esta demolición no fue muy efectiva, ya que en 1154 se vuelve a hablar del castro "Carmazone". 

En 1288, durante la denominada cruzada contra Cataluña, el castillo fue atacado y ocupado por los cruzados franceses del rey Felipe después de repetidos sitios, puesto que sus defensores estaban a favor del rey Pere. En 1291 los franceses lo tomaron de nuevo y esta vez lo saquearon y lo destruyeron en parte. A pesar de que el castillo se encontraba en pésimo estado, en 1292 el rey Jaume II mandó mantener allí una guarnición de 12 hombres. 

En el año 1472, al final de la Guerra Civil catalana del siglo XV, el castillo fue ocupado por las fuerzas leales a Joan II. Más adelante se incorporó a la Real Corona y pasó a depender del duque de Cardona como conde de Empúries. 

En el año 1808 fue restaurado y fortificado por las tropas napoleónicas que lo utilizaron como almacén de armas y municiones. Sin embargo, una explosión ordenada por el Mariscal Suchet durante la retirada francesa de 1814 dejó el castillo en ruinas, y así ha permanecido hasta nuestros días. 

Por su situación, el castillo de Quermanço fue siempre un reducto difícil de expugnar. El castillo que podemos observar es el fruto de las diversas fases constructivas y destrucciones que ha sufrido el monumento. Dentro del recinto fortificado se han encontrado restos de cerámica y fragmentos de pavimento de época romana, pero se cree que este lugar ya estaba habitado con anterioridad. 

Al dirigirse hacia el castillo desde la carretera, nos encontramos con una torre circular, hoy exenta y parcialmente en ruinas. Si seguimos el camino de subida, pasamos al lado de otra torre circular. En este caso tampoco la podemos contemplar completa, pues fue derruida parcialmente en época moderna, para facilitar la defensa del castillo. Se cree que formaban parte de un segundo anillo de murallas, que incluía un pequeño núcleo de población. 

Una vez dentro del recinto fortificado, destaca la torre maestra. Esta alza en el extremo suroeste del castillo. Su base se puede datar hacia el siglo XIII, si bien la torre actual se construyó en el siglo XIV o principios del XV. Es una torre de planta cuadrada, que conservan unos seis metros de altura. Interiormente estaba dividida en dos plantas, como se puede deducir por los agujeros donde iban las vigas de madera. Las ventanas del nivel superior parecen de factura posterior a la torre. En época napoleónica se reformó la parte superior, donde probablemente se construyó un nuevo piso, hoy desaparecido. 

El piso inferior estaba dividido en dos estancias rectangulares, que debido a la base rocosa de la colina están en cotas diferentes. Así pues, la cámara del sector de poniente está más elevada que la del lado de levante. Se cree que cumplía funciones defensivas, aunque algunas fuentes apuntan que después de las reformas del siglo XV se convirtió en la Torre del Homenaje. Junto a la torre maestra encontramos una estancia conocida como la sala central. Hasta hace unos años se consideraba que esta estancia era la capilla del castillo con el argumento de que el lado este se levantaba una espadaña. 

Probablemente esta afirmación se hacía por que no se podía acceder al piso superior del castillo, donde estaba el patio de armas y desde donde podemos ver claramente la supuesta espadaña. Si nos acercamos a este muro vemos que en realidad es una puerta de acceso, de factura moderna. 

Durante las últimas excavaciones arqueológicas se localizaron dos muros del siglo X y que formaban parte del primer recinto fortificado, que se cree que tenía planta pentagonal. Al norte de la sala central encontramos una estancia de grandes dimensiones, que llega a los treinta y siete metros de longitud y unos diez de ancho, con unos gruesos muros. Fue construida en el siglo XV, el momento de máximo esplendor del castillo. 

Desgraciadamente, el castillo es de propiedad privada y por lo tanto sin los recursos necesarios para poder poner en marcha nuevas campañas de excavación en la explanada superior, que podrían aportar más información sobre el primitivo castillo y en la sala norte, construida en el momento de máximo esplendor . Así pues, estas ruinas agonizan pesar de la buena voluntad del propietario, empeñado en devolverle la dignidad a estas piedras viejas y llevar a cabo el viejo sueño de Dalí de construir en este castillo el órgano de la Tramontana. 

Fuentes: Wikipedia
               castillos.net
               artmedieval.com

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