El Castillo de la Villeta, también conocido como Fortaleza de Al-Mundat, se encuentra situada sobre un promontorio calizo a más de 300 m. de altitud, en la localidad de Monda, en la provincia de Málaga (Andalucía).
No
existe documentación escrita del castillo de la Villeta hasta su
toma por las fuerzas cristianas en el proceso de conquista del Reino
Nazarí de Granada, y la información que se ofrece es breve y
concisa. En el Libro de Apeo y Repartimiento, de 1572, se recogen
algunos testimonios del estado en que quedaron la fortaleza y la
alquería tras su destrucción, pero no se ofrecen grandes detalles.
Se conservan testimonios escritos, especialmente del siglo XVIII, que
hacen sucintas referencias al castillo; así como algunos dibujos de
los siglos XVI y XVIII, la mayoría simples esbozos, que representan
unos interesantes testimonios gráficos.
Gracias
a estos estudios y a las intervenciones arqueológicas realizadas se
sabe que en el cerro de la Villeta hubo una primera ocupación entre
los siglos IX-X, un hisn-refugio relacionado con la revuelta de Omar
ben Hafsún. Tras su derrota por Abderramán III y el período de paz
que sucedió, el cerro quedó deshabitado hasta que los almohades,
hacia el siglo XII, lo reocupen y levanten en él una fortaleza
compuesta por dos elementos, un albacar y una celoquía.
Tras
la caída de los almohades y el avance de la frontera cristiana, es
la dinastía nazarí con capital en Granada la que logra configurar
un nuevo estado islámico, el Reino Nazarí de Granada, y
reestructurar todo el aparato militar del último estado islámico de
la Península Ibérica. Numerosas fortalezas son reestructuradas y
refortificadas, recibiendo algunas unas profundas transformaciones.
Entre esas fortalezas se encuentra el castillo de la Villeta, cuya
torre poligonal recibe un forro cuadrangular de mampostería, además
de reforzarse el conjunto con una zapata semicircular. El resto del
albacar y de la celoquia se reconfigura a base de mampostería, tanto
torres como murallas, y se dota al conjunto por su ladera norte de
una gran muralla que envuelve el caserío de viviendas, la vieja
alquería o villa vieja, como viene recogida en las fuentes.
El
imparable avance cristiano a finales del siglo XV consiguió la
rendición de Ronda, la ciudad más importante del entorno, por lo
que decenas de pequeñas poblaciones cercanas se rindieron a las
tropas invasoras, Monda entre ellas. Tras unos años de ocupación
por las tropas cristianos, se decidió su desmantelamiento, al igual
que ocurrió con otras tantas fortalezas del desaparecido Reino
Nazarí de Granada, para evitar posibles levantamientos de la
población mudéjar sometida.
Sus
primeras fases datan de finales del siglo IX y comienzos del X. En el
siglo XII los almohades construyen su recinto principal, dotado de
albacar al oeste y celoquía al este, con algunas torres y un aljibe.
En época nazarí el albacar y la celoquía reciben una importante
reestructuración, empleando mampostería enripiada sobre la obra
anterior almohade; con esta reestructuración se intenta que la
fortaleza pueda hacer frente a la incipiente pero amenazante
pirobalística y paralelamente se termina de completar el conjunto:
en la falda norte del cerro sobre el que se asienta el castillo,
donde desde época almohade se había concentrado la población
configurando una alquería con casi un centenar de viviendas, se
levantan más de trescientos metros de muralla con torres y
accesos.
Así pues, el conjunto final del castillo de la
Villeta se compone de dos elementos principales: el recinto superior,
que a su vez se divide en albacar y celoquía; y el recinto inferior,
donde se encuentran la alquería y la muralla que la envuelve.
En
el extremo occidental del albacar se encuentra el elemento más
interesante del conjunto: una torre poligonal de época almohade, con
zócalo de sillarejo y alzado de tapial (en la provincia de Málaga
sólo existen dos de estas torres, la del castillo de Monda y la del
castillo de Bentomiz) y una torre nazarí de planta cuadrangular que
la envuelve.
En la celoquía se localiza una torre de planta
cuadrada, la más recia del conjunto, construida con una rica
argamasa de cal, lo que le profiere su robustez. Tradicionalmente ha
sido conocida como la Torre
Cuadrada. Estaba
rematada por un arco apuntado, fruto de las obras realizadas por los
cristianos al poco de su conquista a finales del siglo XV. La
celoquía disponía también de un aljibe.
La muralla que
envolvía a la alquería se adaptaba a la irregularidad y pendiente
del terreno de la ladera norte del cerro donde se asienta el
castillo. El acceso desde la celoquía a la alquería se realizaba a
través de un pequeño vano realizado al efecto.
En
la torre poligonal de época almohade localizada en el extremo
occidental del albacar se conserva parte del antiguo enfoscado donde
se aprecia la decoración de cordones de eternidad. Sin embargo,
parte del conjunto formado por la torre poligonal y la torre nazarí
de planta cuadrangular que la envuelve se desprendió en marzo de
2018 sobre el parking del hotel, quedando el resto del conjunto en
grave riesgo de desplome. Del resto del albacar quedan algunos restos
de muros invisibilizados por la obra del hotel en su cara sur, pero
que al no haber sido consolidados corren grave riesgo de desplome. A
esto se une que la torre que se localizaba al suroeste del albacar se
desprendió durante las primeras obras acontecidas en el castillo,
allá por los años setenta del siglo pasado.
En la celoquía
se conservan más elementos, pero por contra es donde hoy se
encuentran la cafetería, los jardines, la piscina y varias
habitaciones del hotel. Bajo la cafetería del hotel se mantiene un
lienzo de muro ejecutado en sillarejo que ha perdido su enlucido y
gran parte de su argamasa. También se conserva en una de las jambas
del arco apuntado que remataba la “Torre Cuadrada” parte de un
grabado hasta ahora no identificado y en el interior dos saetaras,
hoy cegadas. El aljibe no mantiene su cubierta de medio cañón, pero
se adivina por los arranques de las paredes.
Este
espacio se emplea actualmente como bodega del hotel. En la cara norte
de la celoquía se mantiene en pie un gran tramo de muro de varias
decenas de metros, parcialmente oculto por una construcción a
desigual altura y recrecido con obra nueva, donde encontramos una
torre de planta cuadrangular que presenta un enlucido que aún
conserva una serie de vitolas con formas de lágrimas que pueden
datarse en época almohade o nazarí. Estos dos elementos, al verse
muy integrados en las obras del hotel, presentan una mejor
estabilidad.
La
muralla que envolvía la alquería, como consecuencia de su
desmantelamiento parcial a finales del siglo XV, de las afecciones
por las destrucciones y del incendio de 1570, así como por su
abandono y descuido durante siglos, presenta una malísima
conservación: muchos de los cimientos se han desprendido quedando
grandes paños prácticamente al aire y hay lugares donde parte de la
muralla se ha desplomado mientras que otras amenazan con hacerlo.
Y
en la zona de la alquería hay cultivos desde hace siglos, habiéndose
dotado la zona de numerosos bancales para contrarrestar la pendiente
de lugar, empleándose para ello material constructivo procedente de
las antiguas viviendas. Éstas fueron destruidas en 1570, durante la
revuelta morisca. Por último, del pequeño vano que daba acceso
desde la celoquía a la alquería apenas ha quedado su huella
contenida en una gran piedra gorronera.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
Galería:
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